Convocada por la Asociación Empresaria Argentina (AEA), se realizo la reunión del establishment económico de la Argentina. Con la mirada puesta en 2015, los representantes del empresariado local, los bancos, el comercio y el sector agrario, buscan marcarle la cancha al gobierno y definir una serie de puntos en común. Las internas dentro de cada entidad y los proyectos en disputa.
Representantes del establishment argentino se reunieron el lunes en el Palacio Duhau, con el objetivo de construir una agenda común de reclamos, elaborar un temario y compartir opiniones sobre la perspectiva económica de la Argentina de cara al 2015. De los temas tratados sobresalen la situación del mercado cambiario, la inflación, la crisis energética, y la caída de reservas.
Los empresarios se reunieron a partir de las gestiones realizadas desde la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Estuvieron: Luis Etchevehere (Sociedad Rural), Claudio Cesario (Asociación de Bancos de la Argentina), Héctor Méndez (Unión Industrial Argentina), Gustavo Weiss (Cámara Argentina de Comercio), Jaime Campos (Asociación Empresaria Argentina), y Jorge Brito (Asociación de Bancos Argentinos), también adhirió la Bolsa de Comercio, aunque no fue de la partida en la reunión, de lo que ya se denominó como Grupo de los 7 (G7).
Quien pegó el portazo fue el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Carlos de la Vega, al señalar que la Cámara “declinó participar, en razón de que alguno de los asistentes distorsionaron ante los medios los objetivos del encuentro. Concurriremos cuando las reuniones se convoquen públicamente y con agenda concreta, para poder demostrar de manera inequívoca, nuestra vocación por una mayor unidad de acción del sector empresario”. Apuntando contra el total hermetismo en el que se buscó mantener en el encuentro.
Con posterioridad a la reunión, desde el G7 se elaboró un escueto comunicado donde sostuvieron que el objetivo de esta reunión, y de las futuras que se piensan realizar, es “definir puntos de vista comunes entre diferentes entidades”, en vías de plasmar “la contribución del empresariado al desarrollo económico y social de la Argentina”. Sin embargo a pesar del mandato impuesto, las diferencias y rispideces no tardaron en surgir entre los sectores del establishment.
A las quejas de Juan Carlos Lascurain, dirigente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos, y Juan Carlos Sacco, de la Federación Argentina de la Industria Gráfica, por no haber sido invitados, se sumaron las diferencias de intereses y concepciones en aspectos centrales de la economía Argentina. Entre ellos se encuentran la discusión sobre la infraestructura en energía y transporte, y el debate sobre la prefinanciación de exportaciones y la financiación de proyectos productivos.
Desde el G7 resumieron cuales son los problemas de forma global que enfrentan, al señalar “hoy son los créditos de las cerealeras, ayer la imposibilidad de importar insumos para ciertas maquinarias, anteayer la suba del dólar blue, mañana la presión sobre los compradores de autos de alta gama”.
Reuniones e internas varias
La reunión del día lunes convocada desde AEA no fue la primera, sino que forma parte de una seguidilla de cónclaves que tienen lugar entre representantes de los bancos, el comercio, y la industria.
Primero había convocado Luis Miguel Etchevehere, titular de la SR, durante la habitual exposición realizada anualmente en la Rural de Palermo. Posteriormente se concretó un primer encuentro luego de la derrota del gobierno nacional en las PASO. Allí convocó Luis Betnaza, lobista de Techint. Se hicieron presentes la Unión Industrial Argentina, la Sociedad Rural, la Cámara Argentina de Comercio, y el CEO de Clarín, Héctor Magentto. El objetivo: definir una agenda propia y marcarle la cancha al gobierno. Mientras esto ocurría desde el ejecutivo nacional, Cristina Fernández convocaba a empresarios y sindicalistas para definir acuerdos y puntos de trabajo en común, “solo hablo con los titulares” había afirmado en aquel entonces CFK.
Otras reuniones se sucedieron desde el recreado G7, sin embargo elementos en común para alcanzar acuerdos es lo que falta. No solo la disputa histórica que sostienen Paolo Roca (Techint) con Héctor Magnetto, por la conducción del establishment económico, sino también las internas dentro de cada entidad. Un ejemplo de esto fueron los cruces entre los vicepresidentes 2do y 5to de la UIA, con el máximo titular Héctor Méndez, al señalar los primeros “Méndez habrá ido en representación de la Cámara del Plástico porque una reunión de esa envergadura la tiene que aprobar el Comité Ejecutivo”.
Algo similar le ocurrió al propio Etchevehere, al interior de las patronales agrarias. La Mesa de Enlace hace tiempo es incapaz de coordinar acciones en común, y aquello que las unía en un pasado no tan lejano, la baja de las retenciones, hoy es un punto de discordia.
Si bien existen reclamos comunes al establishment argentino, lo cierto es que la imposibilidad de elaborar un documento y cerrar posiciones, expresa también las diferencias de recorrido que cada uno ha transitado en estos últimos 10 años. No es menor en este sentido la disputa entre la Unión Industrial y la Sociedad Rural, sobre si se debe sostener el financiamiento de proyectos productivos o continuar el prefinanciamiento de las exportaciones.
Los grandes ganadores de la década kirchnerista están montados sobre el clima del “fin de ciclo” y buscan determinar qué se va a discutir y proponer en materia económica de cara a 2015. Devaluación, seguridad jurídica, y defensa de la propiedad privada, habituales platos de una mesa con comensales muy diferentes.