Por Silvana Iovanna Caissón.
En el marco de la cobertura de las elecciones 2015, Marcha entrevistó a Carlos Del Frade, precandidato a diputado por la provincia de Santa Fe, por el Frente Social y Popular ante las PASO del próximo 19 de abril.
Técnico superior en periodismo, Del Frade llegó a ser jefe de redacción del diario El Ciudadano y conductor del programa matinal de LT8, una de las principales radios de Rosario. “Me echaron como a un perro por mi ideas políticas y mi actividad gremial”, aclara. Lleva publicados números libros, todos en editoriales independientes, como Ciudad blanca, crónica negra o Crónicas Rosarinas. Hoy se reparte entre numerosos medios alternativos o locales (Rebelión, Agencia de Noticias Pelota de Trapo, FM Red TL, Televisión Regional de San Lorenzo, Radio Universidad de Rosario y la revistas El Eslabón, El Vecino, entre otras), además de un programa los sábados a la mañana en Radio Splendid y una intensa actividad docente por todo el país. Desde 2009, por ejemplo, dicta en diferentes pueblos del interior el seminario “Historia política de la esperanza”, sobre el bicentenario argentino. En 2011 fue candidato a legislador por Proyecto Sur.
¿Cuál es el vínculo entre el narcotráfico organizado, la policía y los barrios que han crecido en las periferias, sobre todo, de Rosario?
La década del noventa construyó un agujero negro en los barrios: la ausencia de trabajo que antes florecía en tiendas, empresas pequeñas, talleres metalúrgicos y mecánicos ya no estuvieron más. Surgió la urgencia de agarrarse de algo material para sobrevivir, el capitalismo. Entonces, ante el silencio y complicidad de los grandes partidos políticos, metió dos de sus formidables canales de circulación de dinero: armas y drogas. La policía, parte integrante del poder político, se encargó de proteger el negocio y manipular las bandas en cada barrio. Por encima de ellos, los nichos de corrupción de funcionarios comunales, municipales y provinciales.
¿Cómo incide en la gobernabilidad de la provincia?
La violencia derivada del enfrentamiento de integrantes de las bandas o de los que quieren integrar esas bandas genera miedo a la población y presión social a los gobernantes. Igualmente no parece generar un masivo desembarco de los nichos virtuosos del Estado para generar trabajo, cultura, educación, alegría y deporte en los barrios, que serían las principales herramientas para empatarle a la seducción de la droga. Es un tema de debate que, sin embargo, no parece tener incidencia a la hora de pensar en otras opciones políticas para gobernar.
Como candidato a diputado provincial, ¿qué propuestas postulan desde el FSyP para combatir el narcotráfico?
Ocuparse desde el Ministerio de deportes, ley de cupo para trabajo en blanco para las pibas y los pibes de 15 a 25 años, control social y barrial de la policía, Espacios Comunicacionales Barriales (ESCOBAS para barrer el silencio) que generen debates y revocatoria de mandatos a funcionarios cómplices por medio de asambleas cada dos meses, fomento y crédito para generar inversiones y regreso del trabajo en los barrios y observatorios municipales de las causas penales, tanto provinciales como federales para generar respuestas en los barrios y ley de desarme, combates al lavado de dinero y la economía en negro (40 por ciento en la provincia) y castigo a los delincuentes de guante blanco. En forma paralela apurar juicios políticos a los jueces provinciales que miren para otro lado como también denunciar a los jueces federales que no vienen actuando en los últimos veinte años. Con relación a los consumidores crónicos, abrir centros de rehabilitación gratuitos de parte del Estado provincial para evitar el negocio de las instituciones privadas y la ausencia de lugares que ayuden a las familias que tratan de salir de estas conductas que generalmente derivan en violencias.
¿Qué otras problemáticas requieren ser atendidas desde políticas públicas y sociales en la provincia?
La provincia tiene uno de los principales indicadores de consumo de cocaína y es una de las principales exportadoras de la sustancia hacia Europa según datos oficiales de las Naciones Unidas y del Ministerio de Salud de la Nación. Es fundamental, insisto, ocupar el agujero negro generado en los años ´90 con educación, trabajo, deporte y alegría. También es fundamental darle sentido a la vida de las chicas y chicos que están siendo explotados a través de redes de trata y otras formas de precarización laboral y existencial. El fácil acceso a las armas es otra cuestión fundamental que debe, en primer lugar, denunciarse políticamente y luego apurar a los jueces que tienen que actuar, tanto federales como provinciales. La violencia de género está muy unida a estos negocios y, en ese sentido, habrá que profundizar la investigación sobre los valores de consumismo y perversión que multiplican los grandes medios de comunicación de la provincia, en especial los contenidos de los grandes canales de televisión abiertos. Otras urgencias sociales son el 20 por ciento de la población sin agua potable, el 40 por ciento sin cloacas y el 60 por ciento sin redes de gas. En 32 años de democracia, hay chicas y chicos, gente grande de diferentes lugares que, viviendo al lado del Paraná, no tienen agua de calidad. Es una obscenidad. Y ni hablar de las viviendas donde hay 300 mil santafesinos y santafesinas sin casa digna y, al mismo tiempo, 200 mil casas y departamentos vacíos que han servido para la especulación inmobiliaria y el lavado de dinero.
Otro de los grandes problemas de la provincia es el monocultivo sojero. Ni el gobierno provincial de Binner ni los sucesivos gobiernos nacionales han generado actividades económicas que permitan superar este modelo. ¿Cuál es tu mirada al respecto?
El “sojalismo” exacerbado, hijo directo del modelo extractivista a nivel nacional, produce enfermedades, exclusión de las zonas rurales, negocios inmobiliarios fenomenales y violencia contra las poblaciones pequeñas. Estamos convencidos que hay que diversificar la producción y para eso es fundamental pensar en políticas que surjan de las necesidades internas y no de los intereses de las multinacionales que regulan la política y la economía, no solamente provincial sino también nacionales. La idea es pensar de adentro hacia fuera y no al revés, como se está dando en el presente. Por eso hablamos de soberanía en el sentido que los gobiernos en Santa Fe deben reparar, como lo hizo alguna vez el artiguismo.
¿Cómo ves el panorama electoral en Santa Fe? ¿Por qué armar una nueva fuerza de izquierda cuando ya había otras en la provincia?
La democracia es angosta. Nuestro pueblo accede a aquello que conoce, y conoce solamente aquello que tiene el dinero suficiente para llegar a través de los grandes canales de televisión. De allí la necesidad de construir una herramienta electoral que desde la izquierda sea amplia y generosa para salir de las concepciones cerradas y buscar el encuentro de los que alguna vez se enamoraron de las grandes banderas del radicalismo, el peronismo y el socialismo. No hay transformación posible sin el apoyo de las mayorías. La izquierda tiene que tener amplitud, generosidad y modestia para ir en busca de esas muchedumbres que, además, tienen su propia historia política que hay que respetar. Por eso formamos este Frente que tiene la particularidad de ser el espacio donde mayor unidad se dio entre fuerzas de izquierda en la Argentina del presente.