Por Luis Hessel
En su primera visita a la Argentina Jules Falquet disertó en media docena de universidades nacionales y en centros sociales donde debatió y compartió experiencias con movimientos y colectivos feministas autogestivos.
Formada en Sociología en la Universidad de Paris Le Sorbonne, Jules Falquet realizó investigaciones de campo entre las indígenas chiapanecas, las guerrilleras de El Salvador y las campesinas brasileras.
Actualmente es docente e investigadora de la Universidad de París VII y de la Universidad de París Diderot y forma parte de un grupo de choque intelectual de mujeres malas que buscan en las ideas de Carlos Marx fundamentos para denunciar que la dominación del hombre sobre la mujer es una relación de explotación social, histórica y de clase.
En una parada en su gira maratónica por Buenos Aires, Mendoza y Tucumán dialogamos con Jules Falquet luego de que visitara el barrio La Palangana, un asentamiento en Laferrere donde los vecinos y las vecinas se auto organizan para enfrentar las inundaciones y la pobreza.
-Siguiendo algunas ideas de Michel Foucault la filósofa Judith Buttler planteó la necesidad de comenzar a desnaturalizar la idea de un “sexo natural”, para comenzar a pensar el sexo así como la sexualidad y la identidad en términos de una construcción social. Siendo feminista lesbiana y activista de izquierda, ¿cómo piensas esta construcción?
Es que yo pienso que eso es un poco lo que vine hablando en base al trabajo de varias activistas francófonas, que ya desde los años ´70 están planteando lo que más o menos dice Buttler, que el sexo para nada es natural, el género menos pero ni siquiera el sexo. Entonces yo vengo a hablar un poquito de algunas teorías que explicaron desde hace mucho tiempo atrás, como el sexo y el cuerpo son socialmente construidos a través de hasta la alimentación, el deporte, la actividad física que tu hagas en lo individual como en lo colectivo.
Obviamente yo estoy totalmente de acuerdo. Yo pienso que tanto como no existen razas, aunque exista el racismo, yo pienso que no existe el sexo aunque exista la opresión de las mujeres por los hombres.
-¿Y esto lo haces en referencia a los llamados feminismos materialistas?
Sí, es una corriente que parte del método materialista, dialéctico, histórico pero que va más allá del marxismo. Es para reflexionar como las mujeres son construidas socialmente por la relación estructural de poder por los hombres entonces las mujeres -y los hombres también- somos construidos y no tenemos nada que ver con la biología. Sobre todo las supuestas diferencias físicas son más una ideología para justificar la opresión y la explotación del trabajo que se remonta a la colonización, a la esclavitud.
Eso lo dijo desde los años ´70 una socióloga francesa que se llamó Colette Guillaumin y no tuvimos que esperar a Judith Butler para darnos cuenta de eso, ¿no?
-También existe hoy cierta integración del discurso feminista y de las demandas de género en la agenda de los partidos capitalistas, ¿no ha sido contradictorio en cierto sentido?
Sí, yo creo que el capitalismo intenta hacer uso de todo para seguir fortaleciéndose, entonces tanto como ha integrado cierto discurso de la diversidad racial también integra cierto discurso de la diversidad sexual y ciertas propuestas sobre las mujeres sobre supuesta igualdad pero dentro del sistema. Pero eso también se ha denunciado desde los años ´90 -sobre todo las feministas latinoamericanas del Caribe-, quienes fueron las primeras en denunciar eso desde el ´93, denunciando toda la recuperación por parte de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Antes del encuentro de Beijing, organizado por la ONU, en el Encuentro Continental Feminista en El Salvador se estuvo denunciando eso. Entonces creo que hay un largo camino recorrido en torno a un análisis de eso, de cómo el capitalismo intenta recuperar a las mujeres. El movimiento de mujeres feministas, sobre todo el feminista y lésbico, son movimientos muy creativos, rebeldes y radicales entonces era urgente para las asociaciones internacionales intentar domesticar estos movimientos y neutralizarlos.
-Si se piensa el caso argentino no se puede obviar el debate y la sanción de leyes como las del matrimonio igualitario y la ley de identidad de género, ¿piensas que han sido positivas?
La verdad ahí tendría que opinar la gente de Argentina. Lo que si me extraña es que se puedan dar avances tanto en la ley de identidad de género como en la de matrimonio igualitario, esos avances entre otras cosas son para varones y cosas que son importantes para las mujeres como son la interrupción libre y voluntaria de los embarazos no deseados… en eso no se ha avanzado para nada y entonces eso a mí me llama la atención.
-¿Pero no deja de ser progresivo dentro de una agenda gubernamental?
Yo no sé, yo voy a hablar de Francia porque se han dado leyes a favor entre comillas en términos de matrimonio, avances parciales, yo por ejemplo en general estoy en contra del matrimonio como feminista.
-¿En contra del matrimonio como institución?
¡Claro! Y por otro lado hay que notar que el gobierno avanzó entre comillas en esa ley, pero en la política económica, en la política inmigratoria racista retrocedió. Entonces como que puede ser un juego un poco turbio donde dan algo con una mano y quitan algo con la otra. Pero para el caso francés yo no cantaría victoria por esos avances legales, aunque obviamente es mejor tener esos avances legales que no tener nada.
-Ya que hablas de Francia es importante precisar que existe en este momento una coyuntura muy especial, con un gran movimiento de masas en las calles rechazando las políticas de flexibilización laboral que quiere imponer el presidente Francois Hollande, ¿cómo analizas todo ese proceso?
También es una historia compleja pero yo pienso que nos acaban de tener casi más de un año con medidas represivas súper fuertes, crisis económica y sobre todo medidas policíacas tremendas. A raíz de los atentados que se dieron han aprovechado para militarizar y para pasar leyes muy duras muy fuertes. Entonces me da mucho gusto que la gente se esté moviendo para eso pero tal vez, primero hay una represión brutal estoy leyendo ahora en la prensa online es muy fuerte la represión, y luego también yo creo que hace falta (aunque se está intentando) un vínculo entre esos ataques al código de trabajo como guerra interior vinculándolo a la guerra exterior que el gobierno francés está llevando contra muchos países y ahora en especial contra Siria e Irak pero también otros como África.
-Si hablamos de movimientos de mujeres no podemos dejar de mencionar la inédita experiencia del pueblo kurdo. En la región Autónoma de Rojava hay un fuerte proceso de organización comunal del territorio y de autodefensa popular guiada por los principios del “confederalismo democrático” donde son centralmente las mujeres el sujeto protagónico, ¿qué reflexión tienes al respecto?
Ahora estamos trabajando muy de cerca y hemos tenido un acercamiento como feministas y lesbianas con las mujeres feministas y lesbianas kurdas en Francia, para precisamente hacer actividades en contra de la guerra. Hicimos una marcha de mujeres feministas y lesbianas el 13 de marzo, ahí la fuerza más grande fue de las mujeres kurdas en contra de la guerra interna y externa.
Es una experiencia muy interesante tiene obviamente contradicciones como todas las experiencias, pero realmente son mujeres muy fuertes, muy determinadas y con un pensamiento de muy largo alcance diría yo, y ahora están organizando y yo voy a participar como otras feministas de algo que están organizando que llaman Jineolojî, la que sería una ciencia desde las mujeres, que sería una apropiación de la reflexión feminista dándole un toque más transnacional y partiendo de su propia lucha en Kurdistán. Yo creo que eso puede ser algo muy interesante.
Para seguir las actividades de Falquet y compartir su pensamiento visita https://julesfalquet.wordpress.com
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