Por Andrés Alvarez. Relato en primera persona de lo que fue el recital histórico de 1996 en Buenos Aires de la mejor banda de punk rock.
Sabíamos que era el final, Los Ramones se separaban y habían elegido Argentina para terminar su gira mundial. El 16 de Marzo del ´96 se presentaban por última vez fuera de USA en la cancha de River.
Yo tenía 14 años y cursaba el 2do año del secundario. Como mis viejos no me dejaban ir solo me enojé, me enojé mal, y dije con toda la rebeldía adolescente que pueden llegar a tener unos jeans rotos y una remera rockera gastada, “si no voy a ver a los ramones no voy más a la escuela”. Era mi última oportunidad para verlos y no pensaba dejarla pasar. Lo curioso es que no recuerdo haber hecho algo para poder ir, inclusive hasta podría afirmarlo porque como sabía que mis amigos no iban no tenía más alternativas. Lo que sí recuerdo es que un día mi viejo me dijo cuando volvió del laburo “Hablé con Emilio. Guada y Mechi van, lo llevan a Emiliano, podes ir con ellos. Le dije que te saquen una entrada”. La amenaza funcionó, pensé.
La entrada, que nos salió $35 y que todavía guardo como un tesoro, era de un color violáceo, tenía una foto de ellos con los dinosaurios del último disco y decía Ramones en rojo, auspiciaban Coca-Cola y Rock and Pop. Un par de días antes se armó bardo en el local que tenía Coca-Cola en Lavalle y Florida, habían sacado una promo en la cual había que canjear cierta cantidad de tapitas por una entrada. El día del canje había cientos de fanáticos con miles de tapitas en la puerta pero las entradas nunca aparecieron. El local terminó destrozado a piedrazos. Después de unas horas les dieron las entradas en Barracas.
El día del recital hacía un calor terrible y yo estaba con jeans chupines negros y una remera negra obviamente de Los Ramones. Salimos al mediodía pero antes programé la videocasetera para que empiece a grabar a las 22 porque el recital lo iban a pasar por TELEFE: había comprado un VHS para ésta ocasión especial. Al otro día, cuando vi la grabación, me encontré con temas cortados por publicidades de Chiquititas con Romina Yan cantando “tengo el corazón con agujeritos”, de papas fritas Ruffles y la de Topper que decía “¿Cani, de qué es esa vinchita?”.
Tenía que ir hasta Palermo a encontrarme con mis acompañantes y salvadoras. Mi viejo me llevó hasta la estación de Lanús y de ahí tomé el 37 hasta el Parque Las Heras, estuvimos un rato en el departamento y salimos para la cancha. Fuimos a la platea baja que tenía el cartel luminoso, la San Martín creo. Llegamos temprano, todavía no había salido la primera banda, pero nos equivocamos de calle y quedamos en otra puerta. Estábamos cerca de la nuestra pero del otro lado de una valla y los patovicas no nos dejaban pasar. Puteando tuvimos que dar la vuelta a todo el predio de River, Figueroa Alcorta, Lugones, Udaondo y de nuevo Figueroa Alcorta. Terminamos a 50 metros de donde estábamos en un principio. De toda esa caminata lo que recuerdo era ver gente pintándose el pelo con pintura azul Alba.
Entramos, nos sentamos en la primera fila y el sol de la tarde nos daba de lleno, el escenario estaba en la platea de enfrente a unos 100 metros. El campo se iba llenando de a poco mientras en un costado hacían una ronda gigante para que dos flacos se agarren a piñas. Alrededor de las 16 salió a tocar Superuva y después 2 Minutos. Cuando arrancó Attaque 77 ya estaba bastante lleno, en un momento desde la valla de adelante del escenario vinieron corriendo para el fondo, donde estábamos nosotros, unas 30 personas con pecheras fluo y se metieron en el túnel por donde salen los jugadores. La gente había corrido a los de seguridad por quiénsabequé. Los Hosen salieron a tocar de día y terminaron de noche con Campino colgado de cabeza del techo del escenario. Iggy Pop era la frutilla del postre.
Se hicieron las 22, se apagaron las luces, el campo era una marea de gente, la adrenalina sube, suena The Good, The Bad & The Ugly y el coro del público que dice “ooh ooh ooh ooh ooooh Ramoooones”, se ilumina el telón del fondo que tiene cuatro columnas estilo griegas y el escudo del águila en el medio, gritos de 45.000 personas, salen Los Ramones al escenario, cada uno en su posición y one two three four! En 5 minutos ya habían tocado Durango 95, Teenage Lobotomy, Psycho Therapy y Blitzkrieg Bop. Se prendieron las luces que desde el escenario iluminaron todo el campo y pude ver como se agitaban las manos de 45.000 fanáticos con ese grito de guerra, nuestro grito de guerra, que era y sigue siendo Hey Ho, Let’s Go! No podía creer que estaba ahí ni lo que estaba sintiendo en ese momento. Una sonrisa y un cosquilleo me atravesaron todo el cuerpo. Fui feliz.
El recital siguió con un clásico tras otro, a Joey ya le costaba cantar pero esa noche dio todo. En los últimos temas cambió el fondo del escenario por una pared de ladrillos negra que decía en rojo Adiós Amigos y el final fue con Have You Ever Seen The Rain? un cover de Creedence.
Sabíamos que era el final, sabíamos que no era un hasta luego, siempre lo supimos pero nos habíamos olvidado por un momento cuando nos dejamos llevar por la potencia de la guitarra de Johnny. El ambiente había cambiado, era todo muy confuso y los ojos se nos ponían vidriosos. “Thank you Argentina, adiós amigos” nos dijo Joey y salió del escenario. Una parte de mi quedó vacía. ¿Qué vamos a hacer ahora?