Por Andrea Sosa Alfonzo. A 36 años del golpe de estado Elia Espen, Alberto Santillán y Mónica Alegre analizan cuál es el escenario hoy, en el marco de la criminalización de la protesta social, la Ley Antiterrorista y la ausencia de condenas.
Cada 24 de marzo, las calles entrecruzan los relatos de familiares de desaparecidos y asesinados en dictadura y democracia. A 36 años del golpe y en el escenario actual, las reflexiones llaman a un debate más amplio, y traen al presente a través de los discursos de quienes aún luchan por la condena de los culpables, una sintonía fina que dejan sin aliento a cualquier intérprete.
Marcha dialogó con tres referentes de la protesta social que analizan el devenir de la historia y el reclamo por justicia, en donde dejar al descubierto las operaciones del poder es también una forma de resistencia.
Elia Espen es miembro de Madres de Plaza de Mayo -Línea fundadora- y de la comisión del ex centro clandestino de detención Club Atlético. Es madre de Hugo Orlando Miedan, desaparecido el 18 de febrero de 1977 por las fuerzas represoras de la dictadura militar. Los culpables aún siguen sin castigo.
– A 36 años del golpe, ¿cuál es tu visión de las luchas sociales?
Lo que veo es que nada está completo, por eso le pido a la Señora presidenta que piense qué es lo que están haciendo porque no se puede seguir reprimiendo a esta altura, ya lo hemos pasado, y hoy hay mucha represión, mucha distinción. No es justo que por esta maldita ley terrorista que hicieron cada uno vaya a actuar como se le ocurra, porque si en una manifestación esta la policía va a actuar como se le ocurra, si esta la gendarmería va a actuar como se le ocurra y no es posible que no ponga un límite. En este país cada vez hay más reclamos y yo me pregunto como preguntaba en aquella época cuando se llevaban a los chicos: ¿Por qué será?, ¡Por algo será! Ahora digo lo mismo, por algo será que hay tantos reclamos. Entonces que lo vayan pensando bien, porque la gente no se va a quedar quieta.
No sé cuando desapareció mi hijo, pero sí sé que estuvo en el Atlético, estaba encadenado, se había vuelto loco por la tortura y lo que hasta el día de hoy me emociona mucho es cuando recuerdo quien me contó que lo escuchó gritar desesperado: “mamá”. Luego, le dieron el vuelo final; lo tiraron al mar.
Alguna vez me preguntaron, ¿y ahora que vas a hacer? Yo respondí: Ahora voy a pelear mucho mas, por sus reivindicaciones, porque luchaban por un trabajo mejor, porque no haya mas hambre, no mas injusticia, y entonces ahora voy a pelear mucho! Y hoy hay una gran cantidad de jóvenes que siguen manteniendo viva la memoria por todos nuestros hijos.
Espen es investigada por el Proyecto X que criminaliza la protesta social, por apoyar la lucha de los trabajadores de Kraft. Su participación en las calles, en reclamos ante los juzgados y ante el Ministerio de Seguridad de la provincia la marcó como una de las perseguidas por la Gendarmería y otros organismos de Inteligencia en los conflictos que los trabajadores llevaron adelante a través de los cortes de ruta. Elia fue fotografiada reiteradas veces.
La impunidad de ayer y de hoy en el accionar de la policía de gatillo fácil y el avallasamiento de los derechos básicos, dejan al descubierto la criminalización de la protesta, la persecución y asesinato de luchadores populares.
Mónica Alegre es madre de Luciano Arruga desaparecido el 31 de enero de 2009 en el barrio 12 de octubre de Lomas del Mirador, partido de La Matanza. Luciano fue detenido y luego desaparecido por la policía bonaerense una noche cuando volvía solo a su casa. Los culpables aún siguen libres.
– ¿Cuál es tu visión hoy en la lucha por los derechos humanos?
Mi visión es como la de todos, pedir justicia, seguir luchando junto a las abuelas y a las madres de la plaza, en busca de reclamo no sólo por Luciano sino por todos los chicos desaparecidos porque la misma impunidad de ayer sigue hoy. Está el caso de Daniel Solano en Choele Choel, su familia esta acampando hace 3 meses en busca del cuerpo de su hijo desaparecido en manos de la policía. Ese es uno, pero hay muchísimos casos. Tenemos que pedir justicia por muchos, por Luciano, por Marita Verón, por Julio López y por los 30.000 desaparecidos.
– ¿Ves alguna diferencia entre desaparecidos en democracia y dictadura?
Ninguna, Luciano fue secuestrado, y no digo detenido; secuestrado, torturado, desaparecido a la noche. Típica represión y accionar de hace 30 años, como la desaparición en dictadura. A Daniel Solano lo sacan en un móvil particular a la noche, lo llevan personas civiles, tampoco se sabe nada de él. La única diferencia la hacen los políticos diciendo que estamos en un país democrático y libre, pero los de abajo no somos libres de hacer nada, ni de que nuestros hijos puedan salir y estar tranquilos.
Del 2001 al 2012, las victimas asesinadas ascienden a más de 70 según el Informe sobre Criminalización de la Protesta elaborado por CORREPI, AEDD, CADEP entre otras organizaciones y publicado en marzo de este año. Darío Santillán fue asesinado en este período.
La Ley Antiterrorista sancionada en 2007 y ampliada en 2011, presenta un escenario de profundización de la represión ante el proceso de organización de los sectores populares.
Alberto Santillán es padre de Darío Santillán militante del MTD Lanús nucleado en la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, fue asesinado en 2002 por la policía de la provincia de Buenos Aires en la Masacre de Avellaneda. Los culpables siguen aún en libertad.
– A 36 años del golpe, ¿cómo ves el escenario para las organizaciones sociales?
Es importante esta movida, la no perdida de la memoria, reivindicar a los que entregaron su vida por algo distinto. Ante toda la injusticia en donde la justicia no hace nada, está el pueblo, están las marchas, está el Movimiento para buscar a los responsables porque la justicia mira para otro lado. Si la generación desaparecida estuviera hoy no estarían los políticos de mierda que tenemos. Es necesario señalar a los culpables y reivindicar a los caídos. Tantos pibes inocentes, tantos pibes muertos… pero la lucha está y no nos van a ver de rodillas.
– ¿En este contexto cómo irrumpe la Ley Antiterrorista?
Evidentemente los que estamos en la calle sabemos que el tema de la represión jamás salió de las calles, y ahora se quieren amparar en una ley para reprimir las protestas sociales. Sería importante, como dijo Zaffaroni, decir que esta Ley está encubriendo algo: en cualquier protesta, como cuando salimos por Darío todos los meses, todos los años; nos quieren sacar de la calle. Pero eso es muy difícil porque por más que haya leyes y todo un aparato represivo atrás, no nos van a sacar nunca porque los reclamos que hacemos son justos. ¿Que buscamos? Justicia por los caídos, dignidad, trabajo, tener un gobierno como la gente. Darío me ha dicho alguna vez: “Nosotros estamos haciendo una revolución, es subterránea, pero algún día va a salir a flote y yo quizás me muera y no lo vea, pero la revolución esáa en marcha” Yo por eso le doy un terrible valor a la militancia de los jóvenes, porque son ellos los que van a hacer el cambio.
Debemos mantener una continuidad honrando a los caídos, aunque nos persigan y convencidos de que el enemigo está enfrente, el enemigo es el gobierno. Nos bifurca, pero debemos mantenernos en una sola vereda; que es la vereda de la lucha, la vereda de la dignidad. Más que nunca el lugar es uno solo: el de la lucha; el de la vereda del sol.