Entre el 25 y el 29 de abril se realizó en Guatemala el encuentro “Mujeres, territorios y libertad de expresión”. Periodistas, indígenas y feministas de ocho países de Abya Yala se reunieron para poner en común la situación de la prensa y los riesgos que asedian a los y las cronistas comunitarios en la región. Marcha estuvo acompañando todas las jornadas.
Por Maru Waldhüter / Fotos: Maru Waldhüter y Prensa Comunitaria
Allanamientos, ciberataques, persecuciones, judicializaciones, asesinatos y el exilio como la única supervivencia, forman parte de la vida cotidiana de los y las periodistas en América Latina y el Caribe y especialmente en Centroamérica. Ante este escenario, el medio Prensa Comunitaria realizó un monitoreo en zonas urbanas, en la ciudad capital y en áreas rurales para relevar los diversos ataques contra la prensa en Guatemala. El resultado arrojó una cifra más que preocupante ya que, desde el año 2021 a la actualidad, se relevaron 125 agresiones. Son cifras que ya no permiten hablar de casos aislados porque el registro de todas las agresiones detalladas configuran una estadística que da cuenta de una acción sistemática que tiene como objetivo a la prensa en Guatemala. En palabras del cronista de Prensa Comunitaria, Simón Antonio Ramón, “una agresión es una agresión, 100 son estadística”.
Este mapa de situación se refleja con características similares en El Salvador, Honduras y México. En éste último, según la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), solo en lo que va del año, se asesinaron a 8 periodistas. En Suramérica, las alarmas se encienden en Colombia, Brasil, Chile y Bolivia donde en 2019 el golpe de Estado al gobierno de Evo Morales se caracterizó, entre otras cosas, por el hostigamiento a la prensa por eso, también, continúa el pedido de justicia por el reportero argentino Sebastián Moro quien fue asesinado en el contexto del golpe.
Con este contexto, periodistas, indígenas y feministas se reunieron en Guatemala durante la última semana de abril en el marco del encuentro “Mujeres, territorios y libertad de expresión”organizado por Prensa Comunitaria y la Asociación Maya Uk’ Ux B’e. Junto a cronistas de México, Honduras, El Salvador, Colombia, Argentina, Estados Unidos, Bolivia, Brasil y Guatemala, estuvo presente el Relator Especial de Libertad de Expresión de la CIDH, Pedro Vaca, quien escuchó cada una de las historias expuestas, especialmente aquellas que refieren a comunicadores y comunicadoras comunitarias, quienes asumen mayores riesgos debido a las situaciones de violencia que acosan a sus territorios asediados en gran medida por el avance de proyectos extractivos y además, por la deslegitimación de la prensa tradicional.
“Asumimos este desafío a pesar de la censura que busca limitar derechos”
Domingo Hernández, titular de la Asociación Maya Uk’ Ux B’e, abrió la rueda de prensa en la que estaban presentes la directora de Prensa Comunitaria, Quimy De León; el Procurador de Derechos Humanos de Guatemala, Jordán Rodas Andrade; y el Relator para la Libertad de Expresión de la CIDH, Pedro Vaca, en la que se abordaron los “Desafíos para la libertad de expresión en América Latina”.
Prensa Comunitaria es una agencia de noticias que nace en diciembre de 2012 y está conformada por un equipo multidisciplinario que articula junto a Ruda la agenda del periodismo feminista. Su directora, Quimy De León, sostuvo durante la conferencia de prensa que “hay una estrategia que busca silenciar a las comunidades” y que más de una vez, los y las periodistas asumen la tarea de contar lo que sucede en los territorios a riesgo de sufrir diferentes formas de hostigamiento e incluso costarles la vida. “Asumimos este desafío a pesar de la censura que busca limitar derechos”, afirmó.
Por su parte, el Relator para la Libertad de Expresión de la CIDH, Pedro Vaca, señaló en varias oportunidades que “la censura es la golosina del poder” y esto implica desafíos democráticos para todo el continente ya que “son valor la pluralidad y diversidad, por lo tanto es un disvalor democrático el ejercicio de un relato único”. Durante la jornada el Relator ofreció los diferentes recursos mediante los cuales se pueden acudir o pedir intervención a la CIDH y enfatizó que los Estados no deben aplicar el Código Penal para criminalizar a la prensa. Sin embargo, historias como las de Anastasia Mejía, periodista indígena Maya K’ich’e y directora de las emisoras de radio y TV Xol Abaj, quien fue acusada de “sedición”, “incendio y robo agravado” en 2020 mientras cubría una manifestación popular en contra del alcalde de la comunidad de Joyabaj. Anastasia estuvo en prisión preventiva durante un año hasta que se dictó su sobreseimiento por falta de pruebas en su contra.
Pedro Vaca también escuchó los casos específicos presentados por colegas de México, El Salvador, Colombia, Bolivia, Honduras y Guatemala, y advirtió que la prensa comunitaria, alternativa o independiente tiene además que sortear una dificultad adicional impuesta por el periodismo tradicional, que es la del reconocimiento del oficio, la rigurosidad y el profesionalismo. Sobre esto, Gloria Muñoz, periodista de Desinformémonos de México, trajo la historia de Samir Flores, comunicador y fundador de la Radio Comunitaria Amiltzinko, asesinado en 2019. La radio y su oficio estaban al servicio de la lucha de la comunidad que se oponía a la instalación de una termoeléctrica en la zona. A Samir Flores no se lo reconoció como periodista, se desestimó su tarea y tampoco está en el registro de periodistas asesinados en México. Al ser parte del territorio, los medios forman parte de la comunidad y al mismo tiempo son un servicio para sus habitantes, con lo cual dar de baja una frecuencia no solo atenta contra el medio y sus periodistas, sino que también lo hace contra la comunidad. Algo de esto es lo que sucede en El Salvador, donde no solo hay relatos de persecuciones y ciberataques, sino también el impedimento para sostener las emisoras comunitarias. La burocracia se pone al servicio del impedimento y los hostigamientos cotidianos para limitar el derecho a la comunicación y a la libertad de expresión.
“Hay que destacar el papel de la prensa comunitaria. Es una esperanza que nos escuchen en otros países, por eso es importante apoyar los esfuerzos periodísticos porque queremos un país donde las diferencias se respeten”, advirtió el Procurador de Derechos Humanos de Guatemala, Jordán Rodas Andrade, ante colegas de diferentes países.
Las jornadas continuaron durante toda la semana con intercambio de experiencias, debates y puestas en común sobre el oficio periodístico. También se hicieron presentes defensoras y defensores de los territorios, referentas y comunicadoras de comunidades Maya para acercar la historia de sus ancestras y la actualidad de sus luchas porque como expresó Quimy De León, “hablar de libertad de expresión es contar desde nuestros medios las luchas de los pueblos”. En esa dirección andaremos el camino y tal como concluye la declaración del Encuentro: “afirmamos que la comunicación y el periodismo comunitario, indígena y feminista seguirá aportando a estos procesos desde su trabajo y compromiso. Porque sabemos que somos herramienta estratégica para una Abya Yala donde los derechos de las personas, pueblos y Madre Tierra no solo sean reconocidos sino plenamente ejercidos”.