Mineros asalariados y cooperativistas rechazaron la tregua de 48 horas propuesta por el gobierno de Evo Morales luego de la muerte de un minero durante los enfrentamientos entre ambos bandos.
El martes fue un día de altísima tensión en La Paz. El conflicto empezado tras la nacionalización de la mina de Colquiri, a 250 kilómetros de la capital boliviana, llevó ese día a los dos bandos enfrentados a batallar con dinamita en pleno centro de la ciudad. La marcha organizada por la Federación Nacional de Cooperativas Mineras (Fencomin) el martes por la mañana degeneró en una verdadera batalla al pasar frente a la sede central de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB). Allí los cooperativistas atacaron con dinamita el edificio donde se encuentra el gremio, hiriendo a nueve mineros, uno de los cuales falleció en horas de la tarde.
Héctor Choque, de 41 años, recibió la explosión en su cuerpo y murió por las lesiones que le provocó. Ni bien se conoció la noticia, los mineros que mantienen ocupada la mina de Colquiri anunciaron rapresalias y, según informaron agencias locales, las esposas de los asalariados asaltaron las casas de los cooperativistas y le prendieron fuego, entre ellas la del dirigente del Fencomin, Basilio Montaño.
“Yo puedo reconocer a quiénes nos lanzaron la dinamita. Fueron los de la Cooperativa 26 de Febrero de Colquiri. Hace tres meses nosotros trabajábamos ahí, cuando empezaron los problemas decidimos pasaron al sector asalariado. Cuando esa Cooperativa pasó por nuestra sede, nos reconocieron y luego nos lanzaron dinamita”, contó Luis Javier Choque, hermano mayor de Héctor Choque, en declaraciones a la prensa boliviana.
“Están agrediendo a la ciudad de La Paz y a sus ciudadanos. Nosotros rechazamos, censuramos y repudiamos esa situación. Por ello, el Ministerio Público colectó evidencias de la sede sindical y visitó a los heridos”, explicó luego del ataque el viceministro de Régimen Interior, Jorge Pérez, que llamó a los dos sectores a una tregua de 48 horas “para que todos reflexionemos”.
Sin embargo, la Central Obrera Boliviana (COB) -liderada por los 10.000 mineros del sistema estatal más los de la explotación privada- anunció un paro de 48 horas a partir de hoy jueves en todo el territorio nacional para apoyar la lucha de los trabajadores asalariados. Por su lado, la Feconmin anunció la “masificación de la protesta” y cortes de ruta e todo el país.
Por el control de los recursos
El conflicto entre cooperativistas y asalariados, como lo denominan los medios bolivianos, comenzó en mayo pasado y tiene como principal razón el control de la ‘veta Rosario’, de la mina de Colquiri, valuada en cinco mil millones de dólares por técnicos de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol). Se trata de un yacimiento que desde 2005 era explotado por Sinchi Wayra, filial de la suiza Glencore y fue nacionalizado en junio del año pasado.
El pasado 29 de agosto Evo Morales firmó un decreto, el 1337, otorgando la explotación del 70 por ciento de la veta Rosario a la Cooperativa 26 de Febrero. Sin embargo esto provocó un fuerte rechazo por los sectores obreros de todo el país. Los cooperativistas son en realidad contratistas que trabajaban a cuenta de los antiguos dueños que lograron, con el tiempo, puestos de fuerte decisión en el trabajo diario de las minas. Algunos de ellos -considerados los cabecillas de los cuentapropistas- tienen sueldos de hasta 90.000 bolivianos al mes, contra los 3.000 promedio que ganan los mineros bolivianos. Esto, según los sindicatos, generó “una verdadera mafia” para la cual piden la estatización del sistema de contratación del polo minero. Para ello, la Empresa Minera Colquiri (EMC) tendría que pasar a manos del Estado. Según la Comibol, la mina produjo en 2011 unos 70 millones de dólares, dando trabajo a sólo 4.000 trabajadores, cuando sus posibilidades pueden dar trabajo a unos 16.000 mineros. “Con la huelga nos sumamos a la lucha de los sindicatos mineros en reclamo de la nacionalización total del distrito minero Colquiri, para que sea explotado exclusivamente por la Comibol, sin cooperativistas”, dijo el líder de la central obrera, Juan Carlos Trujillo.
Los obreros estatales acusaron a los cooperativistas de estar “negociando la entrega de los yacimientos que le habían sido adjudicados a una empresa transnacional” y decidieron tomar la veta Rosario por la fuerza, echando a los mineros cuentapropistas de Colquiri. La respuesta fue un bloqueo total durante tres días de la ciudad de La Paz, la semana pasada. Sólo la intervención del presidente Morales logró levantar los piquetes, aunque la Fencomin alertó desde ese momento acerca de la marcha que se realizó el martes.
El conflicto se volvió nacional a partir de ahí, con la intervención de la COB en favor de los asalariados y el ataque por parte de las federaciones cooperativas contra el gobierno de Evo Morales. “El Gobierno no es responsable de nada, el enfrentamiento fue entre los propios hermanos y se agotaron los esfuerzos para evitar este hecho”, señaló un comunicado oficial, que instó a parar esta “pelea entre hermanos”.