Por Sebastián Alonso (*) / Foto: Gala Abramovich El pasado lunes se llevó a cabo la segunda audiencia por el travestidicio de Diana Sacayán. Con dolor, furia y esperanza, familiares y compañerxs reivindicaron la figura de Diana como militante de los derechos humanos y una decena de testigos aportaron pruebas que comprometen al imputado Gabriel Marino, quien se negó a declarar. Las audiencias continúan el lunes próximo.
El lunes amaneció soleado y una larga jornada de lucha esperaba frente a Tribunales: la segunda audiencia del juicio por el travesticidio de Diana Sacayán. Desde temprano, organizaciones sociales y partidos políticos se reunieron frente al edificio de justicia para hacer de este juicio histórico una reivindicación, una trinchera, un grito de furia travesti y un abrazo bien grande y apretado a lxs familiares, amigxs y compañerxs de Diana.
Diana Sacayán, militante de los derechos humanos y de las travestis en particular, cuya acérrima lucha abolicionista logró, entre muchas otras cosas, la aprobación de la Ley de Cupo Laboral Travesti-Trans en la Provincia de Buenos Aires, fue asesinada en octubre de 2015 en su departamento en Flores. Diana, junto a otras referentes travestis como Lohana Berkins y Marlene Wayar, basaron su lucha en comprender y explicar desde sus propios cuerpos travas, la situación de cientos de travestis: la falta de acceso a la salud y la educación públicas, y al trabajo formal con una expectativa de vida que ronda los 35 años producto de un sistema patriarcal y capitalista que se ensaña con los cuerpos trans-travestis.
Desde el momento del asesinato, la Comisión de Familiares y Compañerxs de Justicia por Diana Sacayán – Basta de Travesticidios luchó incansablemente contra la justicia patriarcal para que este juicio sea caratulado como un travesticidio y ayudar a comprender qué implica eso. Es por esto, que este juicio es considerado histórico: es la primera vez en la Argentina que el asesinato de una travesti es caratulado por la fiscalía como un travesticidio y crimen de odio. Ante esto, Gabriel Marino es el único imputado por la causa y cumple prisión preventiva.
Es así, que el pasado 19 de marzo, en Tribunales, a partir de las 10 hs, comenzó la audiencia con un ruidazo para que todxs se enteren. Un ruidazo lleno de tambores y agite, de alegría y angustia, de digna rabia. “Estamos cansadas de que nos maten, ¡cansadas!”, gritaba al micrófono Emily Matos. La radio abierta, lxs artistas, las banderas decorando la frialdad de las vallas del enorme edificio, los carteles llenos de arte informando la situación, los cantos. Los cantos, siempre: “¡Señor, señora, no sea indiferente, se matan a travestis en la cara de la gente!”.
En la sala de audiencias, ante el Tribunal Oral 4 de la Capital Federal, integrado por lxs jueces Adolfo Calvete, Ivana Bloch y Julio César Báez, nueve testigos declararon sobre la causa, entre ellxs el encargado del edificio, policías e investigadores, pero fueron las palabras de Sasha Sacayán, hermano de Diana y coordinador del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación, las centrales en esta instancia. Su testimonio, de alrededor de hora y media, se basó en la importancia de la lucha de Diana, cuál fue su militancia, el impacto de su asesinato, la dimensión de su liderazgo y, ante la pregunta del juez Baez, lo irremplazable de su figura para nuestra sociedad y el movimiento travesti trans en Argentina y el mundo. “Diana no pudo ser reemplazada como líder, porque a ella le llevó veinte años construirse como la militante que fue y es muy difícil para las personas travestis o trans construir un liderazgo cuando la esperanza de vida es tan corta.”, declaró Sasha. También, puntualizó sobre el porqué es necesaria la carátula de travesticidios y crímenes de odio para estos casos y el ensañamiento con el que fue realizado el asesinato. “Fue un testimonio valiente, responsable e histórico para esta causa”, remarcó Darío Arias, coordinador de Conurbanos por la Diversidad. “Esto muestra que el Tribunal tiene la voluntad de entender realmente qué estaba pasando, qué pasaba, cómo estaba Diana en ese momento y qué tipo de vínculo se había generado entre Diana y Marino concretamente”, declaró Luciana Sánchez, abogada del caso.
Por otro lado, los testimonios de la policía y lxs investigadorxs, quienes estuvieron en el hecho y en la detención de Marino, describieron todas las cuestiones técnicas de la investigación que demuestra la solidez del procedimiento. En cuanto a Marino, el acusado de asesinato, se negó a declarar.
La audiencia duró aproximadamente seis horas. Afuera, las organizaciones sociales continuaron durante todo el día haciendo el aguante y así seguirá hasta que se haga justicia. El lunes 26 de marzo se continúa con la tercera audiencia del juicio y se convoca a multiplicar la lucha. Como dice Florencia Guimaraes, de Furia Trava, “el juicio de Diana Sacayán es el juicio de todas las travas. Es importante que toda la sociedad tome conciencia de los crímenes de odio, de los travesticidios, que esto se visibilice.” Diana Sacayán, irremplazable. Diana Sacayán, presente, ahora y siempre.