Por Lucrecia Fernández. Un recorrido por lo que dejó el Mundial en materia de manifestaciones populares. Los abusos, represiones y detenciones arbitrarias de la policía militar brasileña que no transmitieron las grandes corporaciones mediáticas.
Con el lema “FIFA Go Home”, movimientos sociales, políticos, y militantes comprometidos, han salido a las calles de Brasil desde la Copa Confederaciones hasta el Copa del Mundo, en repudio a lo que han llamado “la otra Copa”, esa que, teñida en sangre, desalojos, incendio de favelas y represión, gastó millones en llevar adelante un Mundial a costa de una crisis económica y social que pagaron los sectores populares.
Desde que se inició esta campaña, la persecución política a militantes y a la prensa no monopólica de Brasil se ha cobrado al menos 190 procesados, heridos graves y un manto de irregularidades contra el trabajo de la prensa que quería poner de manifiesto estas otras voces, esta otra realidad que ha sufrido el pueblo brasilero.
El día anterior al comienzo del Mundial, se detuvo a cuatro militantes, sin pruebas, de ser posibles cometedores de disturbios en el marco del evento, una medida preventiva sin precedentes, bajo cargos tales como tener una botella de desinfectante considerado artefacto incendiario, resistencia a la autoridad, y por el artículo 288 del Código Penal brasileño “formação de quadrilha” -cuya figura legal equivalente sería la asociación ilícita en el Código Penal argentino-, en Brasil la asociación de más de tres personas en una banda o pandilla que tengan el “deseo” de cometer un delito -aun cuando el delito no se haya cometido-.
En el caso de las detenciones del pasado 12 de julio, fueron preventivas, para la policía militar brasileña, ante “posibles hechos” de vandalismo durante manifestaciones que se llevarían a cabo en la final de la Copa. Por medio de esta figura legal y otras, más los despliegues de policía militar en cada manifestación, dejó un saldo de heridos, detenidos, y un gran número de denuncias desde la prensa monopólica y alternativa respectos de golpizas recibidas de parte del personal policial, roturas de cámaras y filmadoras e irregularidades que impidieron el ejercicio pleno de la función del periodismo.
Es ese escenario, en la madrugada del 12 de julio se libraron 60 órdenes de detención preventiva contra activistas, dando un saldo de 19 personas detenidas con resolución de cinco días de cárcel que comenzaron el sábado anterior a la final de la Copa del Mundo. Entre los detenidos había tres menores de edad, una abogada y un profesor de historia, que fueron retirados de sus hogares a punta de rifle y llevados en camiones blindados. Las restantes órdenes de detención a nueve militantes más que no estaban en el momento del desalojo fueron considerados “fugitivos” para la Justicia y la policía.
La totalidad de las detenciones fueron realizadas en un marco muy irregular ya que no existen pruebas concretas sobre los delitos cometidos. El mismo día sábado, la policía militar brasileña dio una conferencia de prensa en la que manifestó que los detenidos habían participado “en “actos de vandalismo” en la ciudad desde julio de 2013 a la fecha”, y que habían sido reconocidos comprando fuegos artificiales que se usarían para los disturbios el día domingo. A la conferencia –sin mediar explicación alguna- no se le permitió el ingreso a la prensa proveniente de medios alternativos.
“En las calles, el derecho a la protesta fue a menudo pisoteado por la brutalidad policial. Y también comunicar. Los casos de ataques contra trabajadores de los medios extendieron por todo el país de manera alarmante e inaceptable”. Así denunció Midia NINJA, colectivo de comunicación alternativa y popular en Brasil, los hechos que han ido sucediendo en estos meses.
El día domingo, fuera del estadio Maracaná, donde se desarrollaba la final entre Argentina y Alemania, se registraron casos de violencia contra la prensa. Tal es el caso del reportero de Midia NINJA Philip Peçanha, quien fue agredido a puñetazos y patadas por ocho oficiales de la policía militar mientras transmitía en vivo el acto de la movilización FIFA GO HOME.
Otro ataque lo sufrió el documentalista canadiense Jason O’Hara, quin fue alcanzado por esquirlas de los disparos de los cartuchos de la policía, también resultó dañada su cámara, al igual que al periodista Bernardo Guerrero, quien además recibió gas pimienta a corta distancia en sus ojos. Ambos perdieron todas las imágenes registradas. En el mismo acto, mientras el cineasta Aloyana Lemos grababa las agresiones contra los manifestantes, fue arrestado.
Las autoridades brasileñas informaron que para el operativo de seguridad que garantizaría el orden público en la final del Mundial se movilizaron 26 mil policías y militares. Cabe destacar que “la policía brasileña esta militarizada, es una parte del ejército del país, esto hace que el despliegue de tantos policías y los controles que se ejercieron en puntos de acceso a barrios, favelas y estadios, tuvieran un carácter represivo y simbólico”, comenta Julieta Castro, militante del Colectivo de Jóvenes por Nuestros Derechos de Argentina, que se encuentra actualmente en Brasil articulando la problemática represiva de ambos países en conjunto con Midia NINJA.
Según la organización de derechos humanos Justicia Global, las detenciones fueron ordenadas el pasado jueves y tan sólo cumplidas en vísperas del Mundial para impedir que los militantes participen en las protestas del domingo. Los arrestos por período mínimo de cinco días en un día en que los defensores públicos no trabajan “evidencian el único propósito de neutralizar, reprimir y amedrentar a aquellos que han hecho presencia en las calles para expresar y luchar por la justicia social”, dijo la organización en un comunicado.
“Vivimos un día más vergonzoso y triste que el martes cuando fuimos goleados por la selección alemana. Hoy, el juego es otro. Más grave, con más consecuencias. Se juega el juego del poder. Están siendo arrestados arbitrariamente manifestantes desde las 6 de la mañana. Varios ya fueron llevados a Bangu 8. La maniobra tiene como objetivo evitar las manifestaciones en la final de la Copa. La arrogancia, la incompetencia y la corrupción degradan nuestro fútbol y están arruinando las instituciones que se consideraban democráticas. Es hora de denunciar y resistir”, denunció el ex-secretario nacional de Seguridad Pública, Luis Eduardo Soares.
En el transcurso del día domingo debido a las movilización que se realizaron exigiendo la libertad de los detenidos, fueron liberados algunos de ellos, hasta el momento quedan aún al menos 11 detenidos producto de los diversos allanamientos y ordenes libradas en todo el contexto del mundial, y una serie de irregularidades tanto legales, como al derecho de libertad de prensa del país.
El 15 de julio se realizó un acto en la puerta del Tribunal de Justicia de Río de Janeiro exigiendo la libertad de los presos políticos aun detenidos, en ese marco se logró la liberación de algunos de ellos a través de recursos de Habeas Corpus, como el caso del actor y profesor de artes escénicas Rafael Caruso. Midia NINJA declaró en su portal que “el abogado Marino D’Icarahy que acompaña el caso, informó que este pedido (Habeas Corpus) fue extendido a los otros acusados y que ya se ha confirmado la liberación de otros detenidos, como Eloysa Samy, Gabriel Marino Karlayne Moraes, Gerusa Lopes y Joseane Maria Araújo. El caso ha generado un precedente que ha ido señalando el camino de la liberación de todos los presos y estamos esperando la liberación de todos los presos”.