Los profesores de las escuelas públicas de la ciudad de Chicago continúan la huelga iniciada el lunes de la semana pasada en reclamo de aumentos salariales, un mejor sistema de evaluación para los docentes y mayor seguridad de empleo.
La huelga, a la que adhieren más de 30 mil maestros de escuelas de Chicago, Estado de Illinois, entra hoy en su octavo día luego de que los 700 delegados del Gremio de Maestros decidieran rechazar la propuesta de contrato laboral realizada por la junta de Escuelas Públicas de Chicago (CPS), alargando el primer conflicto sindical en el sector después de 25 años. La misma afecta a unos 400 mil estudiantes desde el nivel preescolar hasta la secundaria.
La presidenta del sindicato de educadores, Karen Lewis, declaró que el consejo de delegados leyó como insuficiente el nuevo contrato, a la vez que consideran que deberían tener más tiempo para evaluar el borrador del documento, ya que la confianza de los profesores hacia la CPS está deteriorada luego las extensas negociaciones que vienen llevando adelante desde hace 9 meses en relación al nuevo convenio colectivo que regirá la actividad docente en la ciudad.
La puja se centra tanto en la negociación salarial como en el rechazo de los docentes al plan de dejar de aplicar incrementos automáticos a los maestros basados en méritos, para establecer un nuevos sistema de corrección salarial basado en el rendimiento de los estudiantes en un sistema de evaluaciones con exámenes estandarizados. Este es el mismo sistema que se aplica en el sistema educativo general de Estados Unidos, el cual establece el monto de recursos presupuestarios que recibirá un establecimiento público, según las calificaciones que saquen sus estudiantes en los exámenes estandarizados.
Por otro lado, otra de las cuestiones que representa una preocupación para el sindicato, es el plan de las autoridades de cerrar en los próximos meses cerca de 120 escuelas, lo que significaría el despido de una gran cantidad de maestros en el tercer distrito escolar más grande de Estados Unidos.
El sindicato viene denunciando que el plan de reforma educacional previsto por las autoridades es irrespetuoso y agresivo hacia el sector, comenzando con la decisión del Alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, de extender la duración diaria de las clases, lo que generó el pedido inicial de un incremento del 30% en los salarios docentes.
Ante la decisión de continuar el paro el alcalde de Chicago amenazó con acusar a sus organizadores ante los tribunales y solicitar una orden judicial para forzarlos a volver a las aulas, ya que calificó de ilegal la medida. “He dado instrucciones para presentar una demanda en el tribunal de circuito para ponerle fin inmediatamente a esta huelga, y para que nuestros hijos regresen a la escuela lo más rápido posible. Las acciones del sindicato de maestros son consideradas ilegales porque incumplen con las leyes laborales educativas del estado de Illinois y a su vez ponen en peligro la salud y seguridad de los niños”, declaró el alcalde.
El presidente de la Junta de Escuelas Públicas de Chicago, David Vítale, dijo sentirse decepcionado con la decisión de alargar la huelga. “No hay razón por la cual nuestros niños estén fuera del salón de clases mientras se revisa la propuesta del contrato”, expresó el funcionario en una conferencia de prensa.
La resolución del conflicto representa un desafió no solo para el demócrata Emanuel, quien fue jefe de gabinete de Obama antes de ser electo Alcalde, sino también para la Casa Blanca en general en el marco de las elecciones a realizarse el próximo 6 de noviembre, ya que los sindicatos son un apoyo imprescindible para el partido azul, y este reclamo puntual lo enfrenta a una de las organizaciones sindicales con más fuerza en el país.