Por Ramón Raggio. El Frente Ciudad Futura (FCF) es una herramienta política construída por el Frente Popular Darío Santillán (FPDS) y el Movimiento Giros. Un diálogo con los referentes Juan Monteverde (Giros) y Pedro “Pitu” Salinas (FPDS), para conocer la experiencia que plantea construir sin perder la mirada en el territorio.
– ¿Qué es y cómo surge el Frente para la Ciudad Futura en la ciudad de Rosario?
Pitu Salinas: El Frente para la Ciudad Futura es el corolario de un proceso que venimos transitando desde hace algún tiempo, y que se profundizó fuertemente a partir de lo que fue el Triple Crimen de Villa Moreno. Expresa dos movimientos territoriales con muchos años de militancia en los barrios populares de la ciudad, que a través de lógicas muy similares de construcción política, desde la autonomía, hemos podido darle visibilidad a dos problemáticas estructurales que anidan hace años: por un lado, la especulación inmobiliaria y la apropiación por parte de grupos privados de las pocas tierras disponibles que quedan en la ciudad; en este aspecto, los compañeros del Movimiento Giros sostienen desde hace muchos años una disputa no sólo denunciando la complicidad del Estado Municipal con estos intereses privados, sino también aportando soluciones concretas desde el propio arraigo en el territorio: nuevos prototipos de vivienda, el impulso de la Ordenanza del “Ya Basta!” que prohibe la construcción de barrios privados en la ciudad, la escuela ETICA y el Tambo “La Resistencia” son proyectos, construcciones reales, que se constituyen en una experiencia concreta al momento de plantear y convidar una alternativa de ciudad. Por el otro lado, la incansable lucha que emprendimos desde el Movimiento 26 de Junio (FPDS) a partir del asesinato de nuestros cumpas Jere, Mono y Patón el 1 de enero de 2012, ha generado una amplísima interpelación de la opinión pública en torno al narcotráfico, su nicho de complicidades y, en términos genéricos, los despuntes de violencia urbana que se viven no sólo en la ciudad de Rosario, sino a lo largo y ancho del país.
Juan Monteverde: El FCF se construye desde las entrañas del propio barrio: la misma organización que denuncia las sistemáticas muertes jóvenes que produce el narcotráfico, es la que todos los días construye ámbitos de producción cooperativa para la pibada joven, la que recuperó el club barrial, la que instaló un Bachillerato Popular en el corazón de uno de los barrios más conflictivos de la ciudad, etcétera.
P.S.: Si bien en el Frente para la Ciudad Futura se condensan principalmente construcciones con fuerte arraigo en los barrios, hay un proceso previo que impulsó el Movimiento Giros que tiene que ver con la construcción del Instrumento Político, el Partido para la Ciudad Futura, donde se nuclean referentes de distintos ámbitos, como la abogada querellante en causas de lesa humanidad Gabriela Durruty, el sacerdote tercermundista Daniel Siñeris, el dirigente gremial de AMSAFE Rosario Daniel Couselo, etcétera.
– ¿Cuáles son los principales ejes de campaña del Frente para la Ciudad Futura en las próximas elecciones legislativas en la ciudad de Rosario?
J.M.: La campaña la pensamos principalmente desde una óptica que hace hincapié en lo que decíamos anteriormente. Este Frente, además de comulgar lecturas y caracterizaciones comunes sobre la realidad política de Rosario y del proceso que está viviendo la Argentina en general, se conjugan valiosísimas experiencias que han producido hechos concretos, y que a través de ellos han generado procesos muy interesantes. Para nosotros resulta fundamental transmitir el concepto de prefiguración en la campaña. Creemos que allí radica no sólo lo genuinamente “novedoso”, desde ahí también se explica la “potencia” de esta iniciativa: fue a partir de una militancia comprometida, que desarrolló nuevas formas de organización y luchas incansables, que hoy podemos debatir cuestiones estructurales como la tenencia de la tierra y el narcotráfico.
– ¿Desde dónde lo dicen?
J.M.: Proponemos el debate anclado en el trabajo ya realizado, en las experiencias concretas que estamos impulsando. Cada vez que impugnamos un aspecto del sistema que creemos injusto, tenemos una iniciativa superadora para convidar. Lo decíamos en el lanzamiento: no venimos a contar ninguna historia, ni a explicar desde un despacho cómo se hacen las cosas, venimos a convidar una experiencia, porque lo que creemos que hay que hacer ya lo estamos haciendo hace años. No obstante en algunas semanas vamos a estar presentando junto con el comando de campaña la agenda política 2013-2015 donde se cristalizara esta nueva forma de pensar y hacer la política. La agenda no será una sumatoria de reivindicaciones, sino, el mapa político que recorrerán no solo los concejales electos sino la fuerza política toda del FCF.
– ¿Qué caracterización hacen de la situación política de Rosario y del Socialismo?
P.S.: Concretamente en la ciudad se está viviendo un desgaste muy pronunciado del Partido Socialista, fuerza que gobierna la ciudad hace más de veinte años. Su inclinación por beneficiar a las corporaciones privadas por sobre lo público es cada vez más ostensible, y el paulatino retiro del Estado y las políticas sociales de las barriadas pobres en un contexto por demás complejo ha recrudecido una conflictividad social resueltamente intolerable. En este contexto conviven variopintos factores de oposición, que comulgan en un interés desproporcionado por tratar de colarse en las sucesivas coyunturas que va perfilando una agenda mediática decididamente pobre, sin la menor predisposición a presentar proyectos que se apeguen al largo plazo, a una propuesta que rehuya el marketing y la mera especulación política. En este paisaje genérico, vemos con preocupación una avanzada muy significativa del PRO, con el afán de constituirse como polo opositor y carta de renovación de un Partido Socialista seriamente desgastado en los últimos años.
J.M.: La crisis de violencia que sufre hoy la ciudad es la explosión del modelo neoliberal que se encargaron de consolidar las ultimas gestiones, donde de la mano de la Fundación Libertad y los grupos económicos, el Estado fue entregando su capacidad de planificar la ciudad. Acompañando a este proceso los millones provenientes del modelo agroexportador encontraron en Rosario tierra fértil para negocios desregulados en el ámbito inmobiliario y financiero, terminando de esta manera de enterrar el perfil industrial que alguna vez supo tener la ciudad y dando paso a la idea de ciudad competitiva, turística y prestadora de servicios. Ante este panorama, de consolidarse esta tendencia, la ciudad tomara cada vez mas la forma de las minorías que la disfrutan y de las cada vez mas mayorías que quedamos afuera.
– ¿Qué aportaría una banca de izquierda en el Concejo?
J.M.: En principio, sería un aporte más que significativo para masificar, para amplificar esta nueva forma de pensar y hacer la política, estas experiencias que venimos desarrollando. Aportaría como “caja de resonancia” para esta sana y desmedida ambición que nos propusimos de constituir una nueva cultura política de izquierda. Pero también, claramente, es un ámbito importantísimo para debatir y disputar el sentido mismo de esas instituciones. Hoy la gran mayoría de los temas que se debaten en el Concejo son profundamente irrelevantes. Y esto es así porque hay intereses consolidados que se proponen que así sea, aquí y en el país. Nuestra intención es llevar al Concejo las problemáticas estructurales que necesariamente allí deben discutirse. Constituye todo un desafío “revitalizar” la política local como un ámbito que debiera superar lo meramente administrativo. Allí también se tiene que discuta el futuro de nuestros territorios, con la complejidad que eso conlleva. Existe un ejemplo que es lamentablemente muy recurrente en estos suelos: fenómenos como el narcotráfico y el tendal de homicidios que le van de suyo, parecieran ser problemáticas sin jurisdicción. Queremos que los debates promuevan procesos de organización, a sabiendas de que son impensables determinados cambios sin una base social organizada que sustente los mismos.
P.S.: La geografía no es neutral y la herramienta política que la ordena son los gobiernos de las ciudades. Esa herramienta es funcional en términos estructurales también a las corporaciones. Reinventar, potenciar y revolucionar la política municipal es trascendente para un proyecto emancipador. Máxime en un país como Argentina (el más urbanizado de América latina) donde el 92 por ciento de los habitantes viven en ciudades. Por eso, tampoco es casual que nunca ningún proyecto político se haya ocupado como se debe de los grandes temas urbanos. Comenzar a construir desde una ciudad de la escala de Rosario (2da o 3ra del país) proyectos que prefiguren una sociedad distinta es el máximo anhelo y el combustible que hecho a andar a este flamante proyecto político.