Por Ezequiel Arauz. Será el próximo miércoles y está convocada por el Encuentro Sindical Nuestra América. Al respecto, Marcha entrevistó a Víctor Mendibil, Secretario General de la Federación Judicial Argentina (FJA) y coordinador de ese espacio sindical continental.
Titular del gremio mayoritario de los trabajadores judiciales, a principios de los ’90, Mendibil fue fundador y miembro de la primera mesa nacional de conducción de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) que encabezaba el estatal Víctor De Gennaro. Actualmente además es coordinador del Encuentro Sindical Nuestra América (ESNA), que a mediados de esta semana adhiere a la convocatoria de acción global de la Federación Sindical Mundial (FSM).
Antes de responder sobre esa jornada, el dirigente relató que al ESNA lo conforman más de 300 organizaciones del continente, entre sindicales, territoriales y de pueblos originarios que se plantean un modelo sindical “unitario y no excluyente donde lo fundamental sea la unidad de la clase trabajadora para confrontar contra las políticas de los grupos económicas las transnacionales y las políticas neoliberales que agreden los derechos de los trabajadores en América Latina”. El judicial agregó que ese espacio se diferencia de otras corrientes sindicales que por tener “concepciones sectarias y dogmáticas, excluyen a una cantidad importante de trabajadores por su posición ideológica o religiosa”. “Nos une el orgullo de clase” remató.
– ¿Qué características tendrá en nuestro continente la jornada de acción convocada por la Federación Sindical Mundial (FSM) para el próximo miércoles?
En su último congreso, la FSM aprobó un día internacional de acción a nivel mundial para el próximo 3 de octubre. Esa convocatoria se debatió y acordó en nuestro V encuentro sindical en México. Fundamentalmente, buscamos instalar que ante la crisis capitalista a nivel mundial, una nueva ofensiva de las empresas transnacionales contra los trabajadores y los pueblos, busca arrasar con la naturaleza. Planteamos defender los alimentos y por lo tanto, la soberanía alimentaria; el cuidado del agua para las actuales y futuras generaciones, luchando contra modelos productivos definidos por esas transnacionales, por ejemplo, lo que sucede en la Argentina con la extracción de minerales a cielo abierto. La movilización continental dirá no las bases militares en el continente, entre ellas, la de la OTAN en Malvinas y las que Estados Unidos viene instalando alrededor de las zonas más ricas de Nuestra América. Otras temáticas tienen que ver con el acceso a la vivienda popular y la Salud y los medicamentos adecuados para satisfacer las necesidades de la población y no vinculados exclusivamente a las leyes del mercado; el acceso a los libros de textos para eliminar el crecimiento del analfabetismo y fomentar el crecimiento cultural de nuestros pueblos; la recuperación de la escuela pública y gratuita. Además buscamos ponerle freno al saqueo de los recursos naturales planteando la defensa de los bienes comunes. Es decir, defender la producción social para los pueblos ya que como sostiene la consigna principal de la FSM, las riquezas pertenecen a los que las producen.
– La actual crisis de capitalismo global toma a Latinoamérica desarrollando experiencias heterogéneas desde gobiernos populares, algunos de ellos surgidos de procesos importantes de lucha, y a la vez, experiencias de neto corte neoliberal. En ese contexto: ¿Cuáles son los principales desafíos de las organizaciones sindicales del continente?
Hoy en América Latina y el Caribe se viven procesos interesantes que tienen contradicciones importantes. Al mismo tiempo que en Argentina se avanza en la inclusión de los jubilados y a que prácticamente todos tengan acceso a una jubilación, se les niega el 82%. En Brasil, por dar otro ejemplo, este año no adecuan los salarios de trabajadores públicos y docentes para mantener equilibrio en el presupuesto nacional frente a la crisis. Otra decisión es la del gobierno de Uruguay de permitir en su país la realización de seminarios de formación la Escuela de la Américas, orientada por el Departamento de Estado Norteamericano en base a su decisión de recrear la IV flota en el océano atlántico, retomando la presencia de marines. A estas actividades se sumaron militares argentinos. Eso es un retroceso y son políticas que los trabajadores tenemos que enfrentar. En Chile hay que acompañar a los jóvenes en su reclamo por una educación pública y no regida por el mercado. Esas situaciones se dan en Colombia, México o Chile cuyos gobiernos están muy vinculados a Estados Unidos y las políticas neoliberales, pero aparecen también en países donde se dan procesos distintos como el de Evo Morales y Rafael Correa. La minería extractiva a cielo abierto es un buen ejemplo, ya que se da en Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador y Venezuela, en toda la cordillera. Degrada el medioambiente y se utiliza la poco agua que tenemos para la extracción de recursos destinados a aumentar las ganancias de los grupos económicos. Esa es toda una pelea que tenemos los trabajadores y debemos instalarla.
– Desde los gobiernos regionales se sostiene un discurso que apunta a la integración, que se observa en ámbitos como Mercosur, Unasur y Celac. Como miembro de un espacio sindical continental: ¿Cuál es tu opinión respecto de esos espacios? ¿Advertís una integración real? ¿Serían posibles avances mayores?
Los procesos son lentos porque hay intereses de que así sea. Los grupos económicos tratan de impedir cualquier avance, ya sea que estén gobernando directamente o porque ejercer la presión suficiente. Hoy nosotros deberíamos estar instalando el ALBA (Alternativa de Integración para las Américas) como un mecanismo de integración, de acercamiento y de colaboración entre los pueblos, tendríamos que tener ya habilitado el banco del sur y una moneda propia que permita la integración financiera y sin embargo terminamos discutiendo detrás de las políticas del FMI, del Banco Mundial o el BID. Creo que la Celac o la Unasur son avances interesantes, pero en definitiva no se produce una integración de los pueblos, que es lo fundamental.
– Siendo miembro y fundador de la CTA ¿Cómo percibe a la central en esta etapa?
La CTA encabezada por Pablo Micheli está dando una pelea muy importante. Ha decidido una movilización en todo el país para el 10 de octubre planteando temas importantes como la recuperación del salario, contra ese salario mínimo vital y móvil que no representa las reales necesidades; la recuperación del 82% móvil; el no pago de impuesto a la ganancias de la cuarta categoría que involucran a miles de trabajadores que ven desgastados sus salarios mientras la especulación financiera no paga impuestos; mientras estos grupos transnacionales se fusionan y se van de la Argentina y no tributan ganancias; mientras la minería extractiva sigue funcionando bajo declaración jurada y no es controlada por el Estado y una vez que sus exportaciones llegan a destino tiene un plazo después de seis meses para decir cuantos minerales se llevaron del país, mientras que a los trabajadores nos descuentan todos los meses. Se buscó un marco de unidad con la Corriente Clasista y Combativa, el MST e incluso a gremios vinculados a la CGT que conduce Hugo Moyano, son iniciativas que recrean un escenario parecido al momento en que la CTA y el MTA se movilizaban en contra de políticas de ajuste.
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