Finalmente el gobierno nacional decidió implementar la tarifa diferenciada para los que viajan en el área metropolitana con y sin SUBE. Se eleva hasta los 4 pesos la tarifa para los que pagan con monedas o billetes.
El cambio en las tarifas del transporte venía con un importante atraso. Había sido adelantado por el ex secretario del área, Juan Pablo Schiavi, cuando fueron los primeros anuncios sobre las quita de subsidios en diciembre del año pasado. Durante el verano se hicieron los cambios más importantes y se alcanzaron a registrar alrededor de 11 millones de personas en el Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE). Cuando ya estaba todo listo para lanzar la quita de subsidios a las empresas de transporte, sucedió la tragedia de Once y los planes para aumentar el boleto se vieron demorados.
La intención de volver a tener una política activa en materia de transporte (como venía sucediendo hasta la tragedia de Once) tuvo uno de sus momento más importante con el cambio de tarifas en los colectivos y trenes, sin embargo ya en su primer día, el nuevo sistema mostró sus primeras limitaciones. En medio de denuncias sobre el control del sistema SUBE, y mientras continuaban algunos problemas en la distribución de las tarjetas y puntos de recarga, se inició esta nueva etapa en el transporte de pasajeros en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Lo que sucedió es que este salto tecnológico se realizó en medio de un paro de subtes que lleva tres días y además una formación del ferrocarril Mitre descarriló uno de sus vagones cuando llegaba a la estación de Retiro, chocó contra una torre que estaba a uno de los costados y dejó un saldo de 39 heridos.
Además de los inconvenientes para viajar por la Ciudad durante el día, a raíz del paro del subte, también hubo algunos problemas para recargar las tarjetas en los distintos puntos dispuestos. Por ejemplo en los quioscos, ya que estos necesitan tener un crédito previamente depositado en una cuenta y al no estar disponibles las boleterías del subterráneo se notó una reducción en estos saldos para realizar las recargas. También se generó confusión entre algunos pasajeros que no sabían cuánto era el valor del pasaje que debían abonar y por redes sociales se hicieron denuncias de pasajes mal cobrados dentro de la Capital Federal (donde el boleto máximo es de $2, y tuvieron que pagar una tarifa más cara). Para quienes no poseen la tarjeta SUBE, los montos que están estipulados según una resolución de la Secretaría de Transporte dicen que en colectivos para las secciones 1 a la 4 la tarifa es igual y cuesta $2, mientras que para la quinta sección en adelante los boletos ya cuestan $4. Esto quiere decir que todos los viajes realizados adentro de la Capital Federal costarán no más de $2 sin SUBE. En el caso de los trenes los boletos mínimos cuestan casi el doble, de $0.70 (en algunas líneas) a $1,50 el mínimo y la tarifa máxima llega a los $5 sin la tarjeta electrónica. Vale aclarar que pagando con la SUBE, las tarifas siguen siendo las mismas que hasta el momento.
Los número oficiales, anunciados por el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, dicen que las 11 millones de tarjetas repartidas representan un 90% de las personas que utilizan diariamente el transporte en el AMBA y que del total de tarjetas entregadas se utilizan diariamente un 75%. También está publicado en la página web del Ministerio del Interior y Transporte que en lo que va del año ya se han destinado más de 500 millones de pesos en subsidios para las líneas Mitre y Sarmiento. Sin embargo el ferrocarril continúa teniendo las mismas falencias que previo a la quita de la concesión de TBA, mencionando solo el caso del descarrilamiento del ayer se puede observar el estado en el que aun se encuentra el sistema ferroviario.
Con la renuncia de Schiavi y la posterior llegada de Alejandro Ramos, actual secretario de Transporte de la Nación, parece que esta cartera vuelve a aparecer en la agenda del gobierno después de la tragedia que el 22 de febrero dejó un saldo de 51 muertos y un centenar de heridos. La primera medida fuerte fue la quita de la concesión de las líneas Sarmiento y Mitre a la empresa Trenes de Buenos Aires. Luego de eso, se conformó la Unidad de Gestión Operatoria del Mitre y el Sarmiento (UGOMS). Después fue el ministro Randazzo quien dijo que se iban a destinar este año unos 800 millones de pesos para estos dos ferrocarriles, y luego redujo el servicio del ferrocarril Sarmiento para realizar obras de mantenimiento, algo que provocó que el servicio se viera suspendido de 22 a 4 y que los domingos no funcione ningún ramal. A pesar de esto, lo que espera en el Sarmiento no es sólo que mejore el servicio diario, sino que se esclarezcan los responsables políticos y materiales de la tragedia que le quitó la vida a 51 personas.
Sintonía fina en la Ciudad
La promesa de la sintonía fina en la redistribución de los subsidios tuvo en el transporte uno de sus ejes más importantes. Por un lado inició la pelea con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por el traspaso del subte, y que agregó al servicio subterráneo, también las 33 líneas de colectivos que tienen su recorrido íntegramente en la ciudad y el tranvía de Puerto Madero. Sin embargo, no alcanzó con la Ley sancionada en el Congreso de la Nación en marzo de este año ya que no sólo no cambió la administración del subte, sino que el conflicto está en estos momentos en uno de sus puntos más críticos.
Ayer, los trabajadores del subte representados en la Asociación Gremial de trabajadores del Subte y el Premetro (AGTSyP) decidieron en asamblea que continuarán con el paro total del servicio hasta el martes a las 21 horas. Recordemos que la medida comenzó el viernes pasado a la noche, luego de que vencieran los plazos para negociar la paritaria correspondiente a este año. Además del reclamo salarial, los trabajadores le reclaman al Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri que se haga cargo del contrato de concesión del subte, ya que el vacío en el que se encuentra el servicio hoy en día no sólo está retrasando la situación salarial de los trabajadores sino que también pone en juego la vida de los pasajeros que viajan día a día.
Durante la tarde del lunes el gobierno de la Ciudad suministró micros escolares en forma gratuita para que la gente pudiera suplir la falta del servicio subterráneo. Ante esta medida, Néstor Segovia, secretario adjunto de los metrodelegados respondió acusando a Macri “de proceder con una alta irresponsabilidad por no buscar un diálogo con los trabajadores y de dar una alternativa tan infantil de poner colectivos escolares, en vez de solucionar un problema de fondo que es el de los subtes”.