Por Andrea Jarowisky / Foto: Camila Parodi
A menos de un año de las próximas elecciones en Bolivia, el TSE aprobó la presentación de Evo Morales y Álvaro García Linera en las mismas. Miradas y repercusiones en diálogo con Adriana Guzmán del Feminismo Comunitario de Bolivia .
El 29 de octubre de 2019 se realizarán las elecciones presidenciales en el estado Plurinacional de Bolivia y ya surgió una gran polémica: luego de que en 2017 el Tribunal Constitucional Plurinacional diera luz verde para la aprobación de la candidatura de Evo Morales y Álvaro García Linera, el Tribunal Supremo Electoral el pasado 5 de diciembre aprobó, por cuatro votos a favor y dos en contra, la presentación a reelección del binomio oficial de por el Movimiento al Socialismo (MAS).
La constitución del 2009 en su artículo 168 indica que le mandato presidencial será de 5 años y el presidente o presidenta y vicepresidente o vicepresidenta podrán ser reelegidos una vez de forma continua. Sin embargo, el binomio oficial, se presentó ante el Tribunal basándose en el artículo 23 de la Convención Americana de Derechos Humanos sobre los derechos políticos donde indica que todos los ciudadanos gozan los derechos de votar y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores, y de tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su país.
Este sería su cuarto mandato consecutivo, el tercero fue habilitado basándose en que el primer periodo presidencial se produjo bajo la constitución anterior a la del Estado Plurinacional de Bolivia, que comenzó a regir en 2009.
Morales y Linera piensan que su derecho político a ser candidatos se ve coartado. El bloque está compuesto por los tratados y convenciones de Derechos Humanos y la Constitución, por lo que los oficialistas y el Tribunal Supremo Electoral entienden que el tratado de la OEA y sus órganos parte, están por encima de la Constitución Plurinacional cuando fuere necesario, haciendo que el artículo 168 sea inconstitucional.
Las ONGs bolivianas Fundación Observatorio de Derechos Humanos y Justicia y la Fundación de los Derechos Humanos han presentado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) un recurso alegando que la presentación como candidatos es anti-democrática e inconstitucional pero aun la CIDH no se ha proclamado al respecto y ha solicitado tiempo para estudiar la situación.
A nivel internacional, el grupo la Iniciativa Democrática de España y las Américas – IDEA, una organización que concentra a ex presidentes contrarios a los regímenes del grupo del denominado socialismo del siglo XXI, hizo un llamamiento a la OEA y a la UE para que dispongan de medidas preventivas frente a lo que denominaron la ruptura del orden constitucional y democrático de Bolivia. Fue firmada por José María Aznar y Felipe Gonzáles de España, Fernando de la Rúa de Argentina, Vicente Fox de México, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe de Colombia y Mireya Moscoso de Panamá, entre otros.
Cabe recordar, que el 21 de febrero de 2016 se realizó un referéndum vinculante donde se le consultó a la población si Evo y García Linera podrían presentarse nuevamente como candidatos y la población ha respondido negativamente. En estos días Bolivia está movilizada, hubo paros y marchas a favor y en contra.
Una oposición heterogénea se está gestando alrededor del candidato por el Partido Comunidad Ciudadana, Eduardo Mesa, a quien las encuestas dan como principal contrincante de Morales.
En diálogo con Adriana Guzman, de Feminismo Comunitario Antipatriarcal de Bolivia. Guzman resalta que la democracia liberal además de permitir la candidatura oficial, permite que otros candidatos como el mismo Mesa, quien fuera vicepresidente de Sanchez Lozada en 2003 cuando se produjo la masacre del gas (Sanchez Lozada sí es juzgado por este hecho y Mesa no), Victor Hugo Cardenas que tiene procesos de corrupción, y a Oscar Ortiz fundamentalista, con un discurso racista y parte de las movilizaciones racista en 2008.
Un camino alternativo, que plantea la militante feminista, es que se podría haber habilitado la reelección de Evo mediante mandato, a través de la democracia comunitaria, con una agenda construida desde las bases. Ven a Evo como único candidato, porque a pesar de haber hecho una distribución y no una transformación del sistema capitalista neoliberal patriarcal, la sociedad, las organizaciones y el mismo Evo, no generaron nuevos posibles mandatarios para gobernar el país y profundizar el proceso de cambio.
A este escenario político, se suman los movimientos ciudadanos del 21F, (llamado así porque el plebiscito sobre la reelección se produjo un 21 de febrero), financiados y operadas por la derecha política y económica; luego está el oficialismo con todo su aparato estatal dispuesto a hacer campaña en todos los frentes y, según Guzmán, las invisibilizadas organizaciones sociales que llegan a esta situación fragmentadas. Muchas de ellas no quieren que las candidaturas se diriman en estos términos, excluyendo la posibilidad del surgimiento nuevos líderes y lideresas, pero como el juego ya está planteado, ven a Morales como el único candidato posible.
Asimismo la feminista comunitaria plantea que esta imposición a las organizaciones sociales de los candidatos del MAS, por un lado tiene un significado simbólico ya que Evo rompió su palabra de no repostularse si el plebiscito era negativo, y por el otro muestra que no se ha aprendido nada de los procesos latinoamericanos que llegaron a las elecciones con candidatos impuestos a la sociedad y no surgidas de ella, como sucedió en Argentina con Scioli, con Maduro modificando la Constitución y en Brasil. Aclara que no están en contra de los compañeros pero sí de la soberbia e imposición de los candidatos.
En lo que deriva esto, es que se viene un año electoral donde el gobierno tiene recursos pero no la fuerza suficiente proveniente de las organizaciones sociales, mientras que la derecha continuará financiando plataformas racistas y violentas. Y desde una perspectiva feminista, se ve a estos señores como hombres que todo lo pueden y que finalmente, pudieron candidatearse, con una incapacidad de autocrítica y de pensar en otros caminos. Esto finalmente, dice Adriana Guzmán, llevará al desgaste, polarización y confrontación social. Resta esperar que la CIDH se pronuncie y ver cómo será la reacción social en el año de campaña.