Feminización de la protesta en 2021, despenalización del aborto en 2022, Francia candidata a vicepresidenta, un programa de gobierno de las organizaciones y el voto de las mujeres y disidencias que es decisivo para la segunda vuelta. La de Colombia es otra elección clave en la región para entender a través de los feminismos. Para eso entrevistamos a “Feministas y Plebeyas”, mujeres populares que reclaman el poder por la vida y por la paz.
Por Laura Salomé Canteros en Bogotá, Colombia / Fotos: @milenaria.se
El pasado 29 de mayo se realizaron las elecciones presidenciales en Colombia y habrá segunda vuelta. Los candidatos Gustavo Petro, de izquierdas y progresista, y Rodolfo Hernández, de extrema derecha, competirán tras acumular el 40, 34% y el 28, 17%, de los votos respectivamente. Si bien había más de 39 millones de personas habilitadas para votar y solo el 54,73% acudieron, fue una elección histórica para la izquierda en Colombia: fue un triunfo de la estrategia de unidad en la fórmula del Pacto Histórico tras 30 años de desgobierno uribista y neoliberal. Fue la elección en la que irrumpió para la política partidaria la reparación simbólica que significa para los pueblos la candidatura de Francia Márquez, lideresa socioambiental, defensora de DDHH y feminista afro. Y fue también un triunfo de la narrativa de la vida sabrosa. Con la Paz consolidada, el latir del Paro Nacional y la rebelión popular que empuja reformas para garantizar derechos fundamentales.
Desde Marcha estuvimos cubriendo las votaciones en barrios populares y de resistencia como el Gustavo Restrepo, Ciudad Bolívar y Casa Grande en Bogotá y vimos que pocas juventudes acudieron a los puntos de votación pero para la segunda vuelta que será este domingo, 19 de junio, no debe ganar el desánimo para los pueblos. Las feministas dentro del espacio que podría ser gobierno con las banderas populares, antirracistas, ambientalista y antimilitarista afirman que tras las elecciones se llenaron de fuerzas para tumbar el patriarcado representado en el candidato de la derecha, Rodolfo Hernández, y llenaron las calles de pedagogía y color para convencer a aquellas mujeres y disidencias que, o no fueron a votar o bien no están convencidas en votar por Gustavo Petro pero sí respetan a Francia Márquez y no quieren ser parte de un proyecto político de odio.
Mujeres propietarias de la tierra, paridad laboral y en todos lados, sistema nacional de cuidados con enfoque de ruralidad, ruta segura de atención a mujeres en situación de violencias, reconocimiento del trabajo doméstico como aporte para las pensiones y Ministerio de Igualdad son algunas de las propuestas de gobierno del Pacto Histórico. En este contexto, dialogamos con Susana Muhamad (concejala de Bogotá) y Joan Lizeth Moreno y Yess Moreno Rodríguez, militantes de “Feministas y Plebeyas”, quienes construyen dentro de Colombia Humana y el Pacto Histórico aportando a la democratización de la participación política. A horas de una definición histórica para Colombia, voces feministas de mujeres populares que reclaman el poder por la vida y por la paz.
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– Se habla de una feminización de la protesta durante el Paro Nacional, ¿es así? ¿Cómo fue el protagonismo de los feminismos populares esos meses?
Joan Lizeth Moreno: Lo que sucedió el año pasado fue como una bomba que iba a explotar en algún momento; llevamos años conteniendo una violencia de Estado que llegó al tope y dijimos ´no más´; entonces, fue la respuesta de las generaciones más jóvenes que salieron a las calles a poner la carne y ocupar los espacios. Fue muy bonito también, ver el cuidado colectivo, y en eso el feminismo jugó un papel importante, porque además en nuestra historia país, han sido las mujeres quienes más han resistido la guerra, quienes más han sido afectadas, violentadas de todas las formas posibles; pero también quienes han sostenido estos procesos de memoria, de búsqueda de verdad y de justicia; y esto termina haciéndose explícito en el Paro. Entonces, fue muy bello ver el apoyo entre la comunidad, las ollas porque el alimento faltaba de hecho, es más, un chico de Primera Línea en Cali decía que él comía mejor durante el Paro que en su casa.
Otra cosa bonita es que del Paro surge el esquema de Derechos Humanos Feminista que son unas compañeras que se organizan para hacer frente a la violencia policial con un enfoque de género. Entonces ellas se quedaban hasta tarde resistiendo porque además de todo lo bello que vivimos, hubo también mucho terror, veíamos transmisiones en vivo de cómo los policías disparaban a todo el mundo. Lo que sucedió en el Paro fue una forma descarada de este Estado de poner así desnudas todas las prácticas de violencia que históricamente han sucedido en los territorios, la desaparición forzada, los asesinatos; fue un tiempo de muchísimo miedo. Una intentaba regresar a la casa pero sabías que te podías encontrar con la muerte en cualquier momento y a mí me pasó, me golpearon entre cinco policías y afortunadamente me salvé. Entonces, todo lo que hemos venido viviendo con la campaña del Pacto Histórico es una respuesta clara a lo que sucedió en el Paro, sí, la gente está cansada de la violencia y es una violencia que se manifiesta de todas las formas. Acá nos matan y son las instituciones; de hecho, no tenemos la cifra de cuántas personas desaparecieron durante el Paro. La recepción a esta campaña es una respuesta a eso de rechazo a la violencia, estamos cansados y cansados.
Susana Muhamad: Estuve en un punto de protesta casi el mes y medio muy específico que se llamó Portal de la Resistencia, ex Portal de las Américas; una estación del sistema de transporte público de Transmilenio y como concejal fui a hacer control político sobre abusos de Derechos Humanos en tiempo real y a acompañar a la juventud popular; pero me encontré en la lógica de movilización de la protesta social y lo vi en muchos puntos de resistencia en Bogotá: las mujeres no es solo que tuvieran un rol del cuidado en términos de organizar, por ejemplo, la olla comunitaria, sino que eran las que desarrollaban las asambleas ciudadanas para darle un sentido democrático al Paro.
Hubo mucho debate en las asambleas alrededor de la protesta y el abuso sexual de las mujeres y el acoso sexual en la calle en el marco de la protesta, las colectivas de Derechos Humanos pusieron ese debate públicamente en ese punto del Portal una noche que se llamó “Una noche sin miedo”, cuando se buscó 24 horas sin intervención de la policía organizado por las mujeres y hubo discusiones muy interesantes en ese marco. La pregunta para las feministas era si se paraba la noche sin miedo, qué significaba eso y luego, cómo se rompe esa lógica militarista dominada por actores que entraron en el Paro. De las bandas de microtráfico, grupos al margen de la ley que querían cortar la protesta social y también infiltración de la policía. Vi cómo las mujeres tuvieron que retirarse porque quedó un escenario de confrontación. Ellas dijeron ´al militarismo, no´, que fue una postura política, o sea, como feministas no vamos a jugarle a la lógica militar. Las mujeres jugaron un papel fundamental en tratar de que la protesta derivara en escenarios democráticos.
– ¿Qué aporta Feministas y Plebeyas a la Colombia Humana?
Susana Muhamad: Voy a empezar por Colombia Humana primero que es un movimiento popular de masas, de movilización ciudadana y social, que no es un partido estructurado y por lo tanto también es un movimiento que ha seguido un liderazgo que es el de Gustavo Petro y que ha movilizado masivamente a la ciudadanía. Tiene un gran futuro de lógica de vanguardia, hemos militado aquí muchos años. Formamos parte de un grupo de mujeres que busca mantener esa posición de si podemos tener una voz feminista desde adentro. Somos un movimiento democrático; entonces, Feministas y Plebeyas representa la construcción del feminismo dentro de Colombia Humana, una acción que no es fácil pero a la vez valiente ya que hay mucha violencia todavía en el movimiento.
Entonces, Colombia Humana dentro del Pacto Histórico es la movilización de masas que representan la movilización de las causas sociales, la movilización de las bases y ciudadanas articuladas en red; es una política totalmente diferente a las de los demás partidos de izquierda que tienen estructuras tradicionales y convencionales y que han ejercido la política como transacción o clientelismo. Es la lógica de que el ciudadano o la ciudadana del común, más las y los activistas sociales de base articulados alrededor de causas se puedan movilizar políticamente. Y estamos en el proceso de constituirnos como movimiento político formal y en un debate importante del proceso de cómo no perder lo que nos hace únicas y únicos.
– ¿Qué les pasa a ustedes como feministas con la candidatura de Francia Márquez, cómo repercute su figura y cómo desarrollan la campaña en los territorios del país?
Yess Moreno Rodríguez: Francia (Márquez) se vuelve la figura política femenina al lado de Gustavo Petro o sea, en igualdad de condiciones. Si Petro se convierte en Presidente, si gana, ellos decidieron simbólica y políticamente decir `somos una pareja de iguales que vamos a gobernar el país`. Francia en la campaña logró aglutinar el feminismo un poco también en contradicción con el mismo Gustavo Petro. Se generó entonces un binomio representativo de la sociedad colombiana, de las colectivas y los movimientos feministas que se identifican con Francia y Petro que está hablándole al grueso de las mujeres colombianas que son muy conservadoras. Sin embargo, las discusiones feministas generaron batallas y decisiones políticas; por ejemplo, las listas paritarias y cerradas al Congreso empujadas por todo un debate previo desde el 2019. Entonces, es una forma para Gustavo Petro de mostrar que aquí está la igualdad de género aunque las feministas siguen siendo muy críticas. En realidad, cuando ves la bancada elegida, hay muchísimas lideresas sociales que no hubieran sido jamás congresistas si no se hubiera generado esa lista que fue una decisión y voluntad política del Pacto Histórico. Y aunque algunas dijeron ´es una forma de Gustavo Petro de defenderse, una reacción´, es un logro feminista.
Nosotras, Feministas y Plebeyas tenemos una línea de pensamiento clara y estratégica de qué lugares queremos ocupar; entonces, también aportamos con insumos al que es hoy el programa de Gustavo Petro y de Francia Márquez, en el que tenemos un enfoque de género y esa ha sido nuestra apuesta. Soñamos con el Ministerio de la Igualdad y hoy es una propuesta que está plasmada y ha sido una lucha. También soñamos con que Francia Márquez hiciera parte y aunque no está en Feministas y Plebeyas sí hay un trabajo de articulación con su espacio y eso es lo que buscamos en Colombia Humana.
Y también mencionar un nodo que se llama Juventud Humana, que tiene un Comité de Mujeres y Diversidades que fue el primer proceso en evidenciar que sí existe violencia política al interior del movimiento por el hecho de ser mujeres, diversidades y feministas. Ahí hemos hecho las denuncias públicas, no nos hemos quedado calladas y no solo no nos quedamos en las denuncias sino que también estamos proponiendo que el corazón de la Colombia Humana también está en el marco de la juventud, de las mujeres y de las feministas que estamos llevando esas banderas que son importantes y eso implica que nuestras compañeras también sean hoy consideradas y sean electas a nivel nacional, que hagan parte de las juntas de acción comunal, y eso muestra la vocación de poder que tenemos en la Colombia Humana.
Nosotras veníamos de hacer un trabajo interno para generar un protocolo para el tratamiento de las violencias de género y contra las diversidades sexuales en Colombia Humana que quedó paralizado por la campaña que absorbe todo. Entonces, tendremos que continuar; estamos también trabajando en el lanzamiento de una comisión de alto nivel independiente que haga un diagnóstico sobre la violencia por razones de género y de diversidades sexuales dentro del movimiento y la violencia política contra las mujeres y la capacidad de ejercicio del derecho político de las militantes de Colombia Humana. Esta es nuestra forma de ocupar la política; estamos en diferentes espacios, entonces, por ejemplo, la estrategia de pedagogía lo que busca es mostrar que el programa de gobierno del Pacto Histórico tiene enfoque de género y es feminista.
Nuestra apuesta es un feminismo popular y articulamos con las otras formas de lucha y por eso decidimos construir en un movimiento mixto con todas las implicaciones que tiene porque la Colombia Humana es un espacio donde nos identificamos y donde no ha sido fácil tomar la decisión de quedarnos y es esa disputa que hemos dado la que hoy políticamente nos da la razón. No estamos en la Colombia Humana para apoyar a quienes nos han violentado -porque también vivimos casos de compañeros con denuncias por violencia-, venimos a aportar una corriente de pensamiento que queremos que sea vanguardia en Colombia y en el mundo. Queremos feminizar la política y que compañeras empiecen a participar; entonces, algo importante que hemos logrado en términos territoriales es que tengamos dos consejeras locales de juventud en Barranquilla y en Bogotá y tenemos la representación internacional con Carmen Ramírez, una lideresa indígena feminista exiliada que vive en Suiza y quedó electa en la Cámara de Representantes. Es que efectivamente cuando estamos juntas transformamos lo que hacemos.
“Tu amor y tu lucha vivirá en nuestra revolución”
La entrevista fue colectiva y se realizó el 27 de mayo de 2022 en una de las casas de campaña en Teusaquillo, Bogotá, y fue un acto de ejercicio del poder compartido de forma cómplice entre militantes y periodistas. Para Feministas y Plebeyas, organización dentro de Colombia Humana y el Pacto Histórico, la tríada de representación de los feminismos en el Gobierno, el Congreso y dentro de los movimientos populares es una brújula a la que suman alegremente las banderas antirracista, antimilitarista, ambientalista e interseccional. Es por esto que a la cita, a través de videollamada pero no por eso menos presente, se sumó Angie Gonzales de la Oss, militante desde Sincelejo, en la costa norte caribeña.
Por momentos, la emoción brotaba del cuerpo- territorio al igual que la solidaridad que se evidenciaba sin fronteras. A medida que las palabras iban surgiendo, también las subjetividades: durante la charla recibimos la visita de Aída Avella, senadora de la Unión Patriótica, y Florence Poznanski, de la dirección nacional del partido de izquierda, Francia Insumisa. Y estaban los pañuelos verdes de Argentina en manos brasileñas y ecuatorianas, conociendo las letras de las canciones de las “Pata Pelá” que nos quieren vivas y libres.
También compartimos la memoria feminista para recordar la vida de la Feminista y Plebeya, Wendy Calderón Venegas, militante de 29 años quién creció en la localidad Novena de Fontibón, fue estudiante de trabajo social, Defensora de DDHH y que falleció el 8 de agosto de 2021 tras un camino de obstáculos, maltrato y violencias por razones de género desde las estructuras sistémicas patriarcales y políticas tradicionales por hacer lo que más creía: unir la militancia con los territorios para construir feminismos populares para la vida digna. Es por esto que la problemática de la violencia política es recurrente para quienes habitan la organización y abordan las discusiones en los feminismos y en los movimientos sociales.
– ¿Cómo es hacer campaña desde un feminismo interseccional en los territorios rurales de Colombia?
Angie Gonzales de la Oss: Sucre es uno de esos departamentos donde la población y el territorio es un 80% rural. Entonces, acá los feminismos populares se dan sobre todo desde los barrios. El feminismo universitario -para las que logramos acceder a la Universidad- hacemos activismo a partir de las organizaciones estudiantiles y junto a las mujeres campesinas en asociaciones productoras o de organizaciones de mujeres indígenas, campesinas, artesanas y trabajadoras del cuidado que se organizan o se asocian. Son feminismos desde lo campesino, lo indígena y para el caso de las que logramos acceder a las universidades, desde las organizaciones estudiantiles y los barrios populares.
De ahí surge el término de las comadres para nombrarse entre vecinas o entre las amigas que todo el tiempo están haciendo círculos y que es lo que las mujeres populares han conocido; el círculo de la palabra que históricamente se ha usado entre vecinas cuando se ven a través de los patios, en la zona rural, en las cocinas. Entonces, las mujeres en ese escenario de poder que es la cocina abierta que pega con el patio de la vecina tenía ahí a su comadre, que al momento de ir a hacer la olla o el dulce o la comida para la familia se terminaban comunicando a través de las cocinas. Entonces la vecina termina convirtiéndose en la comadre, porque es con la que conversa todos los días de la realidad que tienen en común. Lo del comadrazgo nace allí, de ese concepto de comadre que es mi vecina, mi compinche, mi amiga, con la que me cuento mi realidad. Desde ese lugar se hacen las campañas de difusión: un círculo de la palabra, el boca en boca, una en un patio que le cuenta a la del patio de al lado y luego la de ese patio le cuenta a la otra y así.
Susana Muhamad: Nuestro feminismos ve el proceso político como una mesa de tres patas: está el Gobierno, el Congreso y la movilización en la calle; y en América Latina y el Caribe, todos los gobiernos progresistas han tenido que tener esa confluencia para sostenerse, porque lo primero que va a venir es el intento de derrocar el gobierno, sobre todo siendo la primera vez en la historia de Colombia que va a haber un gobierno de izquierdas y progresista. Consolidar esa tríada es muy importante y confiar en Francia Márquez y Gustavo Petro porque vienen de la lucha de movilización de masas y popular. Porque además ya estuvimos en un gobierno, el de la Bogotá Humana, cuando él fue alcalde que fue un gobierno que el establishment no entendía porque el mismo gobierno movilizaba la ciudadanía a veces contra el mismo gobierno. Es que tienes que tener la población movilizada para los cambios, entonces ese contexto hace que llegar al poder es más que un riesgo de institucionalización, es más bien por el presidente y la vicepresidenta, la bancada en el Congreso y una gran oportunidad de acompañar con la movilización las banderas de las mujeres que se volvieron estratégicas porque las mujeres no estaban decididas a votar por este proyecto político. Este país tiene una gran proporción de mujeres cabeza de hogar que tienen que trabajar dos y tres jornadas para sostener a sus hijos e hijas y que no vieron el Paro como lucha revolucionaria sino como una amenaza en los barrios y de afectación a la seguridad ciudadana que está en crisis. O sea, fue todo un ejercicio político de la campaña hacer llegar los mensajes a las mujeres. Ellas son el terreno electoral, un campo de disputa fundamental para ganar. Por eso, el programa de gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez se volvió importantísimo. Es una gran oportunidad para las mujeres de que sus luchas -que han tomado mucho tiempo- puedan salir adelante.
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El domingo 29 de mayo por la noche, antes del discurso de Gustavo Petro, desde el hotel Tequendama en Bogotá, se decía: “Por las maricas, por las trans, por nosotras, la lucha sigue“. Había pañuelos verdes y calor feminista. Las mujeres en Colombia son mayoría y quienes más acudieron históricamente a ejercer sus derechos políticos. Los pueblos de Colombia siguen latiendo amor y dignidad, como dicen muchos de los graffitis y murales en las calles. El desafío no es fácil pero las campañas ya no son únicas. Que el domingo sea una cita para consolidar una victoria popular y claro, otra conquista feminista regional.