Por Viviam Palmbaum / @vivi_pal – Foto por ANCAP
En el mediodía del lunes el juez Villanueva hizo lugar al pedido de extradición de Chile contra el lonko mapuche Facundo Jones Huala. Una sentencia que se leyó en ausencia del imputado, con una restringida presencia de testigos y que suscitó hondo pesar en la comunidad mapuche que aguardaba.
La lectura de la sentencia no pasó inadvertida. Las fuerzas de seguridad presentes en la ciudad de Bariloche, comenzaron con una feroz represión -tal como vienen haciendo- con gases y balas de goma mientras se llevaban detenidas a unas 15 personas, de las cuales 7 eran mujeres y una era menor. En la Ciudad de Buenos Aires la noticia generó una rápida convocatoria de Nora Cortiñas y el Encuentro Memoria Verdad y Justicia para manifestarse en la Plaza de los dos Congresos, al poco tiempo de sucedidas las detenciones. En las últimas horas del día de ayer, fueron liberados las y los detenidos, donde había varios y varias periodistas.
Una detención anunciada
Con gran pesar la comunidad mapuche recibió la noticia de la extradición para el lonco Facundo Jones Huala. Una decisión que ya estaba anticipada por los poderosos intereses que se disputan por la posesión de la tierra y sus recursos, entre el poder económico y las comunidades originarias. Una decisión judicial aleccionadora para amedrentar futuras iniciativas. Someter a los pueblos originarios por el uso de la fuerza del Estado, las fuerzas de seguridad parapoliciales que responden a los grandes grupos económicos y si no fuera suficiente el poder judicial, que ya sin disimulo se muestra funcional al poder político de turno. Apropiarse de las tierras con el aval del gobierno nacional, una nueva muestra de las políticas de estado en vigencia.
Isabel Huala, madre de Facundo, se mostró afligida pero con gran fortaleza. Expresó: “nosotros los mapuches peleamos por nuestros derechos porque somos preexistentes a este Estado que pidió su extradición. Habrá que seguir esperando, queremos que le den la excarcelación y que pudiera volver a su territorio”. Además, agregó que “Ante la confirmación de la extradición de Facundo tenemos mucha bronca y dolor pero hay que quedarse tranquilas porque esto tiene cuestiones legales por lo que puede llegar a tardar tiempoy revertirse”. Además fue enfática al afirmar que la represión había sido ordenada por el juez Villanueva. “Esperaba poder presenciar la sentencia al lado de la abogada, pensando que el juez Villanueva iba a estar en Bariloche, pero no fue así”. “Este fallo fue un circo muy bien armado, un juicio público en un gimnasio donde entraban 1000 personas entre las que había 800 soldados y solamente entramos 23 y se logró que entraran más medios porque se presionó”.
La madre de Jones Huala, continuó: “Esta injusticia que está pasando con el pueblo mapuche, con muertos, desaparecidos, fusilados por la espalda, Facundo detenido más de 8 meses. Como mapuche me duele mi pueblo y como madre me duele mi hijo, es un dolor muy grande para mi, parí 6 hijos y son esos hijos los que el Estado está manoseando, porque no es solamente contra Facundo, Fausto perdió el oído izquierdo por la represión, Nico fue abusado por la policía que entró al Pu Lof, Fernando también tiene causas por este estado que no quiere reconocer la preexitencia del pueblo Mapuche”. Isabel además dijo: “Que esta ciudad siga creyendo que vienen de los alemanes, de los italianos, porque les duele la cara mapuche, duele que ver que se rían de los indios cuando en su sangre llevan sangre india, nuestra sangre mapuche, nuestra cultura, duele ver a los jóvenes enterrados en el alcoholismo y la droga por este sistema, duele que los maten por la espalda en los barrios, duele ver la gente que perdió la vida esperando un trabajo, remedios, cosas de este sistema que les es negado, duele lo que va a venir más adelante, por eso le pedimos a la Mapu que mande terremotos, volcanes a ver si se les acomoda la cabeza. Tenemos que masticar la bronca y seguir luchando por el pueblo mapuche, seguir esperando que le den la libertad a Facundo”.
Tal como lo señaló Isabel Huala “la policía fue persiguiendo a los manifestantes que se iban desconcentrando para reprimir y detener”, las imágenes son elocuentes. Entre las y los 15 detenidos había 7 mujeres que fueron particularmente sometidas a situaciones de maltrato, algo que cuesta ser interpretado como causal en el marco del reclamos por el derecho al Aborto Seguro, Legal y Gratuito, pero especialmente de cara al Paro Internacional de Muejres del 8 de marzo. Pareciera que cualquier represión también es una buena excusa para reprimir a las mujeres que se organizan. Tal es el miedo de las fuerzas represivas, sumamente machistas.
Además, tal como denunció Sipreba, además había 2 periodistas. Las y los detenidos pasaron la noche privados de su libertad, lo que produjo un inmediato reflejo en Bariloche, con movilización y vigilia. Por su parte, en la ciudad de Buenos Aires, donde se convocó a una movilización frente al Congreso para visibilizar la situación, mostrar la solidaridad y el apoyo. Al anochecer las y los detenidos fueron liberados.
Acusaciones infundadas
El lonco mapuche Facundo Jones Huala es acusado en el país chileno con escasas pruebas y en base a muchas suposiciones, la construcción del enemigo que luego facilite la apropiación de sus tierras. Las tierras patagónicas tanto de un lado como del otro de la frontera tienen riquezas naturales incalculables: agua, gas, petróleo, entre otros. El escollo para la explotación son los pueblos originarios habitantes de estas tierras desde tiempos ancestrales y que no están dispuestas a abandonar. Resistir y defenderse es la única estrategia posible frente al poder económico y a un Estado que mira con los ojos de los poderosos.
La comunidad mapuche viene siendo hostigada, atacada y despojada ancestralmente, una situación que no reconoce límites y que cuenta con iniciativas políticas a un lado y otro de la cordillera. Una comunidad originaria que no tiene la identidad de los estados nación, tal como lo conocemos. Los asesinatos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel muestran el peso de lo que está en juego: preservar los intereses privados en contra del bien común, es la política de estado que se acompaña del despliegue de las fuerzas de seguridad con represión y muerte. La organización para resistencia popular y la solidaridad hoy son las armas para resistir.