Asumieron Gustavo Petro y Francia Márquez como presidente y vicepresidenta de Colombia en una ceremonia en la Plaza de Bolívar, en Bogotá. Un momento refundacional, una segunda oportunidad para el futuro de los pueblos en ese país y en la región.
Por Laura Salomé Canteros, Camila Parodi y María Eugenia Waldhüter
El domingo 7 de agosto de 2022 fue un día de fiesta porque en Colombia, lxs nadies pasaron de la resistencia al poder. Es que asumieron Gustavo Petro y Francia Márquez como presidente y vicepresidenta y durante todo el día se vivió el calor multicultural de los pueblos con más de 100 mil personas en la Plaza de Bolívar y alrededores. Una celebración que dispuso 7 escenarios musicales en Bogotá y que extendió la alegría a las regiones del país.
Una vez más, una asunción presidencial captó la atención de toda Abya Yala. Hoy, para las izquierdas y los progresismos en la región, los discursos con los pueblos como protagonistas son esos momentos épicos en que se teje la complicidad más allá del mandato de representación liberal. Son ejercicios de memoria que se transmiten de boca en boca; y en la historia de Colombia, un “Nunca Más” colectivo transformado en refundación.
Los desafíos para el primer gobierno de izquierdas y progresista en la historia de Colombia son múltiples, pero consolidar la Paz y el respeto por los Derechos Humanos será primordial para comenzar la reparación tras el odio, la guerra y el desgobierno neoliberal. La asunción de Gustavo Petro y Francia Márquez fue acompañada de rostros, colores, música, sonidos, símbolos, retóricas, esperanza y banderas en calles y plazas. Colombia invita a la unidad latinoamericana. Una síntesis para la Paz, pero también para el Vivir Sabroso.
“Que la dicha sea nuestra identidad”
Esta toma de posesión trascendió el acto de traspaso presidencial: cada acción, palabra y gesto dan cuenta de la construcción identitaria, política e histórica del pueblo colombiano que hoy encarnan Gustavo Petro y Francia Márquez. La banda presidencial le fue entregada por la senadora María José Pizarro quien, en su espalda, llevó la imagen de su padre. Carlos Pizarro, comandante del grupo guerrillero M 19 y candidato a la presidencia por la Alianza Democrática, fue asesinado en 1990 tras firmar la Paz. Junto a la banda presidencial, Gustavo Petro, llevará la insignia de la paloma por la Paz Total.
El acto de asunción fue acompañado por la emblemática espada del libertador Simón Bolívar que se encontraba desde 2020 en la casa de Nariño. Uno de los primeros pedidos de Gustavo Petro como presidente fue “que saquen la espada de Bolívar” para presenciar la posesión. La presencia de la espada de Bolívar fue parte de la épica fundacional que acompañó el discurso presidencial: “Que nunca más esté enterrada y que solo se envaine cuando haya justicia en este país”, manifestó Gustavo Petro luego de años retenida. Para el nuevo gobierno, la espada representa las luchas por la liberación y, por eso, la acción de “sacarla a la calle” simbolizó su reencuentro con el pueblo de Colombia. “Es la espada del pueblo y por eso la queremos aquí, en este momento y en este lugar”, sostuvo.
Durante su discurso, el nuevo presidente de Colombia mencionó a las personas que visitó durante su campaña, quienes fueron especialmente invitadas al acto y ovacionadas por la multitud presente en la Plaza de Bolívar . Sin embargo, destacó en su saludo al pueblo de Colombia como “lo más importante” reconociendo su centralidad para impulsar el cambio.
“Lxs nadies”, como enuncia la vicepresidenta Francia Márquez, fueron y son protagonistas del nuevo gobierno. Lejos de cualquier protocolo solemne, con sus presencias, banderas, cantos y bailes coparon la plaza para celebrar el cambio y despedir al gobierno de muerte de Iván Duque en un anhelo de “Nunca Más”. Para Petro, lxs nadies están en “los corazones del trabajo, las ilusiones de quien sufre, las mujeres trabajadoras que me han abrazado cuando me siento débil, el amor del pueblo a la gente que se siente excluida”.
En su discurso, Gustavo Petro, se expresó contra los dos siglos de guerra permanente y se comprometió a cumplir las sugerencias del informe presentado recientemente por la Comisión de la Verdad. Denunció además, la complicidad del Estado colombiano. Por eso, para el presidente electo, “la sociedad de Colombia se merece el derecho de vivir en paz”.
Un decálogo para la igualdad
En su primer discurso como presidente de Colombia, Gustavo Petro, compartió un decálogo programático que constituyen los principales compromisos de su gobierno y gabinete:
- Trabajar para la Paz verdadera y definitiva.
“Vamos a cumplir el Acuerdo de Paz y a seguir las recomendaciones del informe de la Comisión de la Verdad”. (…) La paz es el sentido de mi vida, es la esperanza de Colombia. (…) La vida debe ser la base de la paz. Una vida justa y segura. Una vida para vivir sabroso, para vivir feliz, para que la dicha y el progreso sean nuestra identidad”.
- Cuidar de abuelos y abuelas, niños y niñas y personas con discapacidad.
“Somos una sociedad solidaria, que se preocupa y ocupa del prójimo. Que su Gobierno también lo sea. Haremos una política sensible al sufrimiento y dolor ajeno, con herramientas y soluciones para crear igualdad”.
- Gobernar con y para las mujeres.
“Empieza un gobierno paritario y con un Ministerio de Igualdad. Con nuestra vicepresidenta y ministra Francia Márquez vamos a trabajar para que el género no determine cuánto ganas ni cómo vives. Queremos igualdad real…”.
- Dialogar con todos y todas, sin excepciones ni exclusiones.
“Este será un gobierno de puertas abiertas. (…). Lo importante no es de dónde venimos, si no a dónde vamos. Nos une la voluntad de futuro, no el peso del pasado. Vamos a construir un Gran Acuerdo Nacional…”.
- Escuchar a los colombianos y las colombianas.
“Se gobierna escuchando. Vamos a diseñar mecanismos y dinámicas para que todo colombiano se sienta escuchado en este Gobierno. No quedaré atrapado entre las cortinas de la burocracia. Estaré cerca de los problemas…”.
- Defender a los colombianos y las colombianas de la violencia.
“Colombia necesita una estrategia que vaya desde los programas de prevención hasta la persecución de las estructuras criminales y la modernización de las fuerzas de seguridad. Las vidas salvadas será nuestro principal indicador de éxito”.
- Luchar contra la corrupción.
“Vamos a recuperar lo que se robaron, vigilar para que no se vuelva a hacer y transformar el sistema para desincentivar este tipo de prácticas”.
- Proteger el suelo y subsuelo, mares y ríos, aire y cielo.
“No voy a permitir que la avaricia de unos pocos ponga en riesgo nuestra biodiversidad. Vamos a enfrentar la deforestación descontrolada de nuestros bosques e impulsar el desarrollo de energías renovables. Colombia será potencia mundial de la vida”.
- Desarrollar la industria nacional, la economía popular y el campo colombiano.
“Necesitamos de todos y todas para crecer y redistribuir riqueza. La ciencia, la cultura y el conocimiento son el combustible del siglo XXI. Vamos a desarrollar la sociedad del conocimiento y la tecnología”.
- Cumplir y hacer cumplir la Constitución.
“La que dice en su artículo 1: ´Colombia es un Estado social de derecho´. (…). Necesitamos mejores leyes, nuevas leyes al servicio de las grandes mayorías y garantizar su cumplimiento. Confío mucho en que los debates en nuestras asambleas legislativas”.
¡Hasta que la dignidad se haga costumbre!
El discurso previo al presidencial estuvo a cargo del Senador Roy Barreras Montealegre, quien habló de un Estado presente para todas las regiones del país: “La historia de la guerra, de la muerte y el nacimiento de la democracia liberal han estado presentes, sin embargo nunca se había convertido en mandato popular. Hoy llegamos gracias a un pueblo que levantó la cara, la cabeza y la voz, somos capaces de liderar nuestro propio destino”. “En esta tierra, por primera vez en 200 años de vida republicana, un gobierno progresista y de izquierda ha llegado a Colombia”, advirtió el presidente del Senado Roy Barreras.
“Encontraron a un hombre y una mujer que encarnaron ese pueblo y por primera vez en 200 años, un gobierno progresista y de izquierdas ha llegado”, dijo el senador. “Esta es una ruptura y un quiebre en la historia. La ilusión y los vientos de la Paz fueron los de la movilización social que se convirtió en poder”, “vinimos a superar la cultura de la guerra y la muerte. Colombia está decidida a convertirse en una potencia mundial de la vida”.
Con el carácter, la vestimenta, los accesorios y la legitimidad que la identifican y la acompañaron durante su campaña electoral, sin dudas, la toma de juramento a la vicepresidenta electa, Francia Márquez Mina, fue uno de los momentos más emocionantes de la tarde. A cargo del presidente, Gustavo Petro, Francia juró con la palma derecha en alto y una voz que resonó histórica en la Plaza de Bolívar: “Juro a dios y al pueblo. Juro ante mis ancestros y ancestras. Hasta que la dignidad se haga costumbre”.
Las mariposas que identificaron la transmisión de mando en Colombia, fueron multiplicadas en remeras, estandartes y en las redes sociales. Un rostro de mujeres anticipando un gobierno feminista, paritario y con Ministerio de la Igualdad. Así como el acompañamiento de Luz María Bernal, Madre de uno de los falsos positivos de Soacha quien se acercó a la Plaza de Bolívar; o de María Mireya Murillo Becerra, de la comparsa Brisas Africanas quien llegó desde Turbo, Antioquia; o de Olga Liliana Buesaquillo Jansasoy, integrante del Cabildo Inga Pakai de Puerto Limón, Mocoa. Ellas y otras son un símbolo de una revolución cercana.
*Fotos: Presidencia de Colombia