Por Liliana Cabrera // Fotos: Yo No Fui
En primera persona, un repaso de cómo fue vivir el arte en el encierro y hacer de este un lugar infinito y cómo es volver allí para devolver un poco de aquello que le dejó la experiencia junto a Yo No Fui. Una historia de imágenes y palabras.
El mismo patio, las mismas baldosas, los mismos bancos de piedra clavados al piso que iban cambiando de color según la voluntad penitenciaria. Los mismos alambres de púa y a lo lejos, el campo, con su verde inalcanzable. ¿Cuáles fueron las razones para que un grupo de mujeres, encerradas en una cárcel, acuda a un taller de fotografía año tras año, y transformaran un espacio de 5×7 en un lugar diferente en cada toma? ¿Cuáles fueron los motivos para que cada autorización para fotografiar un espacio se convirtiera en una batalla ganada a todo un sistema? ¿Qué es lo que hizo que el equipo docente de ese taller con el respaldo de toda una organización decida mudarse de Unidad ante el traslado masivo de sus participantes?
Luz en la Piel, el Taller de Fotografía estenopeica de YoNoFui era algo más que un taller artístico. Para nosotras, quienes vivíamos las 24 horas, año tras año, en ese lugar, era además la posibilidad de experimentar y reinventar cada día. Esa es la oportunidad que te da cualquier actividad artística cuando estás en la cárcel: transformar los segundos que de otro modo pasarían sin pena ni gloria para poder traducirlos en palabras, trazos, pinceladas, imágenes, sensaciones y emociones, una expresión que te ayude a hacer algo con todo ese tiempo muerto, con toda esa vida, encerrada. Ese mundo que tenés adentro y que lucha por salir. Esa potencia.
¿Pero cómo es recibido todo ese caudal que se filtra por los muros? ¿Que devolución realizan aquellos que nunca pasaron por ésta situación de las obras de un taller en contexto de encierro? Conversando con Alejandra Marín, docente de Luz en la Piel, surge esta pregunta a la que ella contesta: “A la gente le sorprende muchísimo porque no saben con qué se van a encontrar y cuando empiezan a ver el trabajo y ven que es un trabajo interesante, con reflexión, que estéticamente es bueno, que no son fotos porque sí, empiezan a ver a la organización, se comienzan a interesar y a involucrar desde otro lado. Se quedan muy sorprendidos, no pueden creer, semejante calidad de trabajo, yo creo que también, por ahí… el común de las personas, se acercan a ver ‘¡Ay!, ¿A ver que hacen los presos?’ Con un prejuicio pero desde el desconocimiento, entonces parte de nuestro trabajo también es eso, mostrar que hay otra realidad, que no tienen que quedarse con eso que ven en la televisión que por lo general no es el reflejo de la realidad, hay otras versiones, otras historias, otros puntos de vista.”
Ahora, ya encontrándome del otro lado de la reja, en libertad, vuelvo como docente del Taller de poesía a las unidades, y pienso que quizás el desafío de estos espacios es llevar adelante una experiencia de formación artística que no renuncie al trabajo y a la búsqueda estética por el hecho de hacerse en un penal, pero que tampoco deje de lado su lado humano, de apoyo y sostén afectivo de sus integrantes. Convertir esos momentos en un espacio para el encuentro.
Son tan importantes las charlas del comienzo, los mates que compartimos, como la clase en sí, teniendo muy presente que ser docente en esos espacios, no es dar una clase y cerrar una puerta hasta el próximo encuentro. Porque se crea un compromiso tácito aunque no medien palabras que lo sellen. Tal es así que luego del traslado masivo de mujeres desde la Unidad 31 al Complejo IV de Ezeiza para alojar a los genocidas en su lugar; en esta violenta decisión del SPF por mejorar las condiciones de detención de los detenidos por delitos de lesa humanidad, en detrimento de las mujeres, es que YoNoFui, decidió mudar el Taller de Fotografía estenopeica, al Complejo IV donde funciona actualmente y de esta manera poder acompañar a las mujeres que sufrieron el violento traslado. Ese acto es parte de ese compromiso asumido.
Muchas de las fotografías anteriores a este hecho, que surgieron del taller durante el periodo 2013 – 2014, forman parte de Iluminaciones, la última muestra de Luz en la Piel realizada junto al Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, con el apoyo del Ministerio de Seguridad de la Nación, quien acompaña hace varios años la actividad del taller.
Pero Iluminaciones es también un libro. Un libro encuadernado artesanalmente en nuestro Taller de encuadernación, del que participan mujeres con salidas transitorias, arresto domiciliario y aquellas que van saliendo en libertad. Algunas de las encuadernadoras son también las artistas que participaron de la creación de las imágenes.
Algo que siempre me gustó del Taller de Fotografía estenopeica y de todos los talleres de este colectivo del cual participo hace muchos años, es que las docentes no van/vamos en “plan evangelizador” con la idea de “cambiar”, “sanar”, “curar” a nadie a través del arte, una postura o una visión muy común en los talleres en contextos de encierro. La gente de YoNoFui venía a nuestro encuentro, pero no del encuentro de “El sabor del encuentro” de la propaganda de Quilmes… otro tipo de encuentro más profundo que tomaba nuestra vitalidad, nuestra potencia, sin desmerecer el bagaje de lo que traíamos para que lo que surgiera mutara en una nueva energía. Acompañar, no tratar de cambiar, y que éste acompañamiento continúe en el afuera, en todos los sentidos.
Volver a ser libre es tan difícil como caer detenido, salir de un mundo que se convirtió en tu rutina, abandonar un lugar que paradójicamente fue tu casa durante años. Para nosotras y nosotros es tan importante el “adentro” como el “afuera”, es un continuo, estar acompañado en ese momento quizás sea lo único que haga la diferencia entre volver y poder evitarlo. Las chicas que van saliendo en libertad participan de nuestros talleres artísticos y productivos extramuros, todos los espacios van interactuando para crear cada producto y cada obra.
Dar un taller en la cárcel no es solamente dictar una clase, es aprender a estar presente en los momentos difíciles. Es no olvidarse de las personas cuando pasás la última reja, la última barrera antes de salir, ir a pesar del frío, del calor, de las trabas que imponga el régimen penitenciario, es no claudicar y buscar sorprender a quienes participan tratando de estimular los sentidos en cada encuentro. La concentración en pensar la foto.
Ale nos cuenta: “La definición de estenopeica es fotografía realizada con una cámara que no tiene lente, en lugar del lente tiene un pequeño orificio por donde pasa la luz y se forma la imagen, el tipo de cámara es un antecedente porque es como se usaban las primeras cámaras oscuras, lo que tiene la estenopeica es que con muy pocos recursos podés construir tu cámara, una caja de cartón, una lata de conservas, la podés transformar en cámara, entonces te permite trabajar con pocos recursos, teniendo una herramienta artística muy buena, democratiza mucho más la fotografía, no es que necesitás tener una cámara digital o el último modelo para hacer una buena foto, a veces se piensa que la fotografía estenopeica es para los pobres, para los presos. Y no. Es una elección. Con la estenopeica uno toma todas las decisiones, elige el formato de la película, en cambio en la digital vos sacás en un formato que te viene establecido por el fabricante de la cámara y tenés determinadas variables que podés modificar y después ya no, es siempre acotado, en la estenopeica no… vos elegís todo.”
El equipo docente de YoNoFui, funciona siempre en pareja pedagógica. Una forma de acompañarse mutuamente y acompañar integralmente a las y los participantes en una experiencia que suele ser muy fuerte para llevarlo a cabo solo, permite poder dividirnos ante la aparición de alguna problemática con alguien en particular sin descuidar al resto. Quien acompaña a Alejandra Marín desde hace unos años es Constanza Cantero: “Coty es un respaldo muy importante para mí, lo que en uno tiene más debilidad en el otro tiene más fortaleza, entonces nos complementamos, para mí es fundamental trabajar de a dos, porque por más que uno forme parte de una Asociación Civil o de una cooperativa y tengamos las asambleas y las reuniones docentes, el día a día se hace muy pesado estando solo, entonces sabés que por cualquier cosa está el otro para respaldarte.”
Actualmente utilizan disparadores de escritura e imágenes para elaborar los conceptos que después se van a mostrar en la foto, en palabras de Coty: “Siempre trabajamos en grupo y tratamos de llevar disparadores. El otro día llevamos palabras… por ejemplo ¿qué es la objetividad?, buscamos en el diccionario y leímos, después buscamos la propia definición de los términos, ellas mismas son disparadores, ellas mismas van hablando, van sacando temas. El año pasado en el Complejo IV hablamos del tema de la violencia que hay, la violencia que había adentro. Llegamos a la conclusión de que si el penal estaba violento, afuera también, que no es problema solamente del penal, sino que como sociedad estamos viviendo violentamente y no nos preguntamos porqué estamos viviendo así, de qué estamos cansados. Siempre llevamos textos y poemas para generar debates y el trabajo de otros fotógrafos para que sirvan de inspiración”.
En el Taller aprendimos cada etapa del proceso: imaginar la foto, problematizar nuestras ideas, pensar en si queríamos un gran angular, una foto picada o contrapicada, en cada detalle que queríamos retratar y calcular el tiempo de exposición, pudimos experimentar y aprendimos a revelar en nuestro laboratorio improvisado dentro de un aula de la Sección Educación y nunca dejamos de sorprendernos de ver todo aquello que habíamos logrado plasmar en cada imagen. Pero más allá de esto, vimos que era posible trabajar en equipo, y confiar en las personas, aún encontrándonos en una cárcel, donde no debés confiar en nadie. Con el tiempo nos fuimos dando cuenta de que cada vínculo que se va creando, cada puente que se tiende entre el adentro y el afuera es tan importante como cualquier contenido en el programa, quizás el sello de todos los Talleres de YoNoFui. Nuestra forma de buscarle nuevos ángulos a la realidad, y buscando siempre exponer a la luz lo que durante tanto tiempo permaneció en la sombra.
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