Hoy se llevan a cabo las elecciones municipales y legislativas en El Salvador. La Organización de los Estados Americanos, dirigida por Luis Almagro, convocó a la ex gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, Maria Eugenia Vidal, como jefa de veedores de la misión electoral. ¿A qué juega la OEA en América Latina y Centroamérica?
Por Ignacio Marchini y Camila Parodi | Foto de Presidencia El Salvador
La Organización de los Estados Americanos (OEA) fue fundada en 1948, cuando el mundo empezaba la lenta reconstrucción posterior a la Segunda Guerra Mundial y durante los albores de la Guerra Fría. El organismo multilateral, que venía a reemplazar a la Unión Panamericana fundada 40 años antes, en conjunto con el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), se constituyeron en las puntas de lanza para el “combate al comunismo” en todo el continente americano.
La organización con sede en Washington se ha consolidado como uno de los principales garantes de la política yanqui en la región. Lejos de la multilateralidad pretendida, la OEA ha funcionado desde hace 70 años como un agente del imperialismo norteamericano. Desde sentar las bases en la década del ‘50 para “contener la expansión del comunismo en América Central” y expulsar a Cuba en 1962 del organismo, hasta las declaraciones del actual Secretario General, Luis Almagro, que en 2019 calificó de “autogolpe” el levantamiento militar en Bolivia que terminó con el derrocamiento de Evo Morales, la OEA ha dejado en claro su doble vara a la hora de intervenir en la política interna de sus países miembro.
No le valieron las mismas condenas del organismo defensor de la democracia a los regímenes abiertamente fascistas de Fulgencio Batista en Cuba o de Anastasio Somoza en Nicaragua, así como hizo oídos sordos a los gritos de dolor de los pueblos de Chile y Argentina durante las brutales dictaduras de los años ‘70 y ‘80. El norteamericanismo desvergonzado de la OEA llevó a una crisis de legitimidad a finales de los ‘90 que promovió la generación de organismos de coordinación internacional alternativos, como el UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) o la más reciente CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que excluyen a los gigantes del norte.
Pero las limitaciones de los gobiernos de la región, sumados a la avanzada de la nueva ola neoliberal en América Latina, revitalizaron el viejo rol de la OEA. De la mano del uruguayo Luis Almagro, electo en 2015, el organismo volvió a tener un papel clave en la política exterior norteamericana de intervención en los gobiernos electos en Latinoamérica y el Caribe, con participaciones destacadas en la promoción de la derecha liberal en Venezuela y el golpe de Estado en Bolivia de 2019.
Luis Almagro, el camaleón
Pero, ¿quién es Luis Almagro? Se trata del actual Secretario General de la OEA que, hasta el año 2015 cuando asumió el cargo, se proyectaba progresista por su cercanía al gobierno del expresidente uruguayo Pepe Mujica. Previamente se había desempeñado en diferentes tareas en la Embajada de Uruguay en Alemania hasta el año 2003 y, desde el año 2004 hasta el 2007, trabajó en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Ese mismo año fue designado como embajador de Uruguay en China, cargo que mantuvo hasta 2010 cuando el propio Mujica lo designó Canciller de su gobierno. Es de público conocimiento la relación política y afectiva establecida por Pepe Mujica con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, cuando Almagro ejercía de Canciller.
¿Cómo fue la transición de la cancillería del gobierno más progresista que tuvo el Uruguay durante los últimos años hasta convertirse en el embajador de los Estados Unidos en América Latina y el Caribe? Ciertamente su trayectoria en la historia de la política uruguaya da cuenta de su arte de “camaleón”. Camuflándose de gobierno en gobierno, Almagro sostuvo invicta su participación gubernamental por casi dos décadas, aunque ciertamente durante la gestión del Frente Amplio tuvo mayor protagonismo al asumir el cargo de canciller y representar al país en el exterior. En el marco de su gestión, el propio Almagro había reivindicado el gobierno revolucionario de Hugo Chávez en Venezuela y lo había posicionado como el mejor ejemplo de la región: “Ahí está la consolidación de un proceso que ha sido plenamente exitoso en su política interna y exitoso en su proyección internacional (..) ese es el camino”, afirmó en una entrevista realizada por TeleSUR en el año 2013.
No habían pasado ni tres semanas del fallecimiento del presidente Hugo Chávez que el canciller fue elegido como Secretario General de la OEA, con el apoyo de 33 de los 34 Estados miembros que la componen. En ese entonces, su candidatura fue apoyada por su propio gobierno, e incluso contó con el voto de Venezuela. Sin embargo, el nuevo cambio de color no se hizo esperar. Rápidamente se convirtió en los ojos de Estados Unidos en el continente. Inmediatamente se opuso al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, quien había sido el vicepresidente de Hugo Chávez y asumió tras su fallecimiento. Fue en ese entonces que el presidente José Mujica le escribió a Luis Almagro una carta con el objetivo de romper las relaciones que tuvieron hasta el momento: “Lamento el rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te digo adiós y me despido”.
A partir de ese momento, su ya conocida gestión se centró en condenar los gobiernos progresistas de América Latina y El Caribe, con un particular ensañamiento con la Revolución Bolivariana en Venezuela. El año pasado, luego de 5 años de intervenir en los procesos democráticos del continente, Almagro volvió a ser elegido como Secretario General del organismo, esta vez, impulsado por Colombia y apoyado por Estados Unidos.
Sus intervenciones recientes: Venezuela y Bolivia
El 2019 fue un año clave en la agenda de la OEA. El reconocimiento del autoproclamado Juan Guiadó como presidente de Venezuela y la denuncia de fraude en las elecciones presidenciales en Bolivia, basadas en un informe preliminar de mínima dudoso, fueron llevados adelante por Almagro sin tapujos.
Al respecto, hablamos con la abogada y activista de Derechos Humanos de Venezuela, Maria Lucrecia Hernández, quien actualmente dirige la organización Sures. En diálogo con ella nos preguntamos cuál ha sido la actuación de la OEA en los procesos electorales de las democracias latinoamericanas, a través de lo que ellos llaman las “misiones de observación electoral” y, puntualmente, la misión que se va a constituir en El Salvador en el marco de las elecciones legislativas y municipales. La activista sostiene que “hay que recordar el desprestigio de estas misiones dirigidas por el secretario general de la OEA, Luis Almagro”, ya que “la experiencia de la observación electoral en Bolivia es clave para comprender toda la mecánica injerencista que ha tenido la OEA”. Se refiere al informe preliminar de la OEA que, con metodologías estadísticas criticadas por el Centro de Investigación Económica y Política (CEPR) de Estados Unidos, declaró que hubo fraude en las elecciones presidenciales del 20 de octubre de 2019 en Bolivia. Almagro no dudó en calificar de “autogolpe” a la destitución de Evo Morales y la posterior persecución de integrantes de su partido, el MAS. Hernández explicó que “la elaboración de un informe forjado con testimonios y pruebas falsas, alimentado por los medios de comunicación masivos, dio el marco para el golpe de Estado contra Evo Morales y el posterior ascenso ilegal de Jeanine Añez. La persecución y los asesinatos que llevaron a cabo en Bolivia son con la complicidad de Almagro, como muchas veces se ha denunciado, como actor clave dirigido desde Washington”.
Para la abogada, el reciente triunfo electoral de Lucho Arce en Bolivia, con más votos que Evo Morales en 2019, “echó al piso esta tesis de fraude promovida por Almagro. Lo que pone al descubierto, obviamente, el carácter conspirativo que viene desarrollando la OEA en los procesos y en las democracias populares de América Latina”.
En el caso de Venezuela, la abogada afirmó que “se han pronunciado contra todos los procesos electorales que se desarrollaron, los cuales han sido abiertamente democráticos y donde el voto popular ha demostrado un apoyo a las políticas que se vienen desarrollando en Venezuela. Hemos visto durante los últimos años cuál ha sido el papel de la Organización de Estados Americanos, alineada con el gobierno imperial de Estados Unidos”.
El Salvador: Un circo para la leona
Hoy se celebran elecciones legislativas y municipales en El Salvador. Se prevé un triunfo cómodo para el partido oficialista del presidente Nayib Bukele, Nuevas Ideas, lo cual preocupa bastante a los partidos más tradicionales de izquierda, ya que se reduciría notablemente el contrapeso del Legislativo en el accionar del Ejecutivo. El asesinato hace pocos días de dos militantes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), partido de izquierda del cual provenía Bukele, fueron la expresión más clara de un clima de tensión y violencia política que empañan las elecciones. Ese mismo Congreso que fue tomado por el propio presidente Bukele junto a las fuerzas militares hace exactamente un año, hoy podría convertirse en una nueva sede para su política neoliberal y millenial.
Sobre ese tema se explayó la abogada Hernández: “Conocemos el historial de violencia que se registra en las últimas décadas en El Salvador. Estamos ya a 29 años de la firma de los acuerdos de paz de 1992, que pusieron fin a la guerra en El Salvador y que generaron esperanza en mucha gente de que sus vidas mejorarían. La guerra civil en El Salvador dejó al menos 75.000 muertos y 8000 desaparecidos durante la década de los 80. Y la actuación de Estados Unidos fue encubrir las violaciones de derechos humanos, tal como se evidencia en los documentos clasificados de los archivos de Washington. Esta impunidad todavía gravita en la población salvadoreña”.
En otro guiño a las fuerzas políticas de derecha, la OEA designó como jefa de la misión de veedores electorales a María Eugenia Vidal, la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires que, en alianza con Mauricio Macri y el resto de la coalición Cambiemos, llevaron adelante un ajuste económico sin precedentes en la historia reciente y la profundización del ala represiva del Estado a niveles críticos.
El embajador argentino ante la OEA, Carlos Raimundi, criticó la decisión del organismo por considerarlo faccionalista, dada la pertenencia de Vidal a un partido, ya que la misma va en contra del Manual para misiones electorales de la propia OEA, que señala que no deberán elegirse personas que en ese momento se desempeñen en la dirección nacional de un partido político.
Fuentes
https://www.nuso.org/articulo/el-nuevo-rol-de-la-oea-regreso-del-americanismo/
https://www.nodal.am/2019/11/organismo-multilateral-interamericano-o-ministerio-de-las-
colonias-por-alvaro-verzi-rangel-especial-para-nodal/
https://www.telesurtv.net/news/Pepe-Mujica-dijo-adios-a-Almagro-en-esta-carta-20160618-0019.html