Por Magdalena Pérez Balbi, desde España. A la espera del tratamiento de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP), el pasado 16 de Febrero Barcelona salió a la calle para reclamar el freno a los desahucios por hipotecas impagas y el cambio de la legislación vigente.
“Por el derecho a la vivienda. Dación en pago y Alquiler social” fue el lema que encabezó la marcha convocada por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) el sábado pasado por la tarde. La misma convocatoria se realizó en Madrid, Bilbao, San Sebastián, Sevilla, Málaga y Zaragoza, entre otras ciudades del Estado Español. De acuerdo a los organizadores, en Barcelona se movilizaron entre 60.000 y 80.000 personas. A diferencia de otras marchas que suelen iniciarse o finalizar en la tradicional Plaça Catalunya, esta recorrió desde Plaça Universitat hasta la sede del PP (Partido Popular), donde días antes se produjo otra concentración al conocerse que el PP no admitiría la tramitación de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) en el Parlamento español, aunque las 1.402.854 firmas recolectadas permitían que fuera admitida para su discusión.
La ILP fue promovida por la PAH en conjunto con la Confederación Sindical de Comisiones Obreras, la Unión General de Trabajadores , la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Catalunya, el Observatori DESC (Observatorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Catalunya) y la Mesa del Tercer Sector Social de Catalunya, y reclama tres medidas mínimas para “acabar con el genocidio financiero y garantizar el derecho a la vivienda”: dación en pago retroactivo, moratoria de desahucios y alquiler social.
Como se desarrolló en una nota anterior, uno de los principales problemas sociales que enfrenta hoy el pueblo español es el de los desahucios por hipotecas impagas, situación que empeora porque la legislación vigente permite que permanezca la deuda con la entidad financiera aún ejecutado el desalojado. De esta manera, los afectados y afectadas se encuentren en una situación de desamparo total. La PAH no sólo ha logrado frenar desahucios y asistir a quienes los han padecido, sino contribuir a que estos problemas dejen de interpretarse como desgracias individuales y empiecen a verse como el resultado de políticas económicas y de la especulación inmobiliaria. “No puede ser, gente sin casa y casas sin gente” junto a “No es una crisis, es una estafa”, son algunos de los lemas coreados el sábado pasado que dan cuenta de ello.
Si bien la movilización estaba convocada antes de que la ILP fuera aceptada para ser tratada en el parlamento, realizarla no implicaba un festejo de una victoria alcanzada sino la intención de mantener la presión social sobre el poder político. Se espera que esta presión ciudadana, la misma que consiguió revertir la postura del PP al momento de aprobar el tratamiento de la ley, logre que el avance legislativo no pervierta el espíritu original de la misma.
El escrache: una estrategia en expansión
El escrache es una estrategia que desarrolló la agrupación H.I.J.O.S junto a distintos colectivos artísticos, a fines de la década del 90, para señalizar a los represores y cómplices civiles de la dictadura en la Argentina. Esta metodología de denuncia y visibilización de responsabilidades, que articula protesta política y estrategias artísticas, ha sido reapropiada en diferentes reclamos y por distintos colectivos. En diciembre del 2001, por ejemplo, se utilizó para escrachar a los bancos que no devolvían los depósitos a sus ahorristas. En estos días es recuperada en Barcelona. Desde la misma página web de la PAH, se incluye el escrache (aclarando su origen y uso inicial en Argentina) como una de las campañas que lleva adelante la organización.
Durante el recorrido de la manifestación pasada, una serie de intervenciones artísticas y escraches se sumaron a las pancartas y carteles que las y los manifestantes suelen portar. La señalización empezaba con pegatinas sobre las sedes de los principales bancos (La Caixa, Caixa Catalunya, BBVA, Santander) con el lema “Que se sepa. Este banco engaña, estafa y echa a la gente de su casa”. Las ventanas de los bancos se intervinieron con imágenes con datos oficiales de las ganancias de la banca española durante el 2012 o estrategias contrapublicitarias en las que se oponía el retrato de desahuciados (con nombre y apellido, ocupación y entidad que ejecuta el desalojo) a los rostros felices propios del marketing financiero. Todas las intervenciones hacían hincapié en la responsabilidad de los bancos en la situación actual, no sólo de los desalojos, sino de los suicidios. “Culpables”, “asesinos” y “estafadores” fueron los principales epítetos.
Una vez más, el escrache vuelve a ser la herramienta que señala y que pone el acento en los victimarios y no en las víctimas. Una de las batallas de la PAH, la de generar conciencia sobre la responsabilidad y la estafa de las entidades financieras y la gestión política, comienza a ganarse.