Por Leandro Lutzky – @LeanLutzky / Fotos por Julieta Lopresto y Los Ojos de Anita
Una vez más, Costa Salguero se vistió de fiesta para celebrar lo que parecía ser, en la previa, un resultado cantado. Marcha estuvo presente en el centro de campaña macrista y te cuenta los detalles de una noche muy colorida.
Se percibe mayor movimiento que otras veces en las cercanías del establecimiento, que ya es característico para el entorno PRO. Los seguidores de Mauricio Macri se hacen presentes desde temprano, a partir de las 18, mientras cierran las puertas de los colegios y los sufragios están por terminar. Ya se percibe la victoria, aunque no haya un conteo formal.
En efecto, hay más presencia mediática que en la primera vuelta, cuando apareció aquel resultado sorpresivo que exaltó a todo el Frente Para la Victoria (FPV). Allí, en el búnker, nadie habla del FPV, que parece ser tan solo un mal sueño, a punto de terminar. El lugar se llena, como nunca antes. Cabe mencionar que el predio de Costa Salguero está en un punto de la Ciudad bastante inaccesible, hay poca presencia de transporte público, salvo por la línea 37 del colectivo. La mayoría de los militantes llega en vehículos particulares.
El catering es digno de un casamiento, los periodistas son agasajados con sánguches y postres servidos por mozos, que parecen haber sido escogidos por una agencia de modelos masculina. Todo está bastante tranquilo, hasta que desde los televisores del lugar se visualiza el título: “Ganó Macri”, y la militancia estalla de felicidad. De pronto, todo es una fiesta en Costa Salguero. Suenan cánticos y pueden verse a mujeres contra las vallas, que separan a la prensa del público, gritando: “¡Vamos Mauri!”. El Mago Sin Dientes aprieta su puño en señal de triunfo y se abraza con todos aquellos que pasen a su alrededor.
Falta mucho para el resultado final, pero la elección está resuelta. Consultado por este medio, el próximo intendente de Bahía Blanca y periodista, Héctor Gay, comenta: “Nuestros números indican que ganamos por más de diez puntos”. ¿Exceso de confianza? A nadie le importa, el triunfo macrista parece ser inapelable, aunque la diferencia con Daniel Scioli sea mucho menor al final. En tanto, Pedro Robledo, miembro de la Fundación Pensar y uno de los grandes referentes de la juventud PRO, explica que “nadie puede decir nada hasta que hable Mauricio”.
Así las cosas, todos los dirigentes macristas se esconden bajo el brazo de su líder, el único que da entrevistas es el humorista Juan Acosta, a quien se lo ve muy contento y risueño por el resultado. “Hasta que no salga Macri, no podemos dar más comida”, dice un mozo, ante la impaciencia de los periodistas. Todos deben estar focalizados en la figura del próximo presidente argentino.
Los protagonistas
Sale a hablar el asesor de la campaña, Marcos Peña y después aparecen en escena el próximo jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, la futura gobernadora provincial, María Eugenia Vidal, el gobernador electo de Jujuy, Gerardo Morales y Alfredo Cornejo, triunfante en Mendoza. Todos arengan al público desde el escenario mencionando “el cambio que se viene en la Argentina”. Por otro lado, piden “una celebración en paz”, mientras la militancia justicialista se enfrenta con la policía en la Avenida Diagonal Sur.
En las pantallas comienzan a verse los resultados parciales de todas las provincias, y se produce una escena bastante extraña, casi humorística. Cuando aparecen los territorios donde Cambiemos lidera la elección, principalmente en el centro del país, suenan gritos eufóricos. Sin embargo, mientras se ven los resultados de lugares como Santa Cruz, Río Negro o Tierra del Fuego, donde comanda el FPV, los silbidos y abucheos retumban en todo el predio. Después, se ven videos de ciudadanos comunes deseándole suerte a su candidato, similar a los homenajes de las fiestas de 15, salvo que el homenajeado es el futuro mandatario.
Mientras tanto, el lugar colapsa de gente, los encargados de la seguridad se ven desbordados porque hay muchos curiosos que se filtran en el sector de prensa. Los periodistas y simpatizantes de Macri están todos juntos, mezclados. Ya nada importa, los organizadores del macrismo también pierden su grado de seriedad y festejan, algunos se abrazan entre lágrimas. Afuera, en la Avenida Costanera Rafael Obligado, aparece una batucada para ponerle ritmo a la noche, algo atípico en el nicho PRO. Bueno, desde hoy todo es atípico.
De pronto, aparece Macri con todo su equipo, y esta parte de la historia es conocida por todos: la música suena fuerte, hay globos, papelitos y empieza el imperfecto baile del gobernador de la Ciudad, que divierte a sus seguidores al ritmo de Ciudad Mágica, el tema de Tan Biónica. Con toda esa energía, el hombre más importante de la Argentina da su primer discurso tras el comicio triunfal: “Qué difícil, cuánta emoción, tanta alegría y esperanza, estamos llenos de todo eso”. Continúa: “No sé cómo describirles lo que estoy sintiendo”, y su multitud lo aclama como si fuese una estrella de música pop.
Además, el próximo Presidente hizo fuerte hincapié en el espíritu emprendedor: “Somos así, porque nuestros abuelos bajaron de los barcos a ganarse la vida”. Antes de eso habían pasado el video de una joven aborigen, en Humahuaca, pero ahora los pueblos originarios no ocupan un lugar preponderante en el discurso de Cambiemos. Ya está todo dicho, los festejos seguirán en las calles.
Los autos empiezan a salir de allí, con bocinazos y gritos desaforados. La primera concentración de gente se puede ver en la intersección de Avenida del Libertador y Salguero, donde los vecinos de la zona cortaron dos carriles para celebrar y agitar con ímpetu las banderas celestes y blancas. Las últimas veces que los barrios de Palermo y Recoleta se habían movilizado políticamente en las calles fue durante el 2008, en medio de los conflictos con el campo, y en los años siguientes por los reclamos contra el llamado “cepo al dólar”.