Por Débora Ruiz
La diva de Buena Vista Social Club habla sobre su reciente visita a la Argentina, en el marco de la gira despedida de la agrupación. El trabajo con Silvio Rodríguez y Jorge Drexler, y el orgullo de ser la voz icónica de Cuba.
Conocida como emblema de la canción cubana, la novia del filin o la diva de Buena Vista Social Club, Omara Portuondo es la voz femenina más destacada de su país.
Su carrera comenzó en la década del 40, en el famoso Cabaret Tropicana, primero como bailarina y luego realizando presentaciones como cantante junto a su hermana Haydee. Al principio, interpretaban jazz pero, muy pronto, innovaron en la fusión de ese ritmo con la bossa nova, el denominado filin.
Más tarde, integró el Cuarteto Las De Aída, formación con la que recorrió el continente americano y que la llevó a compartir escenario con Edith Piaf, Bola de Nieve y Nat King Cole, entre muchos otros músicos.
A fines de los 50, se lanzó como solista, dando inicio a una destacada carrera con la que se presentó en los escenarios más importantes del mundo, convirtiéndose así, en referente de la cultura de su país.
Con más de una veintena de discos editados, su trayectoria se ha visto nutrida por el diálogo musical con diferentes artistas y estilos como el jazz, el filin, el son cubano, el bolero o la canción social. En relación a esta mixtura, Omara dice que si bien cada estilo tiene su historia, influencias y raíces, para ella, interpretarlos es un gusto: “me llaman la novia de filin, pero la verdad es que me siento cómoda con todos los estilos; y muchas veces te das cuenta de que, en verdad, tienen más elementos en común que diferencias, por coincidir en las mismas influencias”.
https://www.youtube.com/watch?v=BgPS58meyZA
Recientemente, visitó la Argentina como parte de la gira despedida que Buena Vista Social Club está realizando por distintos continentes.
Buena Vista fue un club de La Habana en el que se practicaban baile y actividades relacionadas con la música. Casi 50 años después de su cierre, Juan de Marcos González y Ry Cooder realizaron un álbum inspirado en el lugar y lograron reunir a muchos de los artistas que allí se presentaban. Esto propició que, a fines de los 90, se programen una serie de presentaciones para la agrupación integrada por Manuel “Puntillita” Licea, Compay Segundo, Rubén González, Ibrahim Ferrer, Pío Leyva, Eliades Ochoa, Manuel “Guajiro” Mirabal, Amadito Valdés, Barbarito Torres, Joachim Cooder, Papi Oviedo y la propia Omara, que resultaron un éxito impensado.
El cineasta Wim Wenders realizó un documental que fue nominado al Oscar, se grabaron nuevos discos, algunos de los músicos de la formación lanzaron producciones solistas y colaboraciones, y continuaron realizando shows en escenarios internacionales.
Este año, y luego de que varios de los músicos originales fallecieron, se decidió realizar un tour despedida, cierre que Portuondo prefiere pensar como un hasta luego.
Recientemente, la agrupación visitó Argentina y se presentó en Plaza de Mayo, a propósito de los festejos por el 205 aniversario de la Revolución de 1810. Sobre esa experiencia Omara cuenta: “Cuando nos invitaron a participar no teníamos idea de lo que íbamos a ver y vivir, y fue realmente muy emocionante recibir tanto cariño y energía de la gente congregada ese día. Creo que todos acabamos muy contentos de nuestra intervención y muy felices de todo el cariño recibido allí. En general, la gira está siendo un éxito enorme y estoy sumamente feliz y grata de poder formar parte de él”.
Portuondo guarda una entrañable relación con estas tierras: “adoro este país y su cultura. Siempre que venimos tenemos la oportunidad de compartir escenario con artistas locales y esta última vez, tuvimos el enorme placer de presentarnos con Pedro Aznar”.
Como se citaba anteriormente, el intercambio con otros artistas ha sido una constante en la carrera de Omara. Entre los músicos de otras generaciones con los que ha trabajado destaca a Jorge Drexler, “una adorable persona, enormemente talentosa y sensible. Tuve la suerte de contar con él en uno de mis discos en el que compuso el tema Gracias, y ese fue trabajo que me trajo muchas alegrías y sonrisas”.
Esa placa (en la que también participaron Pablo Milanés y Chico Buarque, entre otros) marcó un hito para su país y para ella, ya que fue galardonada con el Premio Grammy Latino como Mejor Álbum Tropical Contemporáneo, siendo la primera artista cubana residente en la isla en obtener ese reconocimiento y participar personalmente de la ceremonia de entrega en los Estados Unidos.
En cuanto a sus últimas actividades, Omara formó parte de la gira que Silvio Rodríguez realizó por distintos barrios de La Habana. Vale destacar su memorable versión de La era está pariendo un corazón, tema que interpretó junto al trovador para el DVD de la gira. “Silvio es un gran artista y lo admiro enormemente. Su música es un regalo para los oídos de todos” dice.
Como siempre, no deja de seguir de cerca la escena musical cubana. Cuenta que “la música actual es muy variada y llena de influencias. La verdad es que hay muchos artistas nuevos y no tan nuevos que son muy interesantes. El año pasado tuve el gusto de hacer una gira por Europa con un pianista muy talentoso, Roberto Fonseca, y también canté con el reggeatonero El Micha en mi último disco”.
A la hora de elegir aquellas piezas de su repertorio que más la representan, dice que la tarea le resulta muy difícil ya que cada canción tiene un elemento especial: “son muchas las que me hacen tremendamente feliz cantar, pero puedo nombrar Veinte Años, La Sitiera y Lágrimas Negras”.
Al reflexionar sobre la huella que ha dejado en la cultura de la Isla, para ella “es todo un honor formar parte de la historia musical de Cuba y, sobre todo, poder interpretar temas tan bellos y representativos”.