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    Home»Culturas»Estallar desde el océano: a 40 años del primero recital de Sumo.
    Culturas

    Estallar desde el océano: a 40 años del primero recital de Sumo.

    4 febrero, 20229 Mins Read
    Sumo primer reci
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    Se cumplen 40 años del primer recital de Sumo, un recital que se da en el contexto de la dictadura, cuando ésta comienza a perder fuerza, y apenas unos meses antes del inicio de la guerra de Malvinas . Sumo aparece como una banda que representa la Argentina en transición. Una banda que sería parte del soundtrack de los primeros años de la democracia. 

    Por Pablo Flores / Fotos José Fabro

    1981

    La dictadura militar, patronal y clerical estaba empezando a cumplir con su objetivo: reconvertir la estructura social y económica del país por medio del secuestro, la tortura y la desaparición. Si bien los planes de la junta estaban pensados para ser aplicados durante largos años, la dictadura se tuvo que ir producto de la lucha de los organismos de DDHH -referenciadas en Madres y Abuelas de Plaza de Mayo-, los paros y las movilizaciones que impulsó la clase obrera desde mediados de año, que se inmortalizaron en las movilización Paz, Pan y Trabajo del 7 de noviembre – donde se escucha por primera vez el canto “se va a acabar, la dictadura militar”- y la primera marcha de la Resistencia del 9 de diciembre. El Golpe de gracia lo recibe una vez finalizada la guerra de Malvinas en junio del año siguiente.

    Al país lo azotaba una feroz crisis económica que se expresaba en los altos niveles de inflación (100 % anual), la terrible devaluación de la moneda (casi el 400 %), la desocupación, la pobreza y la desindustrialización. Finaliza el 81’, y en ese contexto, el primer hecho político del rock del 1982 se da en el Oeste del conurbano bonaerense, más precisamente en Hurlingham: en el patio de una vieja casona hacen un ensayo para un público reducido a familiares y amigos, los Sumo. Sin embargo, el primer grito de furia hacia el exterior recién tuvo lugar en febrero.

    José Fabbro fue una entre las quince o veinte personas que formaron parte del público en el primer show de Sumo en febrero de 1982, en Caroline’s Pub, una confitería sin escenario y con sillas, ubicada en el primer piso de una galería en frente de la plaza Güemes, entre las calles Boulevard San Martin y De los Aromos, Palomar. Por aquellos años, José era aficionado a la fotografía, tenía un laboratorio propio donde revelaba sus registros en blanco y negro. En aquél show asistió y pudo registrar algunas imágenes. Hace exactamente un año publicó las fotos de ese show gracias a un escaneo de los contactos, ya que los negativos nunca los pudo encontrar. 

     José es amigo de Germán Daffuncchio desde los 10 años, una amistad que surge en los boy scout. Por medio de Germán, conoce a Alejandro Sokol. Ese grupo de ansiosos construye la amistad en la casa de un entrañable personaje que Divididos retrató en su disco Vengo del placard de otro: Pepe Luis. Por otro lado, se vincula con Timmy Mckern (futuro manager de Sumo) desde lo laboral, ya que José tenía un taller de electrónica donde arreglaba artefactos y Timmy le acercaba todo tipo cosas para arreglar. Por medio de él conoce la historia de un tano que vino de Inglaterra a Córdoba escapando de la heroína, e iba a llegar a Hurlingham.

     El lazo entre José y Sumo se construye cuando el manager de la banda le propone ser una especie de asistente técnico de los equipos que utilizaban. Eso implicaba arreglarlos cuando se rompían y hasta el armado de equipos según los pedidos de Luca, ya que era el más experimentado en cuestiones de sonido. Entonces, sirviendo las veces de asistente, comienza a frecuentar los primeros ensayos en la mansión Mckern y luego en el sótano de Palomar (lugar que acobijó a Sumo y años más tarde al primer Divididos) hasta llegar a ser en el primer recital de Sumo asistente, público y fotógrafo, dada su afición.

     El 4 de febrero de 1982, Sumo decide llevar adelante su primera presentación en vivo en Caroline’s, con su primera formación histórica: Stephanie Nuttal en batería, Alejandro Sokol en bajo, German Daffuncchio en guitarra y Luca Prodan, en voz y guitarra acústica. En noches de represión al supuesto enemigo interno, los rockeros eran foco de abuso y persecución. Por aquellos años no había noche donde algún pelilargo caía tras las rejas por uso de estupefacientes, por no llevar DNI junto a sus ropas o simplemente, por portación de vestuario contrario a los valores cristianos y occidentales. A Sumo le tocó vivenciarlo una de esas noches en Carolines (han llegado a tocar dos o tres veces en el lugar), cuando personas de civil ingresaron al show, revisaron a las personas, las instalaciones del lugar (inclusive debajo de las mesas) y luego de hacer preguntas intimidatorias se retiraron y el show pudo comenzar.

     Lo sobresaliente de la noche fue la baterista inglesa, Stephanie Nuttal. Le pegaba a la batería con mucha fuerza. En su rostro de sufrimiento se notaba la energía de sus brazos. Pareciera que odiara a la batería. Lo que más llamó la atención de la baterista inglesa es su llanto y su cara de tristeza al pegarle a los parches.

     Según una foto de la lista del debut en Palomar, Sumo tocó trece canciones. De la misma se rescatan Regtest y Dividid by joy que luego formaran parte de los recitales de Sumo; las primeras versiones de Telephones/White trash y Breacking away, que se incluyeron en lo que fue el primer material oficial de Sumo, Corpiños en la madrugada, una casette que vendían en los recitales de Sumo del 83 y el 84; y otras canciones, también covers, cuyas versiones fueron incorporadas en el disco post mortem de Luca “Time, fate, love” y en otros compilados piratas que circulan en formato físico y por las redes.

     Sumo en el país de las banderitas y globos.

     Sumo nace en un contexto transicional para la historia, la política y la cultura de nuestro país. Cuando la dictadura estaba perdiendo poder por las luchas que se venían llevando adelante, aparece una propuesta artística diferente a lo que estaba ocurriendo en el rock local. Sumo nace en el lapso de tiempo en el que los cimientos de la dictadura militar estaban siendo cuestionados, pero aún podían hacerse de herramientas para poder seguir sosteniéndose en el poder: la guerra de Malvinas.

     Es conocida la historia de cómo la Guerra de Malvinas impacta directamente sobre Sumo. En primer lugar, al estallar el conflicto, la familia de Stephanie Nuttal le pide que vuelva a su país por miedo a que le ocurriera algo por su nacionalidad inglesa. Esto impulsa cambios en la banda original: Sokol agarra los parches y se produce un ingreso fundamental, el de Diego Arnedo en bajo, el corazón de Sumo. Por otro lado, Sumo era una banda que tenía casi la totalidad de sus canciones en inglés. Entonces, al estar prohibida la música en inglés, era hasta subversivo cantar canciones en el idioma del enemigo. José cuenta que una vez le pregunta a Luca por qué canta en inglés y Luca le decía que “le salía así”. ¿Qué futuro prometedor tenía una banda que cantaba en inglés en el medio de una guerra con Inglaterra?

     Banderitas y globos es una canción que compusieron Luca, Diego y Germán. Fue registrada en el primer disco Corpiños en la madrugada (1983) completamente en inglés. Luego fue incorporada en After Chabon (1987) pero con una versión en castellano. La canción vendría a ser un homenaje a ese tiempo político, donde a un gobierno una plaza lo cuestionaba al calor del “se va a acabar la dictadura militar” y a los dos días, cuando el ejército argentino ocupa Malvinas, una plaza “con banderitas y globos” vitoreaba la guerra. Lo que pasó al poco tiempo ya es sabido: después de 74 días de “vamos ganando” se firma la rendición en junio y se conocen los desastres de la guerra.

     Para graficar la situación, Fabbro cuenta una anécdota. Durante los 80’ tenía una novia que militaba en Partido Comunista Argentino. Para quienes no están ambientados en la historia de las organizaciones políticas, el PC es un partido del amplio abanico de la izquierda argentina, pero que se caracteriza por sus posicionamientos pragmáticos, tardíos, reformistas y hasta contradictorios.  Durante la dictadura, la novia de Fabbro llevaba adelante acciones clandestinas, de propaganda contra el gobierno. Pero el 2 de abril de 1982 el comité central de PC ordenó a su militancia a participar activamente de la movilización a plaza de mayo para apoyar a un gobierno por tener una conducta anti imperialista al invadir las islas. ¿Contradicciones? Bienvenidos al país de las banderitas y globos.

    Tenemos cinco años, eso es todo lo que tenemos.

     Desde el primer show de Sumo en Caroline’s al último recital en la Cancha de los Andes en diciembre del 87’ pasaron cinco años. Casi seis. Fueron tres las formaciones conocidas: la del inicio y la transición con Nuttal en batería y Sokol en bajo; la del primer demo y los inicios en los circuitos del under con Sokol en batería, Arnedo en bajo y el ingreso de Pettinato para tocar el saxo; y, el último y clásico Sumo, el que incorpora a Ricardo Mollo como el guitarrista virtuoso y a Superman Troglio en batería por el éxodo espiritual de Sokol.

     En esos cinco años, nacieron con represión y patria financiera, se asentaron en la primavera democrática y ocuparon un espacio vacante en el rock argentino en el contexto del Plan Austral, presiones militares y condicionamientos económicos. La democracia estaba gateando y Sumo proponía hacerla caminar con post punk. Sumo fue la expresión de esos años. Tratar de entender a Sumo es acercarse a aquellos años desde otro lente.

     Cuando Luca llegó a Argentina y se asentó en las sierras de Córdoba comenzó a planear lo que después fue Sumo. En esos primeros ensayos tocaba Five years, una canción de David Bowie. La letra de la canción narra pasajes de situaciones en una ciudad caótica desde el ojo de personaje que sabe que dentro de cinco años este mundo ya no existirá. Incluso, describe el recuerdo de una madre (“y pensé en mamá y quería volver allí”). Luca contaba con una guitarra y con su voz cómo se sentía un exiliado por la heroína y la muerte. Luca contaba que tenía cinco años. ¿Cinco años para qué?

     

    German Lucas Prodan portada Stephanie Nuttal Sumo

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