Por Ricardo Frascara. En la China quedó confirmado lo dicho por este cronista en esta sección hace dos meses. El seleccionado de fútbol se derrite, muere de anomia. Los jugadores “importados” no resisten más esa camiseta. Al DT Martino le queda solo le queda convertirse en revolucionario, romper todo y empezar nuevamente.
Nunca me gustó escribir en caliente, prefiero que decanten las broncas. Sólo lo hice por obligación en la época en que tenía que subir corriendo la barranca de Corrientes, a la salida del Luna Park, para alcanzar el cierre del diario con mi crónica. Además era joven y me gustaba sacarme la calentura pronto. Ahora no es así. He aprendido. El sábado, como el mundo estaba dado vuelta, Argentina-Brasil jugaron en nuestra mañana. Así que a estas horas tengo largo tiempo mascullando palabras. Lo que sabía desde el intervalo del match en China, es que no quiero en mi seleccionado jugadores provenientes de Europa, de Asia, de Arabia o Marte. Es una idea que arrastro desde hace exactamente 40 años (el Mundial de Alemania) y que fortalecí en el Mundial de Brasil. Por eso he decidido liderar una campaña de un hombre solo: yo. ¿Y cómo comienzo? Escribiéndole una carta personal al Tata Martino, que aquí reproduzco:
“Estimado DT del seleccionado, Don Tata. Me atrevo a escribirle sin conocernos, pero su calidad de hombre público me exime de todo protocolo, salvo el de respeto por su función insalubre, aunque me imagino que bien remunerada. Tras largos años de observación, como para que quede trasparente que no estoy improvisando, el sábado último me decidí a exponerle a usted, como nuevo piloto de tormenta (¿o de tormento?) del seleccionado, una idea concreta. Le anticipo que esto no es joda; me imagino que usted ya se enteró a esta altura. A mí me gustaría, entonces, que se tome la cosa a pecho. Le sugiero un único camino para hacerlo, aprovechando la actual desorientación de la AFA: Tome el toro por las astas, como decía mi abuela, y patéele los huevos, como digo yo desde la cuna. ¡Hay que cambiar todo! Yo sé que usted heredó un equipo subcampeón del mundo, pero hágalo suyo, ¡demuestre maestro!, demuestre lo que puede hacer por usted, por ellos, y por todos nosotros. Este es un plan de cuatro años, o sea hasta Rusia 2018.
Primer punto: revise todos los pasaportes de los jugadores del sábado y descarte a los que tengan dirección en Europa. Y le explico mi teoría, que ya pasó a ser certeza: “Para nuestros jugadores radicados en el exterior, la Argentina no sólo pasa a ser una tierra lejana, sino que su hogar, sus intereses, su empleo, sus hijos, sus compromisos, es decir, su mundo personal queda arraigado en Europa”. Así lo dije el 23 de julio en Marcha. Nada más.
Segundo punto: Tómese un par de meses de vacaciones, enganchando fácil con Navidad, Fin de Año, Reyes… y el 7 de enero empiece a hacer una lista de chicos locales de hasta 25 años, rumbo al mundial. Ésa es su tarea. ¡Revolución! Si no, ¿para qué estamos en esta vida? ¿para tomar y dejar las cosas como estaban? Yo no voy a ayudarlo en esto, yo soy periodista, así que, por naturaleza, voy a criticarlo. Seré su abogado del Diablo. Pero le advierto que si usted quiere puentearme y poner un “europeo”, yo lo vetaré. Lo expondré ante mis lectores. El Mundial 18 es su destino. ¿Usted no piensa que trabajando tres años con un grupo de 30/40 chicos de hoy, saca un equipo coherente con nuestro fútbol? Usted no es más DT de una semana… no tiene que pelear con la urgencia. Tiene materia prima, moldéela, transfórmela, píntela como quiera, esta será su obra. Yo le doy la plataforma inicial, y al final le pongo el marco. Piense. Hable con la Señora Presidente, total hoy la AFA es sólo una entidad virtual. Para conquistarla dígale que cuando ella vuelva usted va a tener un seleccionado armado para la historia. Porque… salvo Messi, cualquiera de los otros podría ser reemplazado por un muchacho de los de acá; uno que tenga todo por delante un mundo que conquistar Y no me diga que usted no puede amasar a un par de docenas de esos tipos autóctonos. Por ejemplo, con una mano en el corazón y la otra en la pelota, con ese chico Bou, de Racing ¿no saca un Higuaín?… o con Mancuello en lugar de Lamela o del Pocho… porque, entre nosotros, ¿qué son ellos? Tienen el pasaporte nada más.
Bueno, no quiero ponerme en hincha, pero, Tata, estoy tratando de que encabece mi campaña por un fútbol telúrico, sin aditamentos ni contagios. Eso sí, haga que le den una tajada del ingreso de la TV, para mantener los pibes en casa. Déme el gusto y en pocos años va a tener la satisfacción de haber hecho sonar de maravillas una orquesta folklórica.