Este 25 de abril, en Colombia se dió inicio al primer gran paro nacional en contra del gobierno de Ivan Duque. En el primer año de la ultraderecha, el pueblo colombiano ha desarrollado más de 650 movilizaciones en contra de las medidas antipopulares con las que el mandatario llegó a gobernar.
Por Lisbeth Montaña Erazo
En el mes de febrero, las organizaciones sociales, movimientos políticos y sindicatos colombianos decidieron de forma unitaria desarrollar el reciente gran Paro nacional en defensa de la vida, el territorio y la soberanía. En tanto que la situación de Colombia se profundiza en materia de derechos políticos, económicos y sociales.
De ahí que las razones para llegar a este nuevo escenario se expresan en varios puntos planteados en la agenda del paro nacional y en este artículo deseamos profundizar cada punto:
1. Apoyo al proceso de paz y la exigencia al cumplimiento de los acuerdos pactado en la Habana y la reanudación de los acuerdos con ELN
Desde la firma de los acuerdos de paz entre las FARC-EP y el gobierno de Juan Manuel Santos, los acuerdos han venido sufriendo modificaciones de fondo en relación al texto final firmado en 2016, en dos años de implementación de este acuerdo menos de un 30% se ha cumplido.
Hoy la dirigencia de la FARC vive en una inseguridad jurídica, ya que el gobierno actual no ha permitido generar las garantías al proceso de reincorporación y además se han venido incrementando el asesinato, el encarcelamiento y la persecución a los excombatientes y su familias.
La fuerte oposición a la Justicia Especial para la Paz (JEP), mecanismo que se creó como parte del sistema integral de reparación hacia las víctimas para esclarecer la verdad en relación a los crímenes acontecidos en el desarrollo del conflicto armado en Colombia, y donde se ven obligados a comparecer todos los actores que han sido parte de la guerra y a la que hoy le temen los sectores de la derecha envueltos en su mayoría en relaciones con el paramilitarismo. Hoy se debate entre las objeciones, modificaciones y la reestructuración, las cuales se viene llevando a cabo en el Congreso de la República.
Por otro lado, las organizaciones sociales vienen exigiendo la reanudación de los diálogos con ELN, luego de que estos fueran suspendidos, después del atentado a la Escuela Militar de Cadetes en la ciudad de Bogotá. En este punto se debe aclarar que la suspensión de los acuerdos no sólo se dieron por la acción cometida el 15 de enero. Ya desde la campaña presidencial de Duque en sus planes de gobierno se encontraba la oposición a darle continuidad a los diálogos con el ELN, y por lo tanto no se veía ningún gesto por parte de Centro Democrático y su candidato presidencial en querer avanzar en un proceso de paz con este grupo armado y a partir del atentado esto justificó la cancelación de los mismos.
2. La denuncia por los casi 600 asesinatos de líderes y lideresas sociales que en lo corrido del 2019 suman casi 50, el asesinato de 128 excombatientes de la FARC y en los últimas se suman el asesinato del bebé de 5 meses Samuel Gonzalez Pushaina hijo de ex combatientes y el de Dimar Torres a quien el ejército le disparó a quema ropa, alteró la escena del crimen y luego pretendían enterrar su cadáver en una fosa.
Es paradójico pensar que Colombia, un país en el que sus políticos se llenan la boca diciendo ser democráticos, hoy impida que se consoliden nuevas fuerzas políticas y sociales a sangre y fuego y que se tenga que salir a las calles a pedir que respeten el derecho de vivir para que no se sigan asesinando más líderes y lideresas sociales.
En Colombia desde siempre y sobre todo desde la firma de los acuerdos con las FARC, se ha venido desarrollando un genocidio y volvimos a la época de horror en la que se presenciaba crímenes de estado y crímenes políticos en los que se encuentran involucrados las fuerzas militares del estado, las fuerzas paramilitares, organismos del estado y partidos políticos.
“Lo que este gobierno está haciendo es tratando de cerrar toda posibilidad y superar esa nueva anomalía que permita preservar el régimen de dominación para abrir un nuevo escenario hacia nuevas reformas democráticas que permitan desatar nuevos escenarios de lucha y transformación para afectar los intereses de la clase dominante en Colombia”.
Desde el día 28 de abril en la ciudad de Bogotá 2000 líderes sociales tomarán la plaza Bolívar, principal escenario de las luchas sociales del país y en el que se asentaran para desarrollar un Campamento Humanitario, para poner en evidencia la crisis social del país en materia de desplazamiento,refugio, exilio, persecución, encarcelamiento y asesinato hacia lxs luchadoxs sociales.
3. La situacion de la crisis económica y el incumlimiento de los acuerdos pactados con los sectores agrarios,campesinos, indígenas, docentes, estudiantiles, etc. La
profundización del modelo neoliberal expresado en Plan Nacional de Desarrollo donde su énfasis está puesto en seguir impulsando la economía extractivista y la llamada economía naranja.
Colombia contaba con una industria, aunque pequeña, basada en la agricultura, donde productos como el banano y el café era los que sostenían la industria. Con la llegada del neoliberalismo esa pequeña industria fue arrasada, desfinanciada y acabada.
Por lo tanto, hoy asistimos a un escenario de reprimarización de la economía, que ha conducido al país a vivir de lo que produce en su subsuelo: petróleo,carbón y el oro. En primer lugar, Colombia no es un país petrolero y sus reservas están apunto de agotarse, ya que se prevé que hacia 2022 estas reservas desaparezcan.
Por otro lado más de 22 países han anunciado dejar de comprar carbón para hacer un cambio en relación a las emisiones de carbono y la búsqueda de nuevas energías alternativas. Por lo tanto es necesario diversificar en la economía porque pronto estos recursos dejarán de existir y hoy el país sufre una dependencia económica en relación a estos bienes de la naturaleza, en tanto que estos representan 6,07 % del Producto Bruto Interno.
Más del 67% de la población en Colombia actualmente vive en la precariedad y la población ha tenido que salir a protestar masivamente para exigir condiciones dignas para poder vivir. Esas acciones se vieron reflejadas en los últimos paros en Colombia, en regiones como Buenaventura, en el Pacífico, el Catatumbo, en la frontera con Venezuela, y en el Cauca, donde por 18 días las comunidades indígenas salieron a bloquear las principales carreteras del país, por donde circulan el mayor flujo de mercancías; allí donde el gobierno nacional en vez de buscar una salida negociada recurrió a la brutalidad militar y policial, en la que cayeron muertos 8 indígenas y más de un centenar de heridos.
Por todo lo anterior, hoy asistimos a un escenario de constantes incumplimientos donde la gente obliga al gobierno a sentarse, se generan acuerdos y luego los incumple. Por lo tanto, no se resuelven las condiciones de vida de la población y se precariza la vida.
Estos incumplientos han hecho que el pueblo colombiano se vuelque a las calles y por eso no encontramos actualmente, ante un ascenso en la lucha de masas, un país que hoy vive en un régimen y en un gobierno totalmente de espaldas al país.
4. La denuncia y el apoyo venezolano ante los ataques y una posible intervención militar a Venezuela, desde el territorio colombiano, avalado por los Estados Unidos. Colombia se ha constituido como el lugar y el escenario para generar las provocaciones y la desestabilización del gobierno venezolano. El gobierno actual en complicidad con el partido del Centro Democrático, en cabeza del ex presidente Álvaro Uribe, se ha comprometiendo con recursos políticos y militares, de espalda al pueblo colombiano, a apoyar una posible intervención militar al territorio venezolano.
Este Paro Nacional le está exigiendo al gobierno nacional que se busque una salida política al conflicto que hoy vive el país vecino y que se respete la soberanía nacional tanto de Colombia como de Venezuela y que se detenga cualquier intento por desarrollar un guerra en la que se encuentran involucradas las principales potencias del mundo, Rusia, China y Estados Unidos.