A quienes trabajan en la Dirección Nacional del Antártico les anunciaron que la próxima directora sería Patricia Ortúzar, sospechada de haberle pasado información y señalado a compañeros y compañeras durante la gestión anterior.
Por Ignacio Marchini
Trabajadoras y trabajadores de la Dirección Nacional del Antártico (DNA) denuncian que en los próximos días se designará al frente del organismo a Patricia Ortúzar, quien durante la gestión de la saliente directora Fernanda Millicay habría colaborado en la persecución y el hostigamiento de sus compañeros y compañeras.
“Nos enteramos la semana pasada”, le contó una fuente de la DNA a Marcha, que prefirió mantenerse en el anonimato por miedo a represalias. “No nos esperábamos esta designación. Patricia Ortúzar colaboró con la gestión anterior, señalando a compañeros y compañeras a Millicay. No se entiende por qué Filmus planea designarla en el cargo, hay gente mucho más capacitada que Ortúzar dentro del organismo para ocupar ese lugar”.
Según explica, la resolución oficial designándola en el cargo aun no habría sido emitida pero tanto Daniel Filmus, actual Secretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, como Lucila Rosso, su jefa de gabinete, le confirmaron al grupo de coordinadores a cargo de la DNA durante la cuarentena que Patricia Ortúzar sería la próxima directora. “Ella misma se presentó así en audios que circularon internamente”, agregó.
Ortúzar es jefa del Programa de Gestión Ambiental y Turismo de la DNA y llegó a ese cargo de la mano de Rodolfo Sánchez, quien fuera designado como Director del Instituto Antártico Argentino por la canciller Susana Malcorra durante el gobierno de Mauricio Macri. Según narra la persona que se contactó con Marcha, “Patricia nunca estuvo capacitada para realizar los informes a nivel internacional que requieren ese programa. Siempre contrata gente con las capacidades para realizarlos y las presiona para que hagan su trabajo y ponerle la firma”.
Además de esta próxima designación quedan otros resabios de la gestión anterior, como Máximo Gowland, que continúa como Director Nacional de Política Exterior Antártica, designado también por la ex canciller Malcorra. Llama particularmente la atención que varias de estas personas continúen en cargos jerárquicos relativos a la política argentina en la Antártida, cuando el propio Filmus criticó duramente los términos del acuerdo Foradori–Duncan, firmado por los vicecancilleres de Argentina y el Reino Unido durante la gestión macrista, en septiembre de 2016.
En un artículo de opinión lo caracterizó como “uno de los hechos más lesivos para los intereses nacionales en general y para nuestro histórico reclamo por el ejercicio de la soberanía sobre las Islas Malvinas en particular”, lo que resulta contradictorio con mantener en el cargo a parte de quienes tuvieron responsabilidad en la firma del acuerdo.
Persecución y maltrato
Una de las teorías que manejan desde dentro de la DNA es que necesitan alguien afín a la gestión saliente debido a que los y las trabajadoras están pensando en reflotar numerosas denuncias silenciadas, debido al miedo a ser desplazado a otra área o perseguido durante la gestión de la ex directora Fernanda Millicay, actual Jefa de la Sección Política en la Embajada Argentina en Reino Unido. “Tenemos un montón de pruebas para denunciarla pero no esperábamos que nombraran a alguien tan íntimo de ella”, aseguraron.
Sobre la ex directora, opinan que “Millicay fue la peor directora que pudimos haber tenido en toda la historia de la DNA. Se encargó de sacar gente porque no le caía bien o por diferencias políticas”, y remarcan que “fueron constantes las humillaciones en los pasillos, la persecución en relación a qué se podía decir y qué no, los horarios y hasta cómo nos vestíamos. Dejó muchísimo que desear su gestión”.
También encontraron una lista con los nombres de los y las empleadas de la Dirección con anotaciones a los costados, estigmatizando a las personas como “loca”, “ñoqui”, “inútil”, “chorro” o “a este no tocarlo”, con una letra que aseguran se trata de la de Millicay, ya que cuentan con otros documentos con su firma, y que la información se la pasaban las compañeras Patricia Ortúzar y Silvina Balsalobre.
“Han marcado gente para sacarlas y también hubo varios casos de personas que tuvieron que tomarse licencia psiquiátrica por la persecución que sufrieron. Millicay te escribía directo a tu número personal a cualquier hora y te presionaba constantemente con tareas. Aún hoy sigue mandando mensajes a los coordinadores para que apoyen a Patricia Ortúzar”.
A estas denuncias se suma la de la participación en la venta del histórico edificio de Cerrito 1248 donde se encontraban alojadas la Dirección Nacional del Antártico y el Instituto Antártico Argentino, hecho que fue ampliamente repudiado por los y las trabajadoras de las dos dependencias estatales.
La gestión de Millicay al frente de la DNA
Según cuentan los y las trabajadoras, perdieron a mucha gente valiosa durante los últimos 4 años, quedando vacantes áreas como la de Política Antártica o produciendo situaciones como en el área de medicina antártica “donde teníamos dos doctoras porque toda persona que viaja a la Antártida tiene que hacerse estudios muy complejos en el Instituto Nacional de Medicina Aeroespacial. Las doctoras de DNA te dan el apto para viajar o no a la Antártida. Una de las doctoras se jubiló, entonces le avisamos a la Directora que necesitábamos más gente. No le importó”. Además, la trabajadora de la salud que sí se quedó “se fue porque se peleó con ella (Millicay) porque la presionaba constantemente. Hoy en día solo queda una administrativa que le pasa información a Cancillería y nada más”.
Varias trabajadoras también denunciaron a Sánchez y Millicay por poner como obligatorio y anual un examen transvaginal sumamente invasivo como requisito para viajar a la Antártida, en un intento de que viajen menos mujeres. “Ese examen se realiza solo en caso de que en una ecografía ginecológica salga algo y te lo tiene que pedir tu médico personal, no es un estudio que se requiera para un contexto laboral y menos como obligatorio. Muchas mujeres se quejaron porque les resultaba muy invasivo. A los hombres no les piden que se hagan un examen de próstata”. Ya habrían consultado a médicas y especialistas en medicina laboral acerca de lo innecesario del estudio y presentaron también denuncias ante la INADI. “No podemos creer la designación de Patricia Ortúzar. No saluda a nadie ni nadie la saluda. No tiene buena relación con las personas y no está capacitada”, concluyeron.