Por Federico Orchani
El domingo pasado hubo elecciones en La Rioja, La Pampa, Córdoba y Capital, y el denominador común es que triunfaron los oficialismos. En la Ciudad de Buenos Aires habrá ballotage, ya que al candidato del PRO, Horario Rodríguez Larreta, no le alcanzó el porcentaje para ganar en primera vuelta aunque le saca una ventaja considerable de veinte puntos a su competidor del frente ECO, Martin Lousteau. Tanto en Córdoba como en la CABA la izquierda hizo una buena elección, por lo que sumó nuevos legisladores.
Las PASO que no son tal
Daría la impresión de que las PASO de agosto no representan demasiado interrogante en relación con internas partidarias. Definida la fórmula del FPV, Scioli-Zaninni, la duda en el cercano horizonte es si el oficialismo reúne los votos necesarios para ganar en primera vuelta o habrá ballotage frente a Mauricio Macri, principal referente del frente Cambiemos (PRO-UCR-CC), que también lleva de candidatos a Elisa Carrió y Ernesto Sanz. En la contienda que libran Sergio Massa y Juan Manuel De La Sota, el primero parece favorito.
Hasta ahora los resultados que fueron arrojando los principales distritos electorales no permiten definir con claridad un escenario de preferencias. Es evidente que el PRO de Mauricio Macri esperaba algo más de algunos resultados. La derrota de Miguel Del Sel en Santa Fe por una escasa cantidad de votos deja al PRO en evidencia: para gobernar el país se necesita una fuerte presencia en las provincias, algo que sólo puede ostentar en la Ciudad de Buenos Aires. Pero inclusive en este distrito se le presenta inesperadamente una situación por demás incómoda, ya que tiene que definir en ballotage quién será el próximo jefe de gobierno con Lousteau, hombre con el que comparten el mismo espacio político a nivel nacional. Por su parte, en Córdoba si bien el resultado le puede dar a Massa un empujón para su campaña, igual de cierto es que el gobernador electo, Juan Schiaretti, mantiene una buena relación con Daniel Scioli, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires y candidato del FPV, un distrito clave que puede definir la elección.
Una certeza parece dar vueltas: quien resulte vencedor luego de las PASO de agosto, quedará mejor posicionado hacia las generales de octubre. Restará esperar si el porcentaje sobre la segunda fuerza en disputa es una diferencia considerable o no, lo que puede configurar un escenario de fuerte polarización.
La izquierda a elecciones en todo el país
En este escenario a nivel nacional, y luego de las elecciones que se fueron dando hasta la fecha, pareciera ser que el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) se plantea como la principal opción a nivel nacional frente a quienes se consideran los “candidatos del ajuste”. Tanto Scioli, Macri como Massa representan la política tradicional y sostienen una agenda económica acorde a las necesidades de los sectores del establishment: bajos salarios, inflación, una fuerte precarización laboral y el control de la calle mediante la saturación de las fuerzas de seguridad en las grandes barriadas y conflictos sindicales.
Quizás sea una de las razones del crecimiento del Frente de Izquierda, además del ocaso del mal llamado “progresismo”; incluso algunas encuestas reflejan que Jorge Altamira estaría cabeza a cabeza con Margarita Stolbizer, referente de Progresistas. El espacio político que tuvo como principal referencia al socialista Hermes Binner termina quedando preso de su política de alianzas en algunas provincias, como ocurre en Tucumán, donde va en un frente con la UCR y el PRO.
Los coletazos de la crisis del progresismo o de la centro izquierda alcanzan al espacio del Frente Popular, que lleva a Víctor De Genaro como candidato a presidente, quien ha compartido espacio político con Stolbizer y Binner y hoy marchan en caminos paralelos.
En el campo de la izquierda suman listas a nivel nacional el nuevo MAS, el MST y, en listas distritales, Autodeterminación y Libertad y Patria Grande. Sin embargo, a nivel nacional se va consolidando el Frente de Izquierda, que hizo una buena elección en Córdoba y en CABA, que logró la obtención de nuevas bancas y tuvo buenos resultados en Salta, Mendoza, Neuquén, entre otras provincias.
Por su parte, en la Ciudad de Buenos Aires, logró duplicar la cantidad de votos con respecto a las PASO en la categoría de legisladores, encabezada por Marcelo Ramal. Mucho de esos votos son provenientes de la zona sur de la Ciudad, lugar de fuerte presencia de organizaciones populares que integraron las listas del FIT, como es el caso de Pueblo en Marcha. Por su parte, también cuenta con banca en la legislatura el espacio de Autodeterminación y Libertad con el ingreso de Fernando Vilardo.
En el debate de las PASO a nivel nacional, y con las primeras internas dentro del Frente de Izquierda, aparece el desafío de impulsar con madurez y masividad una campaña que plantee una alternativa de transformación radical frente a los proyectos del sistema y que, a la vez, dé la discusión de dos propuestas dentro del FIT. La primera de ellas, que lleva a Altamira y Giordano en la fórmula presidencial, por la lista de Unidad integrada por el PO-IS-PSTU-Pueblo en Marcha, y que cuenta con el apoyo del Perro Santillán. La otra lista, que encabezan Nicolás del Caño y Miryam Bregman, ambos del PTS, y suma el apoyo de Convergencia Socialista. Así el Frente de Izquierda enfrenta el desafío de asumir el apoyo masivo de sectores importantes del pueblo trabajador y fortalecer un Frente que hoy cuenta, entre sus debates, la posibilidad de construir un polo político alternativo que contenga a vastos sectores de la población o que sostenga un núcleo duro de votantes.
El escenario abierto, a nivel más general, plantea además el desafío ante un próximo gobierno que, en cualquiera de los casos, se espera que plantee cambios económicos que perjudicarán a los sectores populares. Frente a ese panorama, se deberá contar con una alternativa unitaria o no será de gran importancia.