En esta segunda, y última parte, de la entrevista, el comandante del ELN, Juan Carlos Cuellar, contesta a Resumen Latinoamericano y a Colombia Informa sobre la situación de los presos políticos colombianos y a la necesidad de unidad en el campo popular.
“Está superada la confrontación con las FARC, la relación mejoró sustancialmente”
El conflicto social y armado en Colombia fue -y sigue siendo- complejo y dramático. En medio de las desapariciones forzadas y desplazamientos masivos que viene padeciendo por décadas el pueblo colombiano por la acción del terrorismo de Estado y el paramilitarismo, se produjeron enfrentamientos entre los dos principales grupos armados, el ELN y las FARC. Efraín Guerrero, quien lideró a la guerrilla camilista en el Nororiente, reflexiona en tono marcadamente autocrítico: “Las insurgencias le hemos hecho daño al proceso popular y de unidad con esos enfrentamientos. En algún momento tendremos que plantear qué nos pasó allí; hoy tenemos el reto de fortalecer los lazos unitarios, a partir de una profunda relación de respeto hacia las masas”.
¿Cuál es el vínculo entre el ELN y las FARC en la actualidad? Agrega Cuellar: “La situación mejoró sustancialmente. Se viene avanzando en encuentros entre los comandantes, se dan permanentes intercambios políticos y coordinaciones. Está superada la confrontación que se dio; hay puntos comunes entre ambas fuerzas, y si hay diferencias, se tratan y resuelven por la vía del respeto y el diálogo”. ¿Esos encuentros pueden prefigurar el surgimiento de una coordinación más estable, como se dio en los 80 con la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar? “Sin dudas esas posibilidades son reales, ojalá el tiempo nos dé la buena nueva”, concluye el vocero del ELN, optimista.
Presos Políticos: “Priorizamos la relación con el campo popular”
El encuentro con los presos políticos del ELN estuvo matizado por un clima fraterno y agradable, que contrastó con el ambiente carcelario omnipresente. El espacio reducido y las rejas ahí nomás no permitían evadirse del contexto de encierro, que los circunstanciales visitantes padecimos durante ese rato, pero los guerrilleros encarcelados lo vienen soportando por años.
“El nuestro no es un trabajo público, aun así hemos priorizado la relación con el campo popular, esa es nuestra apuesta”, explica Cuellar, en nombre del Movimiento de Presos Políticos Camilo Torres Restrepo. “A través de gestión, trabajo y esfuerzo logramos esta relación más directa con el movimiento social. El régimen quiso meternos en los cuatro muros, pero si nosotros nos volcamos a la lucha revolucionaria es porque tenemos este interés social”, fundamenta.
El Movimiento de Presos Políticos que lleva el nombre del sacerdote que llegó a ser comandante guerrillero y murió combatiendo en las filas del ELN agrupa a cerca de 700 presos y presas de esa organización. Se calcula que las FARC tienen un número aún mayor de encarcelados. Pero la cifra crece exponencialmente si se tiene en cuenta a quienes están presos ya sea por motivos ideológicos o por su actividad en las luchas del movimiento social.
Desde la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, que acumula 40 años de actividad en defensa de los derechos humanos, aclaran que es difícil precisar una cifra, pero que se estima en cerca de 7000 las personas encarceladas por distintos motivos políticos en Colombia. La agenda del Movimiento de Presos Políticos Camilo Torres es diversa y vital, como lo demuestra este encuentro. Pero una de sus principales tareas es bregar por las mejores condiciones de detención para que quienes estén privados de su libertad puedan mantenerse políticamente activos. “La idea es que los presos se puedan regionalizar en cuatro o cinco partes, y en cada lugar se puedan hacer encuentros de este tipo. Tenemos una dificultad con las mujeres presas en este sentido, estamos trabajando en eso”, sostiene Cuellar.
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Una vez terminado el encuentro, en medio de las despedidas, notamos en la pared que estuvo todo el tiempo a nuestras espaldas otras láminas a modo de decoración, que complementa las imágenes de Camilo y las palabras de Bolívar que ya habíamos visto. Se trata de un conjunto de retratos en blanco y negro del fotógrafo italiano Oscar Paciencia. Ya fuera del penal, leemos en el libro Caminando Colombia, donde esas imágenes fueron publicadas, una sentencia escrita a medida de la realidad colombiana y los nuevos pasos que explora la insurgencia: “A veces uno no alcanza a ver más que un país que se desangra y se resangra, sobrevive y se levanta una y otra vez, que grita a los cuatro vientos que hay algo que no se puede comprar, que no tiene precio: un pueblo digno”.