Por Diego Fina. En una noticia que conmueve al fútbol argentino se confirmó que el ex entrenador de Newell’s se hará cargo del club catalán. Será el cuarto argentino en la historia en dirigir al Barça.
Cosecharás tu siembra, Tata. Tal vez sólo en sus sueños Gerardo Martino se imaginaba como técnico de uno de los mejores equipos de todos los tiempos. Pero está pasando, no es ninguna ficción futbolera. Tras años donde forjó una prestigiosa carrera, le llegó el premio gordo y se mudará a Barcelona para seguir escribiendo su gloriosa historia al mando nada menos que de Lionel Messi, Andrés Iniesta, Xavi Hernández y compañía. Luego de varios rumores que surgieron de medios españoles, ayer el club catalán no dejó dudas en su página web y redes sociales. El acuerdo será por dos temporadas y el argentino viajará para firmar y será presentado en los próximos días.
Lo curioso es que Martino ya había sido tentado de España para dirigir al Málaga y a la Real Sociedad meses atrás, pero su compromiso y palabra con Newell’s hicieron que se quedara en Rosario para hacer una gran campaña con título local incluido. Y ahora, sorpresivamente y ante la imposibilidad de seguir contando con Tito Vilanova, el Barça lo fue a buscar (el otro candidato era Luis Enrique, recientemente incorporado al Celta de Vigo). Es que el estilo del entrenador encaja perfectamente con la escuela catalana del buen juego, la posesión del balón, el pase y la intención ofensiva, algo que demostró en su última campaña en Argentina. Al Tata no le faltan atributos necesarios como para merecer tal oportunidad ya que cuenta con un abultado currículum, donde además de su reciente paso por el leproso se destacan sus experiencias con la Selección de Paraguay (clasificando a la Sudáfrica 2010, donde accedió a cuartos de final, y llegando luego a la final de la Copa América del año siguiente) y los campeonatos logrados con Libertad y Cerro Porteño de Paraguay.
El Tata será el cuarto argentino que dirija al conjunto catalán: anteriormente lo hicieron Helenio Herrera, Roque Olsen y César Luis Menotti, que sumaron en total seis títulos. Pero este Barcelona atraviesa hace años los mejores momentos de su rica historia, ganándolo todo pero especialmente mostrando un juego cautivador y exquisito, por lo que resulta aún más meritoria la llegada de Martino. Ni hablar de la presencia de Messi, quien sin dudas tuvo que ver en el arribo del nuevo entrenador al dar el visto bueno: “Seguramente Leo y Jorge (su padre) gravitaron en la decisión al hablar con la dirigencia. Es de gran importancia la posibilidad de poder dirigir al mejor del mundo, buscaremos las formas en el día a día para poder apoyarlo y que el siga siendo el extraordinario jugador que es”, sostuvo el técnico al respecto en su última conferencia de prensa en el país. Además asumió la responsabilidad con seriedad: “Nos desvela estar a la altura de las circunstancias y ser un aporte para el grupo de jugadores. El desafío es insertarme en un club de semejante magnitud de la mejor manera y rápidamente para luego ser protagonistas en todas las competencias. No me lo esperaba, me tomó por sorpresa, me siento orgulloso de la posibilidad, me había preparado para descansar”.
Más allá de la presencia de Messi, Martino encontrará un plantel poblado con jugadores de una jerarquía enorme, entre los que se destaca Neymar, nuevo refuerzo proveniente del Santos de Brasil. Y los referentes ya ven con buenos ojos el arribo el DT argentino, como es el caso de Iniesta: “Si el club ha decidido que sea él, para nosotros es el entrenador ideal. Intentaremos que pueda trabajar a gusto, la ilusión es la máxima para llegar a junio con opciones de ganar cosas. La combinación es buena, sólo falta trabajar para que todo salga bien”.
Como dijo Menotti, la llegada de Martino a uno de los mejores equipos de todos los tiempos “prestigia a la profesión”, pero también al fútbol argentino, cuna de grandes entrenadores. Se trata de vivir la historia en presente, en un momento que marca a fuego nuestro deporte y un reto que unos pocos tienen la suerte de vivir. Salud, Tata.