Por Ivan Barrera @checkmeout1992 y Vivian Palmbaum @vivi_pal
En la mañana de ayer, una explosión de gas en la Escuela Nº 49 de Moreno se cobró las vidas de la vicedirectora y un auxiliar. La escuela ya había elevado reclamos que jamás fueron atendidos. De haber sucedido minutos más tarde la tragedia hubiese alcanzado a niñas niños asistentes a la escuela. ¿Cuanto cuesta la desidia? ¿Cuánto valen las vidas en el conurbano? ¿Cuánto abandono pueden soportar nuestros cuerpos?
El precio de la desidia
Sandra, vicedirectora, y Rúben, auxiliar, llegan antes a la escuela. Preparan las instalaciones y en general son los encargados de preparar el desayuno que va a abrigar el estómago de cientos de chicos y chicas. Recorren el barrio San Carlos por sus calles de tierra -que se vuelven barro cuando las lluvias no cesan-. Las mismas calles que recorren los casi 500 estudiantes que asisten a la Escuela 49 Nicolás Avellaneda de Moreno. Las mismas calles que los políticos recorren solo en época de campaña, para sacarse una foto y volver a casa antes de enfrentarse con la realidad.
Sandra y Rúben ya no están. Se los llevó la desidia del gobierno. La escuela elevó 6 expedientes en el último año. Lamentablemente, al igual que cientos de escuelas a lo largo y ancho de la Provincia de Buenos Aires, las inversiones en infraestructura nunca llegaron. Sandra y Rúben sufrieron por última vez la violencia del abandono. Una explosión tras un escape de gas terminó con sus vidas antes que prepararan el desayuno. En el dolor de la tragedia hay que alegrarse de que la explosión se haya adelantado. De haber ocurrido minutos más tarde, se hubiese encontrado también con la llegada de los y las estudiantes.
La respuesta
Una vez más, la respuesta popular llegó antes que la del gobierno. Ante la tragedia, cientos de vecinos y vecinas se movilizaron hacia el Consejo Escolar de Moreno exigiendo respuestas, mientras que el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires, SUTEBA, declaró paro de 24hs. Al anochecer también la Asociación de Trabajadores del Estado, ATE, y Ademys llamaron a paralizar tareas.
SUTEBA en un comunicado expresó que la “educación pública está de luto”, por el fallecimiento de Sandra Calamano y Rubén Rodriguez, al tiempo que expresaron que “es la muestra palpable de la negligencia y el abandono que sufre la educación pública en nuestro país”. Responsabilizan de la desidia a la gestión de María Eugenia Vidal por ”el ajuste y la subejecución de los presupuestos que la gestión lleva adelante en la Provincia de Buenos Aires, en sintonía con el Gobierno Nacional”. Denuncian que la gobernadora ya conocía el estado de emergencia educativa de la localidad y que desde diciembre 2015 las obras están paradas.
Con un paro nacional docente aún fresco, dado que hasta ayer se cumplió una medida gremial a nivel nacional de CTERA, hoy la falta de políticas públicas se cobró dos vidas y podrían haber sido muchas más. Hasta el día anterior los medios hegemónicos se ocuparon de demonizar los reclamos docentes, tal como se demoniza cualquier protesta social, mientras se hace la vista gorda frente a los actos de corrupción con las partidas presupuestarias o se realiza el ranking de la corrupción con auspicio judicial. Se estigmatiza cualquier reclamo mientras el ajuste feroz lo soportan los sectores de menores recursos y se habilita la intervención de las fuerzas armadas en cuestiones de seguridad interior. Ayer nos estalló en la cara las políticas públicas del gobierno de Cambiemos y su entronizada gobernadora.
El abandono como política de estado
El gobierno. Ese que sale a rivalizar con docentes y gremios. El que sale a deslegitimar reclamos. El que afirma, en su vocera la gobernadora Vidal, que ningún pibe y ninguna piba de la Escuela 49 de Moreno, y de cualquier escuela con calle de barro, va a ingresar a la universidad. Ese que condena a la escuela pública. Ese que condena a estudiantes, trabajadores y trabajadoras. Ese que instala la idea que la educación pública no es de calidad. Ese que demoniza a los y las trabajadoras de la educación pública. Ese gobierno, tendrá que salir a dar respuestas.
La escuela 49 resistía por la fuerza de sus trabajadores y trabajadoras. Vecinos y vecinas de la institución señalan que era el mismo cuerpo docente el que realizaba las tareas de mantenimiento, reparaciones y pintura. Durante el paro de 48hs pronunciado esta semana, fueron las y los mismos docentes quienes intentaron arreglar la fuga de gas, dado que ya advertían que era insostenible. En la triste espera de que las cosas no sucedan, tuvieron que ser los mismos docentes quienes se den maña en realizar todos los arreglos que el estado no realizó.
Los reclamos eran constantes, tanto por parte de la vicedirectora y del cuerpo docente como de los mismos padres y madres de estudiantes. Una de las madres, integrante de la cooperadora, señaló “La vicedirectora vive por esta escuela. Es la mamá de la escuela, la mamá de los chicos, nuestra mamá. Reclamamos, juntamos firmas por todos lados y nada. ¿Tiene que pasar esto para que nos escuchen?, ¿Ahora cómo vamos a hacer para volver a mandar a nuestrxs hijxs a la escuela?”
“No fue una bomba. Desde que comenzó el año tenían problemas con el gas, hasta suspendieron por varias semanas el servicio de comedor” expresó en medio de gran conmoción la hermana de la vicedirectora. No fue una bomba la que nos hizo estallar en la cara las políticas públicas de Cambiemos.
El Consejo Escolar de Moreno, órgano que garantiza que se cumplan las políticas públicas educativas en cada zona, se encuentra intervenido desde octubre 2017 por el gobierno provincial. El miércoles, Sebastián Nasif, su interventor, anunció que se habían realizado las mejoras de gas en las instituciones de la zona.
Lo sucedido en la escuela 49 de Moreno es la consecuencia fatal de una política que viene sufriendo la educación pública en la gestión cambiemita. Hace pocos días el ex director de Educación Técnico Profesional de la provincia de Buenos Aires, Gerardo Marchesini, presentó su renuncia denunciando la sistemática subejecución de partidas presupuestarias destinadas a educación. La subejecución del presupuesto se hace sentir en todos los niveles de la educación: desde jardines hasta universidades, pasando por la implementación de la ley de educación sexual integral.
Tal como venimos asistiendo, las políticas públicas que aplica la gestión Cambiemos repercuten en la disminución del presupuesto destinado a garantizar derechos como la educación. Chubut y Neuquén son los ejemplos más recientes donde la resistencia de las y los trabajadores, frente a las mismas políticas públicas que se aplican en la provincia de Buenos Aires, logró que los gobernantes tengan que modificar su rumbo. http://www.marcha.org.ar/chubut-una-crisis-que-se-profundiza-por-las-insuficientes-respuestas-del-gobierno/
La desidia y el abandono en la educación pública siempre llevan a tragedia. En este caso, se cobró la vida de dos trabajadores. Sin embargo, desidia es subejecutar presupuesto, desidia es cerrar paritarias por debajo de los niveles de inflación, desidia es recortar las viandas de niños y niñas, desidia es que quienes tienen que estar planificando y dando clases tengan que estar arreglando un caño. María Eugenia Vidal ilustraba que ningún niño o niña que nace en la pobreza termina en la universidad. Esa sentencia hoy está destinada a volverse un destino. La desidia condena a la educación pública.