Por Mario Hernández. El pasado 13 de diciembre se conmemoró el Día Nacional del Petróleo. Marcelo García forma parte del Nuevo Proyecto Energético Latinoamericano y dialogó con Marcha sobre la situación de los hidrocarburos en nuestro país y la falta de un proyecto público estratégico para el sector.
-¿Por qué el 13 de diciembre se festeja el Día Nacional del Petróleo?
-Fue en 1907 el día en que apareció el primer chorro de petróleo en Comodoro Rivadavia, cuando lo que justamente se estaba buscando era petróleo, desmitificando el blanqueo que se quiso hacer a la historia del descubrimiento, diciendo que en realidad se buscaba agua y de casualidad se encontró petróleo. Las perforaciones en aquella época tenían que ver con detectar petróleo más allá de la necesidad del agua. Había perforaciones a lo largo del país y en particular en esa zona buscando petróleo.
-Recientemente se reafirmó el acuerdo YPF-Chevron, la técnica del fracking, energías alternativas, entre otras cosas. Ha habido novedades en cuanto a la política petrolera y me gustaría saber dónde estamos parados en este momento.
-Estamos parados en medio de una terrible crisis energética que ya se está sintiendo pero que más tarde o más temprano va a causar un sacudón y un problema muy grande. Por un lado porque Argentina necesita importar cada vez más gas porque no le alcanza lo que se produce a nivel nacional. Es uno de los rubros en los que la producción decae en forma constante.
Se habla poco de este tema.
-Es cierto. ¿Cuál es su impacto fundamental? Que para poder cubrir esa demanda para la industria, para las centrales que generan energía o para el consumo domiciliario, se tiene que comprar en el exterior, lo que ha generado un desequilibrio muy importante en la balanza comercial y se prevé que va a continuar en aumento. Eso generará grandes problemas porque el país cada vez tiene menos reservas. Es un disparate que tengamos que importar gas o comprar petróleo o combustibles cuando nos autoabastecimos, fuimos un país autosuficiente.
Estaba revisando algunos números de un artículo que escribiste a mitad de año y reparaba en que las retenciones totales contabilizaron en 2012 $ 61.000 millones, de los cuales $ 15.500 millones corresponden a hidrocarburos. Esas cifras ya no existen. No solo tenemos que importar energía. El perjuicio es doble, porque tampoco recaudamos por retenciones energéticas. Además, vos hablás de gas y tengo entendido que las reservas más importantes de Vaca Muerta no son gasíferas.
-Exactamente, de lo descubierto y explorado hasta ahora, son petroleras.
¿Cómo cierra?, porque hace falta gas y vamos a producir petróleo.
-La pregunta del millón. A priori, lo que uno supone y he escuchado decir a algunos referentes vinculados políticamente al gobierno, en el caso específico de Vaca Muerta con Chevron, es producir todo el petróleo no-convencional que se pueda, exportarlo y con esas divisas importar el gas que hace falta. Un verdadero despropósito. En los últimos 20 años, desde que se privatizó YPF, Argentina perdió algo así como 35 años de reservas de gas. Hasta los ’80 en el Gran Buenos Aires se seguía usando el gas de tubo, recordarás esos finos y largos, no había conexiones domiciliarias de gas natural. Inclusive en el sur se venteaba, se hacía un pozo, se sacaba el petróleo y el gas salía por otro caño y se quemaba, se prendía fuego en la punta del caño.
Desde que se privatizó YPF en 1992 se despilfarraron las reservas de gas que había en Argentina con un esquema bastante macabro, muy destructor. Las empresas podían exportar libremente todo el gas que sobraba en el país y comercializarlo donde quisieran. Fuimos un gran abastecedor de gas para Chile y para la industria del sur de Brasil y eso lo estamos pagando con costo económico porque tenemos que salir a importar con un costo de extracción que no es el mismo que tiene en Argentina. Sale más caro comprarlo en el exterior que producirlo en el país.
Estamos frente a un problemón que en determinadas épocas del año hasta cuesta vidas, porque hay gente que se muere de frío cuando hay desabastecimiento en el invierno. Además hay todo un sector del país que sigue sin tener gas natural.
-Claro. Pero además el otro gran problema es el desmanejo que hemos visto en torno a la política energética del país que lamentablemente no ha cambiado el rumbo. Cuando se expropió parcialmente YPF dijimos que había un rumbo abierto, pero se escogió el equivocado más allá que la nueva YPF, dirigida por Galuccio, recupera inversión, explora, recupera parte de la producción, que sus resultados sean completamente distintos en lo económico, pero con eso no alcanza para nada. Hace falta una política complementaria industrial, vinculada a la energía, completamente distinta, que hoy no se está produciendo.
Recientemente tres trabajadores han sido condenados a cadena perpetua y otros cuatro a cinco años de prisión por coacción agravada, todos del sector energético. Estos hechos son de una gravedad mayúscula, y en el medio aparecen los intereses de las empresas ligadas a la explotación carburífera.
–En su momento el conflicto fue ampliamente derrotado, lo que significó el descabezamiento de las conducciones sindicales de las empresas. Los obreros para entrar a trabajar tenían que pasar por retenes de Gendarmería, se descabezó y destruyó el sindicato petrolero que fue intervenido por la Federación durante varios años. Ahora se pudo recuperar en recientes elecciones. Hay elementos que podrían llegar a revertir esa situación pero hay un proceso en la Patagonia, específicamente en la cuenca del golfo de San Jorge, que es el sur de Chubut y el norte de Santa Cruz, en donde las petroleras buscan marcar terreno y amedrentar con todo.
A los petroleros de Las Heras en Santa Cruz y a Los Dragones en Comodoro Rivadavia, que son los otros que van en camino no a una cadena perpetua porque no hubo muertos en el medio, pero sí a ser condenados con un fallo ejemplar. En un lugar donde hace diez años hay conflictos permanentes y donde el movimiento obrero venía a la ofensiva consiguiendo logros muy importantes que para las empresas significan pérdidas.