Por Mauricio Polchi | Foto de Enfoque Rojo
La situación de los astilleros Río Santiago y Tandanor son críticas. Mientras el presidente, Mauricio Macri, pidió “dinamitar” al primero y reprimió a sus trabajadores, en el segundo llegaron despidos masivos. Conversamos con Jonathan Pucheta, Secretario General del Sindicato de Trabajadores de Talleres y Astilleros Navales.
“En Mar del Plata nos reunimos con empresarios y representantes de las cámaras de la industria pesquera”, escribió Mauricio Macri en Twitter el último 13 de julio. Sin embargo, el Presidente nada dijo de lo conversado en la denominada “Mesa de Pesca”. Mucho menos hizo mención a sus deseos de “dinamitar” el Astillero Río Santiago.
En su visita a la ciudad costera, Macri mantuvo un intercambio con el empresario de la industria naviera Vito Contessi. Respecto de la compra de barcos en el exterior, según trascendió, en ese encuentro se abordó la falta de inversión en el sector y el anuncio por la adquisición de varias lanchas-patrullas israelíes por un costo de 49 millones de dólares y 4 buques de guerra franceses en desuso por 300 millones de euros. Al ser consultado por la posibilidad de producir esa flota en nuestro país, como por ejemplo en el Astillero Río Santiago, la respuesta de Macri fue lapidaria: “Hay que dinamitarlo”.
Para justificar esa postura y avanzar sobre el vaciamiento de la empresa estatal, el PRO apeló a su manual de estilo y se apoyó en los medios hegemónicos. Hasta el vocero mediático del macrismo, Jorge Lanata, en su programa del 29 de julio, utilizó la pantalla de Canal 13 para difamar a los trabajadores con un extenso informe. Para enfrentar la estrategia oficial y defender los puestos laborales, los empleados armaron marchas y protestas. La respuesta del gobierno, también basada en su manual de estilo, fue la represión.
El último martes 21 de agosto la policía bonaerense disparó balas de goma y lanzó gases lacrimógenos contra los trabajadores del Astillero Río Santiago que marcharon por la Autopista Buenos Aires – La Plata hasta la gobernación bonaerense. En total, cinco manifestantes fueron detenidos. Incluso uno de ellos fue atropellado por un coche policial. Sin embargo, el Ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, contradijo esa teoría al decir que “una persona encapuchada se llevó por delante un patrullero”. La conductora Mirtha Legrand, desde la misma pantalla que Lanata, celebró el accionar de las fuerzas de seguridad. “Tienen que reprimir en algún momento”, expresó en la mesa del domingo 26.
Para sostener sus demandas, los operarios montaron una carpa en la Plaza San Martín, frente a la Gobernación. La única reacción del gobierno fue atacar al otro gigante de la industria naval. El día 22 de agosto, llegaron 23 telegramas de despidos al astillero Tandanor.
“Entendemos que viene por la industria naval”
Mientras ayer el Presidente cerraba un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, un adelanto dado que la situación actual “genera angustia y preocupación”, según sus propias palabras, conversamos con Jonathan Pucheta, Secretario General del Sindicato de Trabajadores de Talleres y Astilleros Navales.
Para dimensionar la magnitud de los despidos en Tandanor, Pucheta explicó que se trata de un astillero “que depende del Estado: un 90 por ciento del capital accionario depende del Ministerio de Defensa y un 10 por ciento de los trabajadores. Es uno de los astilleros más grande de América del Sur, donde se realizan construcciones y reparaciones de diferentes tipos de barcazas. Acá, por ejemplo, se hizo la reconstrucción del Rompehielos Irízar como así también hubo arreglos del Submarino Ara San Juan. Y a lo largo del tiempo se han realizado buques de gran porte. Hoy hasta poseemos una plataforma autoelevadora que permite que se puedan sacar del agua y de una manera rápida para hacer reparaciones más eficientes”.
–¿Cómo fue el proceso de privatización y reestatización de la empresa?
–Tandanor se privatizó en 1991, en esa época contaba con la planta 1 y la planta 2. La primera está en Retiro pero en medio de un proceso judicial y se espera un fallo para antes de fin de año por una denuncia de privatización fraudulenta en el gobierno de Menem. Hoy tenemos la planta 2 que se reestatizó en 2007 con el decreto 315 de Néstor Kirchner. Eso reactivó la producción y permitió que se pudieran generar nuevos empleos. El Astillero Tandanor llegó a tener 600 compañeros efectivos y unos 300 indirectos.
–¿Y qué sucede con la gestión actual?
-El 21 de agosto pasado, el Directorio nos avisó que iban a despedir a 20 compañeros y al otro día amanecimos con 23 compañeros menos. Los echaron. Esa es la realidad: tenemos 23 familias en la calle. La respuesta fue un cese de actividades en pos de que se revirtiera la situación. Por el momento, vamos una semana de paro y acampe en la puerta de la terminal porque no hubo ninguna intervención del Ministerio de Trabajo y estamos a la deriva.
–¿Los despidos se dieron después de la represión en La Plata?
–Sí, entendemos que está todo armando para concretar el vaciamiento.
–¿Es decir que la idea es perjudicarlos a ustedes también?
–Los dos astilleros, tanto el Rio Santiago, que pertenece a la provincia de Buenos Aires, como Tandanor, son estatales, por más que uno dependa de una provincia y el otro del estado nacional. Y sí, entendemos que vienen por la industria naval. Primero Río Santiago y, casualmente, nosotros al otro día. Y esto no para: sabemos que mañana van a caer sobre alguno privado. O sea, la frase de Macri dicha en Mar del Plata sobre la necesidad de dinamitar… esa misma bomba está llegando hacia nosotros.
–¿Cuántos años de laburo tienen los despedidos?
–Son laburantes con 10, 13 o más de 15 años de antigüedad, hay de toda índole y de distintos sectores. Acá se tomo una decisión unilateral. Necesitamos que los compañeros, ante la crisis económica que vive el país, tengan la tranquilidad de poder llevarle un plato de comida a sus hijos.