Por Gerardo Szalkowicz
El polítólogo argentino Atilio Boron desmenuza el presente y el futuro de América Latina. En entrevista con el programa “Al sur del Río Bravo”, que transmite Radionauta FM, analizó la Cumbre de las Américas, el futuro de la región y de los gobiernos “progresistas”, una eventual presidencia de Daniel Scioli en Argentina y el legado de Eduardo Galeano.
¿Qué nos dejó en limpio la VII Cumbre de las Américas? ¿Cuáles son tus principales conclusiones de los discursos presidenciales?
Primero y principal, los cambios que hubieron en América Latina desde comienzos de este siglo son cambios que han llegado a afirmarse en una meseta de la que parecen no estar dispuestos a bajar. Y esto se vio muy claro en la reacción de los países de América Latina ante las iniciativas del presidente norteamericano, que fueron de una fortaleza increíble. Creo que fue algo que realmente sorprendió no solamente a Obama, que evidentemente no tiene mucho tiempo de meterse en los detalles de la política de ninguna región -a él le llegan las grandes orientaciones y en función de eso hace sus estimaciones-, pero bueno, creo que fue tomado por sorpresa.
Una realidad que quedó manifestada en la cumbre cuando los presidentes de la región condenaron, uno tras otro, algunos de manera mas tajante que otros, pero en todo caso todos condenaron la orden ejecutiva de Obama contra Venezuela, todos celebraron el retorno de Cuba y además todos hablaron con una gran franqueza, sobre todo Raul Castro, Cristina Fernández, Rafael Correa y Evo Morales, que realmente le dijeron cosas muy claras, muy contundentes al presidente norteamericano, que se fue con la idea muy evidente de que ya no es posible manejarse en el hemisferio como lo había hecho antes Washington, o sea manejándolo a voluntad y basándose en la prepotencia de su fuerza.
Creo que el repudio unánime de la Celac y de Unasur al decreto de Obama, la presión muy fuerte para que se avance con poner fin al bloqueo contra Cuba y la franqueza con la que se habló en esta cumbre fueron los tres acontecimientos mas importantes.
Esto abre un interrogante sobre si van a seguir estas cumbres, porque ningún presidente norteamericano se siente cómodo en un cónclave de ese tipo, donde hay temas que no eran los que EEUU quería hablar, por ejemplo sobre Venezuela, pero a nadie le importó y los que quisieron hablaron de eso.
Es muy claro el balance que hacés y la foto que nos mostrás de la región. Ahora, ¿cómo percibís la América Latina de los próximos años? Y, acercando un poco más la lupa, ¿cuál podría ser el rumbo de los gobiernos denominados “progresistas”? (que no están ni el el Alba ni en la Alianza del Pacífico), teniendo en cuenta los cambios que se vienen dando en Brasil y Uruguay y lo que podría ser un próximo gobierno argentino. ¿Cómo ves la foto de la región en los próximos años y su relación con EEUU?
Creo que esa tendencia hacia una política mucho mas conciliacionista con los EEUU va a ser la que predomine en la región en los próximos años, no me cabe ninguna duda, ojalá me equivoque pero no les voy tirar un verso optimista a partir de una realidad que no percibo. Y lo veo con mucha preocupación.
Hay una plaza fuerte que tenemos que preservar que es Venezuela. Hay que impedir a toda costa que Venezuela caiga en manos de la derecha reaccionaria, hay que impedir que Venezuela se convierta en una nueva presa, en un nuevo botín de los norteamericanos. Mas allá de las criticas que se le puedan hacer al gobierno de Maduro -sobre todo por el manejo macroeconómico-, si logramos preservar la revolución bolivariana creo que va a haber otra vez un momento de alza en la lucha de masas acá en los países del sur, donde podrá ponerse una barrera de contención a cualquier tentativa de restauración, de volver a tener relaciones carnales con EEUU, creo que eso va a ser muy difícil que pase porque, más allá de las dificultades de los gobiernos o de las previsiones de los próximos gobiernos, hay una realidad: la experiencia histórica reciente ha enseñado mucho a los pueblos, que ya no quieren volver al pasado.
¿Cómo imaginás una eventual participación de Daniel Scioli como presidente argentino en la próxima Cumbre de las Américas?
Primero, como decía, tengo dudas de que vaya a haber otra Cumbre de las Américas. Y a Scioli lo veo en una línea mucho más cercana a lo que fue la participación de Juan Manuel Santos. Y, en una hipótesis extrema, si algún otro fuera presidente, la prefiguración seria Peña Nieto, el presidente de México. Ninguna de las dos opciones me provoca la menor alegría, pero al mismo tiempo creo que tenemos capacidad de lucha como para sobreponernos a esos tránsitos y repliegues.
No podemos dejar de preguntarte por Eduardo Galeano. ¿Cuáles te parecen que fueron sus principales aportes y el legado que deja a los pueblos de Nuestra América?
Muchísimos, toda la obra de Eduardo es extraordinaria, de él solamente se pueden decir obviedades. Si te digo que fue el más importante pensador social de América Latina en los últimos 30 o 40 años, el imprescindible -como diría Bertolt Bretch-… todo le queda chico. Es una figura enorme que se va. Por suerte nos ha dejado una herencia riquísima: sus textos, que son realmente maravillosos, pero realmente es una pena muy grande su partida, un hombre que todavía podía dar mucho, hace poco había estado con él… Y nos deja un agujero inmenso, pero por suerte nos deja también una biblioteca fenomenal, con sus libros las futuras generaciones de América Latina y el Caribe van a tener más armas de combate para saber quiénes somos y a dónde vamos.