El conjunto que dirige Ramón “el Pelado” Díaz se impuso en Mar del Plata al que encabeza Carlos “el Virrey” Bianchi por 2 a 0, con tantos convertidos por el uruguayo Rodrigo Mora.
El superclásico del fútbol argentino tuvo una nueva versión, está vez en la ciudad balnearia de Mar del Plata y ante un estadio colmado por simpatizantes de ambas parcialidades.
River venía de vencer en su presentación a Independiente, con dos goles de su número nueve, Rogelio Funes Mori, que parece sacarle una cabeza de ventaja en la consideración de su técnico a David Trezeguet. Por su parte, Boca llegaba después de perder con Racing por dos tantos contra uno.
Sin embargo, el enfrentamiento tenía la particularidad de que los entrenadores habían decidido lanzar a sus supuestos equipos titulares a la cancha, en lo que de esa manera puede considerarse como el debut de los planteles que saldrán a la cancha cuando comience la temporada oficial: Boca iniciará su participación en el campeonato local recibiendo a Quilmes y River visitará en la primera fecha del Torneo Final a Belgrano de Córdoba.
Es por eso que el partido, aun cuando se trataba de un amistoso en medio de una dura pretemporada, tenía ese condimento adicional al histórico magnetismo que despierta un Boca-River.
El primer tiempo se podría dividir en dos mitades, una primera en la que Boca se mostró mejor con la pelota, plantado en terreno de River y con buena llegada al fondo de sus dos laterales, Franco Sosa y Clemente Rodríguez, intentando ser el dominador de la situación. Mientras, su rival tenía problemas en el fondo con lo que en esos minutos iniciales parecía que la idea de Ramón de jugar con 3 en el fondo era apresurada.
Hubo un click, un cambio total en ese primer tiempo que luego se trasladó al segundo y que permite decir que River fue muy superior a Boca: fue cuando Silva se enfrentó a Barovero después de un pase mágico del ahora “10” xeneize, Leandro Paredes, y el arquero salvo a su equipo. Corrían 24 minutos del primer tiempo, prácticamente la mitad del mismo.
A partir de ahí, la defensa del conjunto de Núñez se acomodó mejor, Adalberto Román subió su nivel y Ponzio volvió a ser Ponzio, distribuyendo la pelota con la exquisitez de un “5” con características de “10” pero sin dejar de cumplir su función de recuperador. River empezó a acercarse al arco que defiende Agustín Orión (elegido capitán por Bianchi) y tuvo incluso algunas oportunidades para cerrar ganando ese primer parcial.
El segundo tiempo arrancó de tal manera que pareció que el primero no había terminado y que los jugadores habían seguido jugando porque el desarrollo siguió siendo muy favorable a River, al que a pesar de eso le costaba reflejar en el tanteador la superioridad que había conseguido en el desarrollo del juego.
Pero apareció un uruguayo, o mejor dicho, reapareció. En su primer River-Boca en cancha del primero, había convertido el segundo tanto de su equipo, en un golazo con gambeta al arquero incluida. Pero ese día el festejo no fue total porque el “Xeneize” se recuperó de un 2-0 e igualó cuando el partido se moría.
Esta vez fue distinto. Rodrigo Mora, de él hablamos, se anotó dos veces en la red y llegó a 3 goles en dos superclásicos, lo que sumado a sus buenos desempeños en el final del torneo lo convierten en titular indiscutido y con un incipiente enamoramiento de parte de los hinchas de River.
Los tantos del uruguayo fueron a los 68 y a los 82 minutos. El primero, con un cabezo bárbaro, al palo derecho de Orión que nada pudo hacer ante semejante ejecución. En el segundo, después de una de las tantas pérdidas de pelota que tuvo Boca, Mora quedó mano a mano con el arquero y definió fuerte al medio del arco.
La victoria de River fue inobjetable, fue superior desde la mitad del primer tiempo y justificó largamente la victoria que lo ubica como candidato a llevarse el torneo de verano que reúne este año al conjunto de Núñez, a Boca, a Independiente y a Racing.
Boca deberá levantar mucho su nivel pero sus hinchas confían básicamente en el hombre que dirige, nuevamente, los destinos del equipo de la Ribera: Carlos Bianchi, que levantó nueve títulos con la institución.
River y Boca se volverán a ver las caras dos veces más durante el verano, la próxima el martes 29 de mayo en Mendoza, pero esta vez la obligación de llevarse el triunfo la tendrán los “bosteros”. La última ciudad que recibirá el gran clásico será Córdoba capital, el 2 de febrero, partido que puede ser el “bueno” si cada uno arriba a la provincia mediterránea con un triunfo.