Por Redacción Marcha
Ángel Pedro Etchecopar fue denunciado penalmente por “instigación a cometer el delito, intimidación pública y apología del crimen” por instar a sus oyentes a “llamar” a referentes políticas en la Campaña Nacional contra las Violencias hacia las Mujeres, lo que se tradujo en masivas amenazas de muerte, contra la integridad sexual, acoso y hostigamiento.
Según la Wikipedia, Ángel Pedro Etchecopar, más conocido como “Baby”, es “un conductor de televisión y radio, crítico, periodista, monologuista y actor argentino”. Pero para quienes habitamos el movimiento de mujeres y LGTB es la voz de los intereses de los sectores más rancios y conservadores. Y claro, de quienes tienen miedo ante el poder feminista y ven amenazadas sus posiciones de poder o privilegios en el heteropatriarcado capitalista y racista.
El 8 de abril de 2017 Micaela García fue violentada sexualmente y asesinada en Entre Ríos. “Si tu hija de 12 años sale mostrando las tetas con un tatuaje y haciendo trompita, hay una provocación (…) porque no es casual que de golpe aparezcan tantos violadores”, arremetió Etchecopar días después con su estilo, pretendidamente provocador, pero que parecería buscar un límite en las que salen a luchar, “mugrosas”, “feas” y “villeras” “feminazis”, tal como él y sus seguidores nos denominan, pero sujetas que esta vez no le dejaron pasar la vulneración de derechos y lo denunciaron por “instigación a cometer el delito, intimidación pública y apología del crimen”.
El 4 de mayo, en el marco del acampe frente al Consejo Nacional de las Mujeres (CNM) en reclamo de políticas públicas, la Campaña junto a otras organizaciones sociales, realizaron un escrache en repudio a estas afirmaciones de Etchecopar frente al edificio de Radio 10, mientras el comunicador realizaba su programa diario “El ángel del mediodía”. La reacción no fue la reflexión y el pedido de disculpas ante las palabras de justificación de la violencia machista que en manos de un femicida se llevó la vida de Micaela, sino la invitación, desde su lugar de varón empoderado, a atacar. “El escrachado escracha”, dijo, y mencionó, dio los teléfonos al aire e instó a sus oyentes a llamar a las voceras de la Campaña repetidamente, acto que se tradujo en amenazas directas de muerte y contra la integridad sexual de Mariana, Florencia y Sabrina, mujeres políticas y referentes de los feminismos populares.
Una muestra de la construcción de referencias y poder de los medios hegemónicos en manos de machos violentos en un época en que las instituciones de los CEO y las órdenes de los terratenientes parece envalentonar el fascismo social. Porque en las expresiones de Etchecopar -y tantos otros- se ve el resultado de un proceso de desinformación ante cada reclamo feminista por una vida sin violencias y de libertades que, acompañado por la misoginia y el odio, se treadujo en un ataque y agresión que llegó, con esta situación específica, a su etapa más acabada: la incitación a la violencia colectiva.
“Vemos un intento de disciplinamiento”
María del Carmen Verdú es abogada y referente de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) y una de las que realizó la presentación judicial en cumplimiento del asesoramiento jurídico solidario junto al Colectivo de Abogadxs Populares La Ciega a la Campaña Nacional contra las Violencias hacia las Mujeres. Para Verdú, esta vía es “un escenario más de las luchas” para los feminismos, ya que, denunciar el odio de Etchecopar es ver “no solamente un ataque contra ellas sino un intento de disciplinamiento hacia el conjunto del movimiento de mujeres, un actor tan dinámico de esta realidad social”.
La presentación “posibilita llegar a un resultado concreto de juicio y castigo”. “La querella que presentamos tiene su apoyo en el Código Penal y define varias de las conductas llevadas a cabo por el señor Etchecopar”, informó la abogada quien enumeró: “amenazas colectivas, intimidación pública, incitación a la violencia colectiva; e instigación de otros delitos como amenazas de vida, a la integridad sexual, amenazas coactivas”. Para Verdú, “haber promovido la denuncia primero, luego la presentación de la querella y después haber logrado que el juez (Daniel) Rafecas no promoviera ni consintiera la pretensión del fiscal (Guillermo) Marijuan de presentar el caso como una mínima contravención ya es un enorme éxito”. Agregó además que en la dimensión cultural se logró “visibilizar e instalar el repudio a los dichos de este señor que simbolizan la forma de violencia mediática contra las mujeres”.
La figura de “intimidación pública”, además de la “instigación” a cometer delito contra un colectivo y personas determinadas como así también la “incitación pública a la violencia colectiva” son ejes en la presentación judicial contra Etchecopar. “Uno de los objetivos más importantes es mostrar cómo estos insultos, ataques, expresiones machistas y amenazas concretas no son, ni un hecho aislado ni el fruto de una mente febril, sino parte de una cultura mediática que tiende a deslegitimar y estigmatizar la organización de mujeres”, afirmó Verdú. “El propio Etchecopar tiene varios antecedentes por denuncias vinculadas a su ejercicio de la violencia mediática contra las mujeres y los colectivos disidentes”.
Frente a los Tribunales federales la mística del feminismo popular
“Movilización contra Baby Etchecopar en Retiro. Todo cortado”, decía el tweet de una figura del periodismo acostumbrado a desinformar y avalar la creciente criminalización de la protesta. Con sus banderas violetas y vivos de arcoiris, cantos populares y los cuerpos presentes de las luchadoras amenazadas por la violencia y el odio desatados por el conductor de Radio 10, la Campaña Nacional contra las Violencias hacia las Mujeres, llegó el martes 4 de julio en horas de la mañana a los Tribunales federales de Comodoro Py.
Con la práctica del megáfono y la ronda acostumbrada en asamblea, quienes ingresaban al edificio iban informando a las que esperaban afuera cada paso en la presentación de la querella, “logramos una audiencia con el secretario del juez y luego con el mismo (Daniel) Rafecas”, decían, a la vez que denunciaron que previamente “trataron de invisibilizar” y “dilatar” con una “discusión técnica” la gravedad de lo denunciado. “Estar adentro y escuchar como las compañeras agitaban es muy importante”, remarcaron, “le estamos mostrando al poder judicial cómo estamos organizadas”.
“Que deje de utilizar el medio de comunicación como una herramienta para reproducir violencias”, afirmaron las voceras de la Campaña, “no vamos a permitir que nos sigan maltratando”. Y opinaron que “si hay un tipo que puede acceder a los medios para decir estas barbaridades tiene que dejar de usar el medio, de ser comunicador, porque queremos otro tipo de comunicación y que se respeta la vida y la salud de todas las mujeres”. Y festejaron con grito colectivo, “cuando estamos organizadas podemos exigirle a la justicia que investigue y que cite a declarar a Etchecopar”, “ninguno de estos fascistas y machistas que nos amenazaron por teléfono nos van a parar”.
Ayer, en una declaración de prensa, la Campaña informó que la querella presentada se encuentra en los Tribunales Federales a pesar de la postura de la fiscalía que pretendía quedara en el ámbito de la CABA. Reafirmó la necesidad de que “se reconozca la total responsabilidad” de Etchecopar en estos hechos y se lo acuse por “instigación a cometer delito, intimidación pública y apología del crimen”. Y agregó, “queremos que se impute y se investigue por todos los delitos que sufrimos las compañeras y que se visibilice que se trata de un ataque al movimiento de mujeres organizado que lucha día a día por nuestros derechos, y por denunciar la responsabilidad del Estado ante la falta de presupuesto y políticas públicas integrales contra la violencia de género”.