Este miércoles el Senado aprobó la posibilidad de sancionar con prisión efectiva a quién “aprovechare económicamente” el trabajo de un “niño o niña en violación de las normas nacionales que prohíben el trabajo infantil”.
Aprobada por unanimidad de todos los bloques políticos con representación en la cámara alta, la nueva legislación modifica el Código Penal al agregar el artículo 148 bis. Este establece que será reprimido con prisión “de uno a cuatro años” a quienes promuevan el trabajo infantil.
Este proyecto aprobado por el Senado se suma a la ley 26.390 de Prohibición de Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente aprobada en 2008 que, si bien imponía multas a quienes impulsaran esta práctica, no permitía llevarlos al fuero penal.
No obstante, la norma exceptúa de la penalización “las tareas que tuvieren fines pedagógicos o de capacitación exclusivamente”, como por ejemplo las que se realizan en escuelas técnicas o de formación agraria. El último párrafo de la Ley también advierte que “no será punible el padre, madre, tutor o guardador” del menor que “incurriere en la conducta descripta”. Este punto fue el qué generó más debate.
El bloque de la Unión Cívica Radical (UCR) se quejó porque la norma contradice la Ley de Trabajo que prohíbe el trabajo infantil y que establece que sólo pueden trabajar los menores de entre 14 y 16 años siempre que lo hagan en una empresa familiar y durante no más de 15 horas semanales.
Por su parte, desde el oficialismo el presidente de la Comisión de Justicia y Asuntos Penales, el entrerriano Pedro Guastavino, justificó que no se pene a los padres argumentando que “mal podemos ayudar a ese sector vulnerable persiguiendo penalmente” a los progenitores y “metiéndolos presos”.
Este planteo, si bien tiene su fundamento, resulta complejo a la hora de encarar la problemática. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) los sectores más comunes en el que se desarrolla el trabajo infantil son la agricultura, la pesca, el servicio doméstico, la minería, el cartoneo y la venta ambulante. En el caso del campo, en el que aparece constantemente el trabajo infantil es consecuencia -según la misma entidad- de arraigadas tradiciones familiares.
Si tomamos en cuenta estos datos, la normativa recientemente aprobada tendrá poco alcance a la hora de frenar el flagelo del trabajo de los menores de edad. Porque como dijo Gustavino “La persecución debe estar dada a esos empresarios que explotan a los niños para sacar provecho económico”. Entonces habrá que probar que no es el grupo familiar el que lleva al niño o niña a trabajar si no el dueño de la empresa o campo.
Algunos datos
Los últimos datos oficiales son de 2004 y fueron realizados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). En ese relevamiento denominado Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (Eanna), que no pudo proyectarse a nivel nacional, se recopiló información que daba cuenta que el 6,5% de los niños de 5 a 13 años trabajó en la semana de referencia en actividades equivalentes al trabajo adulto, un 4,1% produjo bienes primarios o participó en actividades de autoconstrucción para el propio hogar y 11,4% realizó tareas domésticas por 10 horas semanales o más.
Más actuales son los datos que procesó la Universidad Católica Argentina (UCA) en su Barómetro de la Deuda Social de la Infancia. En 2011 el porcentaje de niños y niñas de 5 a 13 años urbanos que trabajan en actividades orientadas al mercado fue de 7,2%. Pero además, según la UCA, la tasa de adolescentes de 14 a 17 años que trabajan se incrementó alcanza el 21,7%.
Ianina Tuñón, coordinadora del Barómetro de la UCA explicaba en una nota en el diario La Nación que “la temática del trabajo infantil no está vinculada a una condición socioeconómica en particular, sino a la situación socio ocupacional de la familia”. El trabajo informal en la Argentina alcanza a un tercio de la Población Económicamente Activa (PEA). Según Tuñon, son esos sectores lo que “buscan capitalizar toda la fuerza de trabajo en sus hogares” y por lo tanto en los que más arraigado está el trabajo infantil.