Por Nadia Fink
Asado, truco y cancha es el plan del domingo bien argentino que habrá que mostrarle a la novia del hijo pródigo que vive en Europa y se ha dignado a visitar a la familia en el conurbano bonaerense. Una reseña sobre la obra más futbolera de Cappa, para develar lo profundo de las relaciones humanas que nos tocan más de cerca.
El fútbol le viene en el ADN. Ineludible. Bernardo Cappa es un dramaturgo, actor y director. Con más de 40 obras en la espalda (en las que fue uno o más de sus tantos roles), en la actualidad dirige Es un sentimiento, que puede verse en Teatro Andamio 90 los sábados a las 22.30. Un patio en una casa de Isidro Casanova, en la provincia de Buenos Aires, es el escenario. Un asado de domingo, truco e ida a la cancha porque juega Almirante Brown es la rutina de ese domingo.
Es un día cotidiano para Lisandra y su familia, aunque también es un “típico día argentino” que van a mostrarle a la noviecita europea del hijo predilecto, ese que hace diez años diseña en una mega empresa del viejo continente. Mientras Sombra, barra de una de las facciones de Brown, atiza el fuego, Vicky, la hija de Lisandra, pelea por teléfono con su ex, capo de la otra facción de la barra, a quien le esconde los trapos en la propia casa.
Se sabe, nada es lineal en las familias y la superficie esconde por lo bajo años de cosas dichas y no dichas, miserias, viejas peleas, infancias compartidas, cariño y tantas más…
La obra, escrita por Cappa, habla de fútbol para mostrar mucho más allá. El fútbol, la pasión, la lealtad, la amistad, el barrio… todo confluye en un relato donde las contradicciones aparecen por todos lados, sin ser forzadas, como la vida misma… detrás de esa “cultura del aguante” que se percibe (y sobre la que reflexiona), detrás del día “típicamente argentino” que Mario decide hacerle pasar a su novia, detrás de esa lejanía que acrecienta la nostalgia por el país propio; emerge lo real, eso que ante sus propios ojos deja de tener el encanto de lo que se extraña: la falta de chorizos en las carnicerías del barrio, el no poder acercarse a la placita porque los pibes están bravos y ya no respetan los códigos, Internet que se cae y un trabajo online que hay que entregarle a la empresa de marketing… Cualquiera puede ser la mecha que haga explotar su furia, detonar el “nosotros” y “ellos” y “esto en Europa no pasa”.
Bernardo parte de un mundo que conoce de cerca (no olvidemos que es el hijo del DT Ángel Cappa), y decidimos acercarle unas preguntas para que nos cuente su mirada sobre esta obra y la realidad que subyace en ella:
¿Qué significa el fútbol en tu vida?
El fútbol es el vínculo con mi viejo, como estuvimos poco tiempo juntos, intenté encontrarlo en ese juego y así aprendí que la ficción es un juego para desplegar emociones.
El Negro Fontanarrosa decía que el fútbol era una excusa para hablar de los temas cotidianos, en el caso de la obra, ¿en qué medida usás al fútbol de disparador para abordar qué temas?
El fútbol es un tema del que se habla con pasión, esa forma de hablarlo es teatral, eso me interesa para hacer ficción. La forma de actuar lo que se siente en la Argentina o lo que se dice que se siente contiene varias capas de mentiras y esa forma es la forma de hacer política que hace posible la continuidad del poder en este país.
El fútbol como el teatro, son expresiones lúdicas donde el cuerpo se pone en juego, ¿qué similitudes encontrás en la improvisación (en el campo de juego o en el escenario) y ese partir del “aquí y ahora”?
Improvisar en teatro es como en el fútbol buscar la sorpresa, como en el fútbol si todo lo que se hace es para sorprender no sorprende, hay hacer de cuenta que se hace algo para hacer otra cosa, la sorpresa es poética porque nos hace dar cuenta que estar vivos es un misterio,
¿En qué medida el humor te sirve para contar y para “salvar” a personajes y espectadores?
El humor que me interesa es el de la gracia, no me interesa el humor que se burla, el humor que confirma el sentido común, el humor que da gracia desmiente al sentido común que siempre nos quiere hacer creer que la realidad es la razón.
En la obra decidiste laburar la historia con barrabravas, ¿cómo surgió y cómo hiciste para naturalizar esa historia, en una actualidad donde el accionar de las barras es tan complejo?
Es un sentimiento es una obra que narra un asado antes de un partido de fútbol, de una familia en La Matanza, y en casi todas la familias hay un barrabrava, si no es en la presencia lo es en la fantasía y en las acciones que esas fantasías hacen hacer, ” Es un sentimiento” es una obra sobre la realidad, parece un disparate pero no lo es.
Después de todo, en eso transitan los personajes de esta obra, con muy buena interpretación por parte de los actores, en un vaivén donde el humor y el drama conviven sin pedirse permiso; donde una mujer como Lisandra puede haber dado la copa de leche a cada pibito del barrio, tanto como levantar quiniela engañando a los apostadores. No hace falta hurgar demasiado para que cada quien muestre pronto lo que no muestra la superficie. Nadie se vuelve entrañable acá porque no es intención de Cappa redimir a nadie. Nada de conceptos deglutidos y lugares comunes: la realidad está ahí y, a veces, tan superior a la ficción…
Sábados a las 22.30 en Teatro Andamio 90 (Paraná 660). Elenco: Carla Appella, Fernando De Rosa, Lara Sol Gaudini, Guido Losantos y Silvia Villazur.