Por Camila Parodi, Sebastián Schaer y Silvana Iovanna Caissón desde La Paz. Luego de recibir las energías y guías ancestrales en Tiahuanaco, Evo Morales tomó posesión de su tercer mandato en la capital del país. Presidentes latinoamericanos acompañaron el acto y respaldaron el proceso de cambio.
La madrugada del jueves encontró a la plaza Murillo, en el centro de la ciudad de La Paz, repleta de bolivianos y organizaciones sociales y políticas que esperaban la llegada del presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, electo por tercera vez, Evo Morales Ayma.
Entre las cinco y las nueve de la mañana, bandas de sicuris y la banda Imperial del país tocaron diversas canciones características de las naciones bolivianas, mientras las organizaciones se encolumnaban en los alrededores de la plaza para desfilar delante del Palacio del Quemado después del acto protocolar.
La llegada de los mandatarios de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Ecuador, Rafael Correa, dio pie para el inicio de la ceremonia. En primer lugar se encontraban los actuales representantes del Movimiento al Socialismo (MAS) en la Asamblea Plurinacional de Bolivia. Entre ellos, mujeres indígenas, campesinos, mineros y sindicalistas, desfilaron alrededor de la plaza Murillo hacia la sede parlamentaria donde aprobarían la asunción de Morales y su vice. Los aplausos no se hicieron esperar para los asambleístas masistas, quienes entraron todos juntos y adelante. La oposición desfiló detrás, sin banderas y con una notoria separación al caminar.
En la Asamblea Constituyente, el mandatario boliviano juró, con el puño izquierdo erguido y su mano derecha sobre su corazón, ante los mandatarios de otros países, diputados, delegados, funcionarios y movimientos sociales.
Seguido de esto, tomó la palabra García Linera que juró a su cargo “por los próceres de la liberación, por nuestros héroes que dieron la vida por la patria, por el pueblo boliviano, y por la igualdad de todos los seres humano”.
En su discurso,el vicepresidente, quien acompaña a Morales hace nueve años, puso de manifiesto el lugar protagónico que ocupa el pueblo boliviano en la construcción de este proceso de cambio y expresó que “los indígenas oprimidos por siglos, al igual que los movimientos sociales por décadas, hoy no sólo tienen participación política sino que son gobierno”.
En ese camino de construcción de lo nuevo, García Linera manifestó la importancia del MAS como herramienta política para la revolución, la cual necesariamente es y deberá ser “socialista, democrática y comunitaria”.
Asimismo afirmó que el socialismo del siglo XXI, y en Bolivia en particular, tiene por objetivo construir “esta gran comunidad universal de los pueblos”. Y continuó caracterizando al mismo como “un campo de batalla entre lo nuevo y lo viejo”, por lo cual “necesariamente otra civilización tendrá que superar el capitalismo con los contenidos comunitarios que estamos empezando a caminar”. En ese andar, definió al socialismo como un puente desde el cual se van a “gestionar comunitariamente los bienes comunes en el mundo.”
Sin embargo, este proceso de cambio tiene su especificidad que lo hace único e incomparable con otras experiencias y construcciones colectivas. En esa línea, García Linera explicó que la revolución boliviana tiene en sus raíces ancestrales la lógica comunitaria latente, por ello “el comunitarismo que propone la convivencialidad y diálogo con la madre tierra desde la defensa es la llave del futuro”. De esta forma, para el vicepresidente el Estado puede ayudar a que lo comunitario se expanda, “sin embargo este tiene pulsión propia”.
A continuación, el presidente Morales brindó su discurso de apertura para su nuevo mandato. El jefe de Estado comenzó con un recorrido histórico sobre los distintos contextos políticos que atravesó el país, el cual entre periodos de corrupción, saqueos y medidas neoliberales, que hundieron al pueblo en la pobreza, hoy se encuentra en un momento de crecimiento y soberanía territorial.
El mandatario reafirmó que “luego de tantos años de usurpación tenemos un gobierno independiente y autónomo”. Luego de mencionar los porcentajes con los que el MAS ha triunfado en las elecciones, destacó que “ningún movimiento político ha ganado tantas veces y con tantos votos en la historia, y ese es el pueblo boliviano”. Si bien reconoció que “faltan políticas para consolidar”, destacó el contexto actual caracterizado por el crecimiento del PBI, el reconocimiento de tierras y títulos a pueblos indígenas, el aumento del salario mínimo en un 50% y el avance en infraestructura. Igualmente, insistió que “esto no es obra de Evo Morales, es obra del pueblo representado en la lucha de los movimientos sociales”, los cuales hacen que “ahora la política del Estado Plurinacional sea digna”.
Si bien el acto protocolar culminó pasado el mediodía, el Jefe de Estado y su vice, junto al representante de la Central Obrera Boliviana (COB), y de organizaciones campesinas e indígenas, salieron al palco presidencial inaugurando el desfile oficial con las estrofas del himno al socialismo, “La Internacional”, que tocó la banda musical del Ejército y cantaron también el presidente Maduro y la vicepresidenta de Cuba, Lazara Mercedes López.
El desfile de organizaciones sociales y políticas de las diferentes regiones de Bolivia y de delegaciones internacionales duró hasta entrada la tarde.
Entre las agrupaciones que brindaron su apoyo al presidente Morales y a su gobierno estuvieron la COB, la Tupac Katari, sindicatos y cooperativas mineras, petroleros, organizaciones campesinas e indígenas, estudiantes de medicina, fotógrafos, comunidades indígenas de todo el país y delegaciones de bolivianos residentes en todas partes del mundo.
En el palco Presidencial también estuvieron el vice presidente de Argentina, Amado Boudou, y la titular de Madres de Plaza de Mayo -Línea Fundadora-, Nora Cortiñas.
Como años anteriores, la intensa jornada se extendió hasta la medianoche con un recital de música folklórica, que brindaron varios artistas nacionales e internacionales, en el estadio paceño Hernándo Siles.