Por Erica Porris y Julia de Titto. Comenzó en los Tribunales de Comodoro Py el tercer juicio por la Megacausa de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el mayor Centro Clandestino de Detención de la última dictadura cívico-militar. 789 víctimas y 68 genocidas imputados lo convierten en un juicio histórico.
Ayer, luego de dos postergaciones, empezó la tercera etapa del juicio por los crímenes de la Megacausa ESMA. Por la mañana, antes del comienzo de la primera audiencia, los Tribunales de Comodoro Py amanecieron con la presencia del grupo “Memoria completa” que dirige Cecilia Pando y que reivindica el accionar de los genocidas, responsables de los secuestros, torturas y desapariciones cometidos de forma sistemática durante la última dictadura militar. Luego de recibir a los represores, que en su mayoría llegaron esposados, dejaron sus marcas en las rejas de la vereda de los tribunales con pancartas que, citando diarios de la época, justificaban el accionar de las Fuerzas Armadas. En el mismo lugar, unas horas después, se dieron cita varias organizaciones de derechos humanos, sociales y políticas que taparon aquellas inscripciones con banderas y el recuerdo de los detenidos desaparecidos y sus luchas. Allí se realizó un acto en el que estuvieron presentes La Cámpora, Colectivo Militante, PCR, PO, CCC, MST, Frente Popular Darío Santillán, Marea Popular, H.I.J.O.S., AGD- UBA y la FUBA, entre otros.
El tramo del juicio que comenzó ayer es producto de la unificación de 13 causas distintas, reclamo histórico de los organismos de derechos humanos y organizaciones políticas y sociales para agilizar los tiempos procesuales. Se juzgará a 68 genocidas, entre ellos tres civiles, y por primera vez, a ocho pilotos de los llamados “vuelos de la muerte”, en los que helicópteros de la Marina partían desde la ESMA y lanzaban a los detenidos con vida al Río de La Plata. Entre los imputados se encuentran también Alfredo Astiz, Jorge “El Tigre” Acosta, Carlos Capdevila, Carlos Suárez Mason (hijo), Jorge Rádice, Juan Antonio Azic, Antonio Pernías, Adolfo Donda, Juan Carlos Rolón y Ricardo Cavallo. Catorce de ellos ya fueron juzgados y condenados a cadena perpetua en la sentencia del tramo anterior de la misma causa en octubre de 2011, pero vuelven a estar en el banquillo, acusados por otros crímenes.
La magnitud e importancia del juicio por un lado, tiene que ver con que se juzgarán los casos de 789 víctimas y declararán 830 testigos en tres audiencias semanales, entre ellos el secuestro y desaparición de Alice Domon y Léonie Duquet, las monjas francesas, de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo Esther Careaga, Mary Ponce de Bianco y Azucena Villaflor, en los emblemáticos hechos de la Iglesia de la Santa Cruz y Norma Arrostito, dirigente de Montoneros.
Por otro lado, la cantidad de imputados lo convierte en uno de los juicios por delitos de lesa humanidad más grandes del mundo, superando a los de Nuremberg, que juzgó a las cúpulas del nazismo post Segunda Guerra Mundial. Otro dato relevante es que entre los acusados civiles se encuentra Juan Ernesto Alemann, quien fuera Secretario de Hacienda del Ministerio de Economía encabezado por José Alfredo Martínez de Hoz entre 1976 y 1981 y participó, según afirman los testigos, de interrogatorios a detenidos en las instalaciones de la ESMA. Este juicio tendrá otra particularidad: los hechos se reconstruirán cronológicamente, lo que permitirá, una vez finalizado el mismo, obtener un panorama mucho más preciso de lo sucedido en la ESMA.
Con el fin de proteger a los testigos y no volver a “revictimizarlos”, que vienen declarando hace años narrando su secuestro, detención y cautiverio, esta vez no será necesario repetir testimonios de las primeras etapas, ya que se cuenta con material fílmico al que pueden acceder todas las partes. Esto, a su vez, acelerará el proceso judicial, cuya duración se estima en dos años. Los jueces a cargo son Daniel Obligado, Leopoldo Bruglia y Adriana Palliotti, con la fiscalía de Eduardo Friele.
Vale recordar que la primera etapa de la causa por los crímenes cometidos en la ESMA quedó inconclusa por la muerte del prefecto Héctor Febres por envenenamiento con cianuro dentro de su propia celda el 10 de diciembre del 2007, cuatro días antes de conocer su sentencia. El segundo tramo comenzó en 2009 y comprendió 85 casos. En noviembre del año pasado se conoció la sentencia que condenó a 16 genocidas, mientras que dos resultaron absueltos y ahora vuelven a estar imputados: Juan Carlos Rolón y Pablo García Velazco. Este último, acusado entre otros crímenes, del asesinato de Rodolfo Walsh, tiene un hermano mellizo, Miguel Ángel, que también está imputado. El tribunal anteriormente no pudo distinguir cuál de los dos había sido el responsable del asesinato del periodista y escritor, y absolvió a Pablo por el beneficio de la duda. En la audiencia de ayer se aportaron elementos claves para demostrar su culpabilidad en este caso.
Este juicio sacará a la luz, una vez más, el horror de la dictadura militar, de su planificación y meticulosidad para aniquilar las luchas de una generación que soñaba con cambiarlo todo. Pero también sacará a la luz cada minuto de resistencia de cada detenido, de cada detenida, aún en cautiverio. Expresa, sin duda, el fruto de décadas de luchas incansables por verdad, memoria y justicia.