Las protestas en Estados Unidos contra el genocidio en Palestina no cesan. Durante el fin de semana se llevaron a cabo distintas acciones, con el movimiento estudiantil como protagonista. A la fecha, se estiman más de 3000 detenidxs producto de la movilización.
Por César Saravia/Foto Sofía Dadap de People Dispatch
El epicentro de las protestas que ya llevan más de un mes fue en Columbia, New York. Se trata de un movimiento que llegó para patear el tablero de la discusión pública respecto al rol del gobierno estadounidense en su apoyo al genocidio en Palestina, en un contexto donde desde hace meses es transmitido en vivo frente a la pasividad del mundo. La acción de lxs estudiantes estadounidenses ha sido fuente de inspiración y protestas similares se registran en Chile, México, Francia, Inglaterra, Argentina, España, entre otros.
Esta internacionalización de las protestas ya ha conseguido algunos resultados concretos, aunque en su mayoría operan en el plano de lo simbólico. Quizás lo más destacado haya ocurrido en España donde distintas universidades como la de Barcelona, la Universidad de Granada y la Pública de Navarra, entre otras, ya anunciaron la ruptura de todo tipo de relación con empresas y centros educativos israelíes hasta que se ponga freno al genocidio en Gaza.
A nivel de organismos internacionales, en la mañana del lunes 20 de mayo, la Corte Penal Internacional ordenó la captura de los líderes de Hamas y de Benjamin Netanyahu, actual primer ministro de Israel. A lo anterior hay que sumar la votación de hace unas semanas en que 149 países votaron por hacer a Palestina miembro pleno de la ONU, mientras que sólo 9 se opusieron, entre ellos Estados Unidos y Argentina. Durante la jornada del martes 21 de mayo, la propia FIFA anunció que analizaría la expulsión de Israel como selección afiliada al máximo organismo del fútbol mundial.
Al momento de escribir estas páginas, adicionalmente se confirmó que España, Noruega e Irlanda van a reconocer a Palestina como Estado. Son ya 140 países que actualmente llevan a cabo este reconocimiento. Algo que le da un peso diplomático muy fuerte a la alternativa de los Estados. Mientras tanto, Gustavo Petro, quien ya había roto relaciones con Israel, anunció que instalaría una embajada en Ramalah, capital administrativa del Estado de Palestina.
Pero volviendo a Estados Unidos, lugar donde se juega mucho del destino de la agresión hacia Gaza, al tratarse del principal aliado económico y militar de Israel en el mundo, es importante empezar por aclarar que las universidades ahí no son autónomas, sino que hay una suerte de consejo que se le conoce como el Board of Trustees, que está conformado por personas que no son parte del ámbito universitario, sino que en muchos casos vienen del mundo empresarial.
Estas protestas, que en algunos casos fueron tomas de espacios o partes de las universidades y en otros fueron campamentos, fueron principalmente empujadas por organizaciones de estudiantes que se denominan como “Estudiantes por Palestina” o “Justicia por Palestina” y también por “Judíos por Palestina”. Los campamentos y las movilizaciones nacen con dos motivos principales. El primero es un pedido al gobierno estadounidense que corte la ayuda, tanto financiera como militar hacia Israel. Y una segunda, hacia las universidades, para que retiren las inversiones privadas que realizan en Israel y que corten los programas de cooperación con universidades israelí.
Las manifestaciones fueron reprimidas en distintos puntos del país y han generado imágenes violentas a la que están poco acostumbradas las clases medias estadounidenses. Para entender un poco mejor el contexto de estas protestas. charlamos con Graciela Monteagudo, quien es profesora de la universidad de Massachusett, Amrest, para conocer un poco de cómo se vivió este movimiento en la universidad que ella trabaja.
“Todas las protestas fueron desalojadas con mucha violencia, no solo contra estudiantes, sino también con algunos profesores. A pesar de eso, hubo un incremento en la protesta, en la cantidad de gente que está en las ocupaciones. Es un movimiento grande y mi impresión es que es un movimiento fuerte y que va a seguir más allá de las clases en la universidad”, asegura Graciela
Vietnam y Palestina, la juventud como protagonista
Algo que a muchos nos viene a la mente al ver estas protestas es la relación que tienen con las vividas contra la guerra en Vietnam, durante la década de 1960. Graciela, quien además es una estudiosa de los movimientos sociales y la izquierda en Estados Unidos, nos habla un poco de las similitudes y diferencias entre ambos movimientos
“en este caso no se está hablando de mandar tropas contra Palestina con lo cual los jóvenes no no tienen la preocupación de que hacer eh carne de cañón ellos mismos”, aclara Monteagudo, como un punto de partida clave de las diferencias. “pero sí se empiezan a ver las conexiones de lo que hace el gobierno en Medio Oriente con las políticas económicas que tenemos en Estados Unidos, que han hecho que un porcentaje importante de la población esté bajo la línea de pobreza”, agregó.
Graciela destaca las diferencias en la estructura organizativa de estas protestas con las de los 60 “en aquel momento las organizaciones eran más jerárquicas. Vos tenías organizaciones como las Panteras Negras, por ejemplo, con estructura más de tipo marxista leninista. Ahora se ve mucha más organización del tipo que se vio durante las ocupaciones contra Wall Street o incluso el movimiento contra la globalización corporativa. Estudiantes por Palestina, por ejemplo, son organizaciones que no tienen centralización.
Si bien estos movimientos siempre entusiasman de alguna manera, hay algo en el sistema político estadounidense que hace muy complicado que estas expresiones se consoliden como proyectos de poder. También por las mismas características de estas militancias que se activa/desactiva de manera muy rápida y sin referencias claras. La experiencia reciente de izquierda como la que representaba Bernie Sanders fueron bajadas, primero por Hillary Clinton y después por Joe Biden. En ese momento y en dos ocasiones, el sistema político, el establishment estadounidense, logró de alguna manera bloquear/taponear la crisis por izquierda, así por derecha, luego del triunfo de Donald Trump.
Sobre el impacto que pueda tener en las elecciones estas protestas, Graciela señala:
El tema es que la población islamista o musulmana de Estados Unidos es muy grande ahora y son gente con bastante influencia. Tienen ingresos bastante altos como grupo étnico y se organizaron para mostrarle a Biden durante las primarias que ellos no van a votar a favor de los demócratas ahora en las elecciones por cómo se lo conoce conoce “Joe genocida” ese apodo que tiene por el tema de Palestina. Entonces sí va a tener un impacto en las elecciones. También la juventud en general está muy desencantada con el proceso eleccionario en general, no solamente con Biden, pero existe el temor de que vuelva Trump, está bastante bien en las encuestas, viene saliendo bastante bien a pesar de todos los problemas judiciales. Sí, existe ese temor, así que probablemente Biden vuelva a ser una opción viable en estas elecciones
Más allá de que en el corto plazo estas protestas no necesariamente desencadenan en un proyecto de poder, sí han puesto en manifiesto la capacidad que tiene la solidaridad y la movilización para lograr algunas acciones. Las juventudes lo entienden muy bien y hoy le dice alto, al genocidio en Gaza.
Escuchá la columna de “Eso que Falta” donde charlamos sobre estas protestas.
https://ar.radiocut.fm/audiocut/colectivo-marcha-protestas-estudiantiles-en-eeuu/