Por Paola Adduci // Foto por Laura Salomé Canteros
Diez ironías sobre la Libertad de Expresión es una invitación a analizar las prácticas naturalizadas en el periodismo. Esta primera publicación del Colectivo de Trabajadores y Trabajadoras de Prensa (CTP) se presenta hoy en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNT, en San Miguel de Tucumán.
A lo largo de una decena de ejes temáticos, Diez ironías sobre la libertad de expresión pone el foco en los discursos periodísticos que naturalizan estereotipos sociales, al tiempo que invita a reflexionar sobre el rol de los y las periodistas en la sociedad. El tratamiento de las nuevas tecnologías, el deporte, las cuestiones de géneros, la cultura y sobre todo, el abordaje de los conflictos sociales y gremiales (que es donde pone el acento esta publicación del Colectivo de Trabajadores de Prensa – CTP), son los disparadores que llevan a pensar cambios, aciertos y desventajas de los nuevos tiempos.
Este primer número es también el lanzamiento de CTP Ediciones, el sello de publicación de una agrupación sindical alumbrada y modelada al calor de los conflictos registrados en el gremio durante la última década. Inaugura una saga de materiales que indagará en forma crítica sobre el oficio del periodista y su rol -complaciente o beligerante- en relación el discurso de los medios, y su relación con el poder político o económico. Luego de haber sido presentado en el Sindicato del Subte, una organización hermana en las luchas, y en la UBA, esta mañana se presenta en la Universidad Nacional de Tucumán. Disertarán Agustín Lecchi, Lorena Tapia Garzón y Mariano Suárez.
La publicación propone una búsqueda que va más allá de la critica a trabajadores y trabajadoras de prensa, ya que su propósito es poner luz sobre la precarización laboral, la falta de espacios de debate sobre las líneas editoriales y la lucha por dar espacios en los medios a aquellos conflictos que el poder quiere invisibilizar.
En ese sentido, la importancia de esta serie de textos está en poner en debate una mirada hacia adentro, hacia las redacciones. Por ejemplo, cómo se aborda un femicidio en los medios, una pregunta que pone de manifiesto cómo en el discurso se cristaliza la bajada de línea patriarcal, estigmatizadora y denigrante. Sucede con los grupos sociales marginados de acuerdo a su género, su estatus social y económico: los jóvenes, los pobres, los colectivos sociales ambientalistas son blanco de esa mirada instalada y sistematizada que este libro propone exponer y romper.
Si algo vale la pena destacar de los ensayos, es que cada uno de los diez capítulos está ilustrado con ejemplos que se pueden ver diariamente en los medios de comunicación argentinos. Sumado a propuestas superadoras que invitan a construir nuevas miradas en donde el periodismo recupere su rol social y que quienes eligieron la profesión recuperen la conciencia de que son trabajadores y trabajadoras que deben luchar por sus derechos. Porque en la reivindicación de sus derechos y la posibilidad de real expresión están garantizados la visibilización de cada sector social que necesita una voz que los represente, un espacio donde puedan ser vistos, sin ser juzgado de ante mano, sin ser censurados por quienes dicen estar en contra de la censura.