Por Andrea Sosa Alfonzo. Los reclamos que vienen haciendo los operarios de los talleres de EmFer frente al Grupo Cirigliano, las denuncias a la justicia en la causa por la Tragedia de Once y las represalias salariales que amenaza la continuidad de sus trabajadores.
La empresa Emprendimientos Ferroviarios S.A, EmFer, perteneciente el grupo Cirigliano es la que hasta la finalización de la concesión de TBA construía y reparaba los coches Toshiba así como los doble piso que funcionan en la línea Mitre.
En el día de ayer y frente a una situación de precariedad laboral, iniciaron una medida de fuerza con un corte en Av. General Paz a la altura de Estación Miguelete, para reclamar en contra de un ajuste salarial y denunciar la amenaza de perder sus puestos de trabajo.
En el predio que alguna vez perteneció a Fabricaciones Militares en San Martín, EmFer modernizaba y construía los coches Toshiba para seguir operando en el Sarmiento, en donde ocurrió la Tragedia de Once que dejó 51 muertos y cientos de heridos, mientras que fabricaba los doble piso que corrían en la línea Mitre.
En los talleres de EmFer trabajan 350 operarios, con contratos para TBA tanto en la línea Mitre como Sarmiento, así como para UGOFE en los ramales San Martín y Belgrano Sur. Luego de la quita de la concesión y tras la investigación sobre la familia que gestionaba la red de transporte, la situación de los trabajadores dio un giro que parece irreversible: reducción salarial, vaciamiento de sus puestos de trabajo y amenazas ante su accionar frente a la justicia.
En diálogo con Marcha el operario y miembro del cuerpo de delegados de EmFer, Ezequiel Peralta, señala que la empresa venía anunciando una situación económica inestable “ya que se estaban parando los subsidios y la canilla que venía desde TBA se estaba cortando” Pero además, “desde la Tragedia de Once se notaron cambios: empezaron a quemar papeles y a ocultar archivos”.
Cuando por orden del juez Claudio Bonadío y como parte de la investigación, se comenzó con los allanamientos a empresas relacionadas a TBA para determinar responsabilidades en la Tragedia de Once, los trabajadores de EmFer denunciaron la quema de papeles. “La semana pasada cuando llega la Policía Federal para constatar nuestras declaraciones y proceder con el allanamiento, participamos como veedores mostrando los lugares donde se escondían archivos así como confirmando la quema de muchos de ellos previamente. Más de tres toneladas de papeles estaban ocultas y otras tantas fue lo que se quemó” aclaró a Marcha.
Desde entonces, se agravaron los problemas para los trabajadores de EmFer. “Inmediatamente a esto, la empresa saca un comunicado interno donde nos informa que por actos de vandalismo y a raíz de la denuncia anónima que hicimos para determinar los lugares donde se encontraban los papeles, cierra el diálogo con nosotros, y establece la sanción con el depósito sólo del 50% de nuestros salarios” denuncia Peralta y agrega: “Pero éste no es el problema principal que tenemos, en dónde incluso luego de la medida de lucha de salir a la calle se comprometieron –por hoy, viernes- a darnos el otro 50%, sino lo que nos preocupa a futuro es que no se garantizan los puestos de laburo”
La baja en la cantidad de trabajo se hacía sentir cada vez más, el congelamiento de los contratos con TBA lo que significaba el 80% de la actividad laboral y sólo un contrato con Ugofe, deja al descubierto un panorama de preocupación: “Hasta el momento tenemos tres vagones para terminar de reparar, lo que nos da un plazo de un mes y medio de laburo”.
Los pasos a seguir luego del incumplimiento de mejoras que había acordado la patronal con la Unión de obreros Metalúrgicos, la UOM, como señala Peralta “si bien somos fabricantes de trenes, nuestro trabajo es metalúrgico” consiste en dos ejes; el reconocimiento del cuerpo de delegados, y por otro lado llevar adelante la decisión de la última asamblea en donde se acordó “continuar el diálogo con la UOM a nivel nacional, pero también abrir canales con los ministerios de Planificación, Transporte y Trabajo”. Mientras la empresa se comprometió a mantener reuniones el viernes y a saldar el saldo restante de los salarios adeudados, el problema de fondo requiere una mirada integral del Estado sobre el sistema de ferrocarriles, sus concesionarios y los puestos de trabajo ligados a éstos.