Por Fernando Vicente Prieto, desde Caracas. Este 11 de septiembre Eduardo Galeano fue recibido en el Palacio de Miraflores, en el Balcón del Pueblo, donde Nicolás Maduro le hizo entrega de la Orden Simón Rodríguez. El acto fue parte del Encuentro Internacional Antifascista, en homenaje a Salvador Allende y el pueblo chileno, a 40 años del golpe de Estado.
Galeano subió al escenario pasadas las cuatro de la tarde, casi al final de una jornada de homenajes que había comenzado temprano.
Primero el vicepresidente, Jorge Arreaza, encabezó una ofrenda floral en la plaza Salvador Allende. Cerca del mediodía salió desde Plaza Venezuela una gran movilización, donde podían verse banderas de Chile y Venezuela, carteles contra el imperialismo y fotos y símbolos del Comandante Chávez.
La marcha recorrió el centro de la ciudad de este a oeste hasta llegar a Miraflores por la Avenida Urdaneta. En una tarima montada en el interior de la residencia presidencial, frente al mítico Balcón del Pueblo y con el pueblo chavista en la calle, Nicolás Maduro reivindicó al presidente Salvador Allende y llamó a tener memoria. Afirmó que la movilización popular y la lealtad y conciencia de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) sostienen a la Revolución Bolivariana, sujeta a las mismas conspiraciones por parte del imperialismo.
Parado detrás del presidente, Galeano -quien también recibió en Caracas el premio ALBA de las Letras- lucía sus jóvenes 73 años entre el periodista Ignacio Ramonet y el ministro de Comunas, Reinaldo Iturriza.
Cuando Maduro le dio la palabra, el uruguayo dijo que sentía un “inmenso honor” por recibir una condecoración que lleva el nombre de Simón Rodríguez. Recordó que a este pedagogo “lo conocían como el loco, porque fue capaz de hacer la primera revolución educativa de América latina, que está todavía a medio hacer”.
“El fue el profeta y el que lo puso en práctica los años que vivió. Pasó cincuenta años a lomo de mula recorriendo las montañas del Pacífico, donde se realizaba ese ideal educativo, que es también el ideal de nuestros días, que estamos viviendo tan intensamente, aquí y en toda América Latina”.
“¡Copiones!- les decía a los que mandaban-. A ustedes que copian todo, ¿por qué no le copian lo más importante, que es la originalidad?”, reseñó el escritor y periodista uruguayo. También recordó el empeño en el establecimiento de las escuelas mixtas, toda una novedad para la época, igual que la idea de que el niño sea preguntón, “para que pidiendo el por qué de lo que se le manda a hacer, se acostumbren a obedecer a la razón. No a la autoridad, como los limitados, ni a la costumbre, como los estúpidos”, como plantea en su Consejo a los Educadores.
Galeano también destacó la práctica de la enseñanza manual simultáneamente con la enseñanza intelectual. “O sea, acabó con un divorcio heredado de la época colonial, que era la peor de las herencias recibidas, que nos enseñó a despreciar la mano humana, llamándolos oficios viles”. Contra esto, Simón Rodríguez enseñaba en sus escuelas nuevas que los varones debían aprender los tres oficios principales: albañilería, carpintería y herrería, “porque con tierras, maderas y metales se hacen las cosas más necesarias”.
“¡Gloria eterna a Simón Rodríguez! Que vivo continúe en la enseñanza que se está impartiendo en países como Venezuela y en otros países que por fin despiertan de la larga siesta colonial para convertirse en tierras de libertad como las que él había soñado que fueran posibles”.
Luego de las palabras finales de Galeano, quien se mostró muy cómodo y activo, Nicolás Maduro convocó al escenario a Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia, quien agradeció al pueblo venezolano por la Revolución Bolivariana y planteó que en sus manos se encuentra “una enorme responsabilidad”, la de defender un proceso crucial para todo el continente.
Sobre el final, la música latinoamericana tomó los jardines del palacio y el pueblo se quedó bailando y saludándose, vivando a Allende y a la revolución latinoamericana. Hasta el sábado, delegaciones de diferentes países participarán en el Encuentro Internacional Antifascista, intercambiando en actividades culturales y foros de debate. Según afirman, al igual que Chávez, Salvador Allende “hoy se multiplica en millones”, construyendo a lo largo y a lo ancho de la Patria Grande.