Por Mauricio Díaz desde Córdoba. En el Hospital de Urgencias de la capital cordobesa, médicos, enfermeros y administrativos llevan 25 días de toma pacífica. En esta entrevista a Diego Bracamonte, delegado del Suoem, se expone el estado crítico del hospital que excede a los reclamos gremiales que promovieron la medida.
La toma del Hospital de Urgencias cordobés se da en un contexto: hace ya varios meses, en la Municipalidad de Córdoba se generan asambleas para reclamar por insumos, personal y por los salarios no abonados. La ciudad tiene 97 centros de salud (dispensarios) que otorgan el servicio sanitario en casi todos los barrios, donde cumplen con la prestación primaria. Los que llegan a los hospitales, ya sean municipales o provinciales, o son derivados de los centros de salud o son víctimas de accidentes de tránsito, o peleas callejeras. En esos casos, se llevan al Hospital. Según Diego Bracamonte, delegado del Sindicato Unión Obreros y Empleados Municipales (Suoem) “al año se atiende cerca de 50 mil personas, un promedio diario de 137” por día. Pero aquí se presenta el primer inconveniente: “Los servicios de internación no dan abasto, hay gente que tiene que quedar internada en la guardia. A otros pacientes tenemos que derivarlos, lo que puede llevar cerca de 48 horas. El problema es el mientras tanto ¿Qué haces con el paciente?”
-¿Qué tipo de paciente llega al Urgencias?
-El que está en las peores condiciones. Y es el único hospital que recibe este tipo de casos. A pesar de que el Hospital Misericordia también recibe este tipo de pacientes, el número no tiene comparación. Acá llegan muchísimos más pacientes. Y es el único en la provincia de Córdoba que está en condiciones de recibir este tipo de situaciones.
Ya entrando en el tema de los insumos, tienen un problema muy grave. Desde el inicio de la gestión de Ramón Mestre, el presupuesto no se actualizó. Desde un principio, la Municipalidad se hacía cargo del 80 por ciento de los insumos del hospital. Pasaron los meses y se intercambiaron los roles. Es la institución la que hoy por hoy se hace cargo de ese 80 por ciento.
Dice Bracamonte: “El hospital tiene un presupuesto anual de 37 millones de pesos. Estamos a cuatro meses de comenzado el año y ya dejaron de mandar insumos, no hay dinero ni para una emergencia. Nosotros recibimos dinero del ‘recupero de gastos’, y también del impuesto al ‘comercio e industria’, es un porcentaje ínfimo este. Y acordamos con la actual gestión que destinaríamos esos fondos a infraestructura, compramos aires acondicionados para la terapia y las salas de cirugía, remodelamos los baños, digitalizamos los archivos, compramos 175 computadoras para esa tarea y la administración, cambiamos la instalación eléctrica, entre otras cosas. Pero como no se actualizaron los montos del presupuesto, los insumos se terminaron comiendo casi todo el presupuesto. Por ello tuvimos que dejar de realizar obras en el hospital.”
Pero el problema más grave quedó en evidencia hace unos meses cuando hubo un principio de fuego. “Si hoy hubiera un incendio en el hospital, los pacientes del sector A y del C (que son en total 44 personas) se morirían calcinados, porque las camas no pasan por la puerta. Para sacarlas hay que inclinarlas. La mayoría de quienes se encuentran en sector C están inmóviles en sus camas, necesitan ayuda para caminar”, graficó el delegado. Al mismo tiempo, denunció que “las camillas y las sillas de ruedas no son las suficientes para ese trabajo de evacuación. El hospital no tiene un plan. Eso es grave pero peor aún es que hace unos meses atrás se produjo un principio de incendio y nos tuvimos que llamar uno por uno, por celular, porque las alarmas de incendio no funcionan. Las salidas de emergencias están bloqueadas, sólo se puede salir por la puerta principal y la de guardia”, aseveró.
“Por eso nuestro reclamo va más allá de la falta de insumos y lo económico. El hospital está en un estado deplorabley es un lugar donde se corren muchos riesgos. El Urgencias atiende muchísimos pacientes al día y no es justo que a veces los tengamos que derivar porque no tenemos camas o insumos. En 25 días de toma del hospital ni se ha acercado nadie de la Municipalidad”, cuestionó el referente.
El establecimiento sanitario vive al día en insumos. Al momento de realizar la entrevista, sólo le quedaban 5 días de insumos. Si sucediera un accidente de grandes magnitudes en la ciudad o sus alrededores, el Urgencias no está en condiciones de paliar esa tragedia. Todo en el contexto de que los accidentes de tránsito se multiplicaron por el aumento del parque automotor.
Las paredes del hospital se ven muy afectadas por la humedad, emanan un polvillo constante que afecta la respiración de los pacientes y con sólo pasar la mano se comienza a descascarar. Al final de los pasillos de la sala de internación, existen cuatro salidas de emergencia, tres de ellas están bloqueadas en los cuatro sectores del hospital. Mientras recorremos los pasillos del hospital con Bracamonte, se comprueba cómo las alarmas de incendio no funcionan: por más que se presione el interruptor, no suena ninguna alarma.
La gestión Mestre, en Córdoba como las anteriores, no prestó atención sobre la situación de los hospitales municipales ni de los Centros de Salud, primer acercamiento al sistema de atención médica. Las ‘salitas’ no poseen la cantidad de profesionales, la estructura correspondiente ni los insumos necesarios para poder dar soluciones a una gran cantidad de cordobeses de los barrios más alejados. Como el presupuesto del Urgencias, la conformación de los dispensarios o Centros de Salud quedó desactualizada.
Desde hace 14 años o menos, esta gestión, más allá de los nombres, desalentó el acercamiento de la salud pública a los cordobeses. Logró así un auge muy importante de prepagas, sanatorios o sistemas de atención de urgencias, todos ellos emprendimientos privados, en desmedro de la atención en hospitales públicos. Sistemáticamente, se derivan pacientes al sector privado. Pero no sólo ellos sino también médicos recién recibidos, que son tentados con promesas de grandes sueldos fijos. Así se evitan los problemas salariales de la provincia y del municipio.
Pasaron más de 25 días de toma en el Hospital de Urgencias, el que tiene más concurrencia de pacientes en Córdoba, y ni el Secretario de Salud Néstor Costamagna ni nadie del municipio se hizo presente en la toma.