Los y las becarias del sector de Ciencia y Técnica realizarán una audiencia mañana para reclamar por sus derechos y para que el Estado reconozca que Investigar es Trabajar. Un breve análisis sobre las condiciones laborales y los reclamos de lxs Jóvenes Científicxs Precarizadxs.
Por Mariana Frega* y Pedro Cataldi** | Fotos de Jóvenes Científicxs Precarizadxs
Mañana viernes 13 de diciembre a las 10 horas el colectivo de trabajadores y trabajadoras del sistema nacional de ciencia y técnica daremos un nuevo paso en la extensa historia de lucha por el reconocimiento de nuestro sector. Realizaremos una Audiencia Pública en el Congreso Nacional dónde presentaremos un proyecto de Estatuto de Investigadores en Formación. Esto es posible gracias a muchísimxs compañerxs e investigadorxs comprometidxs con esta causa y al apoyo de la Diputada Nacional Romina Del Plá, del Bloque del Frente de Izquierda. Esta Audiencia es parte de un largo proceso de movilización y concientización sobre nuestra problemática, sostenido por lxs becarixs doctorales y posdoctorales durante más de una década y en el transcurso de los diferentes gobiernos que se sucedieron.
Este proyecto de Estatuto es producto del trabajo colectivo que venimos realizando desde Jóvenes Científicxs Precarizadxs junto a compañeros y compañeras de distintos Institutos, Universidades y Centros de Investigación. Entre asambleas y mesas de trabajo fuimos elaborando este proyecto que contempla un conjunto de regulaciones y condiciones laborales esenciales para nuestro desempeño como trabajadores y trabajadoras dentro del sistema científico nacional. Estos derechos y protecciones a las que apelamos son inescindibles de una política científica de calidad y que pretenda, efectivamente, servir para la transformación y el desarrollo.
Sin duda, la situación de precariedad en la que nos encontramos lxs investigadorxs en formación es insostenible. Pasamos entre 5 y 7 años realizando tareas de investigación de dedicación exclusiva mientras que se nos niegan nuestros derechos más elementales. No contamos con aguinaldo, antigüedad, seguridad o higiene laboral. Tampoco los años que destinamos al trabajo de investigación son computados a efectos de una futura jubilación o pensión. En materia salarial, no tenemos participación en los mecanismos de discusión paritaria: hoy en día, (sobre) vivimos con un salario menor a los 30 mil pesos, cuando el monto mínimo para no ser pobre, según el INDEC, está fijado para noviembre de 2019 en $35.647,66.
Con estos salarios intentamos (sobre) vivir e incluso costear gastos laborales que no son posibles de cubrir por nuestros institutos o universidades, debido a la política de recorte presupuestario de los últimos años. Si se continúa profundizando esta política de precarización, la actividad científica se convertirá inevitablemente en una labor reservada a quienes no dependen de su salario para poder vivir. Por eso es necesario y urgente rechazar este proceso de elitización del sistema científico y reivindicar un sistema de investigación pública con salarios y condiciones de trabajo dignas.
Tampoco existe un verdadero régimen de licencias por enfermedad, accidentes, violencia laboral o de género, a la vez que las licencias por maternidad y paternidad resultan insuficientes y su otorgamiento queda sujeto a numerosas irregularidades y arbitrariedades. No existe cobertura de salud para nuestras familias ni un sistema de guarderías y jardines que posibiliten que nuestros hijos e hijas reciban cuidados de calidad mientras realizamos nuestro trabajo. Lxs becarios y becarias queremos un sistema científico con perspectiva de género y eso es totalmente incompatible con un régimen laboral que nos precariza a diario.
Creemos que la actual política de Ciencia y Tecnología de nuestro país responde a un sistema mundial de producción de saberes y tecnologías basado en la lógica capitalista: lo importante, en ese sentido, es la producción e innovación al servicio de los mercados, que genere mayores ganancias a bajo costo. Nuestra precariedad laboral y la falta de derechos básicos son también consecuencia de esta lógica que apelamos a transformar. En este contexto, lxs becarixs, lejos de ser valoradxs por conformar la base del sistema de CyT, somos convertidos y convertidas en la mano de obra barata y explotada que ayuda a mantener a quienes controlan el poder y la ideología de la producción científica‐tecnológica en Argentina. Esta es una tendencia que ha traspasado signos políticos y gobiernos. En este sentido, luchar por nuestros derechos como trabajadores y trabajadoras es parte fundamental de la construcción de un sistema científico-tecnológico que sea una verdadera herramienta de transformación al servicio del pueblo.
A pesar del feroz ajuste aplicado por el macrismo en CyT, nos mantuvimos durante estos años organizadxs y decididxs, como lo atestiguan las tomas del Ministerio en 2016 y 2017 contra los despidos y en defensa de nuestras conquistas. Frente a la coyuntura que se nos presenta, creemos que la lucha contra la hiper explotación laboral es vital y prioritaria para el conjunto de las y los trabajadores. Indefectiblemente, todo avance es un antecedente que empuja a ganar otras luchas. Por eso, en esta Audiencia, y cómo lo venimos sosteniendo cada día en nuestros lugares de trabajo y en todas las luchas que sostenemos por nuestros derechos laborales, reafirmamos que ¡Investigar es Trabajar!
*Becaria doctoral CONICET-UNDAV (Universidad Nacional de Avellaneda) – Militante de Jóvenes Científicxs Precarizadxs
**Becario doctoral CONICET-IAFE (Instituto de Astronomía y Física del Espacio) Militante de Jóvenes Científicxs Precarizadxs