Por Camila Parodi.
Hay un feminismo que se construye desde los cuerpos pero también desde los territorios y que elige luchar al lado de los pueblos en la profundización de los procesos revolucionarios de Nuestra América. Marcha dialogó con las Mujeres Creando Comunidad ante las inminentes elecciones departamentales y municipales en Bolivia.
El tercer mandato de Evo Morales en el gobierno boliviano marcó un punto de inflexión para el proceso de cambio. Este domingo, 29 de marzo, serán las elecciones en nueve departamentos y más de 300 municipios del país. Cómo es el rol de quienes son parte del instrumento político desde abajo y cómo se comprende dicho contexto, en particular el aporte del feminismo comunitario. Para clarificarlo, Marcha dialogó con integrantes de Mujeres Creando Comunidad.
-¿Cómo surge Mujeres Creando? ¿Y en particular cómo se configura a partir de las insurgencias populares de los años 2000 y 2003?
Adriana Guzmán: Mujeres Creando Comunidad (MCC) es una vertiente que siempre hubo en Mujeres Creando, y que en el año 2001 se divide por una opción por la comunidad, entre otras cosas que no eran compatibles. Desde entonces, MCC comienza a plantearse como una organización que lucha al lado de los pueblos. Por ello, crece diferenciándose de otros colectivos y organizaciones que asumen que la lucha puede ser al margen o autónoma de la lucha con los pueblos, debido a que éstos comprenden la autonomía en términos despolitizados quedando autónomos de las luchas de los pueblos por lo que es imposible ser parte de la revolución.
En el año 2003 con la insurrección del gas, la mal llamada guerra que en realidad fue una matanza, se conforma la Asamblea de Mujeres que luego se asume como Asamblea del Feminismo Comunitario en el año 2007. Después del proceso de cambio encabezado por el MAS -Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos- se comienzan a debatir temáticas como auto-crítica, lucha contra el capitalismo, configuración de la estructura de poder para a partir de eso poder profundizar la idea de patriarcado. Desde un feminismo que construimos desde estos cuerpos, territorios y pueblos.
En ese marco parimos al feminismo comunitario como parte del proceso de cambio. Es imposible crear una propuesta así hoy si no fuera por la decisión de un pueblo insurrecto, que ha decidido vivir con dignidad y que en esa lucha estamos.
Julieta Paredes: Mujeres Creando se constituye en el año ´90 porque lo que queríamos era aportar a los procesos revolucionarios y a nuestro pueblo en su liberación con la herramienta del feminismo. Por eso en el año 2000 cuando entramos en crisis, evaluamos nuestros diez años de feminismo, vimos que “seguíamos siendo cuatro gatos” y que el pueblo no nos había acogido en su seno, en sus luchas y organizaciones. Éramos una cosa aparte, periférica a los movimientos populares, allí con MCC comenzamos un espacio de encuentro con nuestras hermanas de las organizaciones sociales, lo cual ha sido muy duro en un principio, atravesaban muchos prejuicios y estigmas, esto se debía a que Mujeres Creando no había logrado concretar una unión entre el feminismo y la lucha de nuestros pueblos.
-¿Qué posicionamiento político diferencia al feminismo comunitario de otros feminismos?
Amalia Coaquita: El feminismo comunitario surge justamente de la búsqueda de la emancipación de nuestro pueblo, por lo que no se puede escindir de esa lucha. En ese marco, después del año 2002 las mujeres de las organizaciones sociales que estuvimos trabajando contra estas injusticias sociales nos empezamos a encontrar y a preguntar cómo accionamos dentro del proceso mismo que habíamos sido parte pero con el foco de la lucha por los derechos de las mujeres. Por ello decidimos ser parte de la discusión de la constitución política del Estado y participamos allí con nuestra propuesta, logrando en el día de hoy que la misma contemple 36 artículos en favor de nuestros derechos.
Yanela Vargas: Desde la Asamblea del Feminismo Comunitario apostamos a recuperar la lucha de nuestras abuelas y ancestras que han luchado a la par de sus compañeros contra el sistema de opresión, venimos de ese proceso largo. A su vez, es contestataria a las desigualdades y el colonialismo existente en nuestro país, peleamos por el buen vivir, por recuperar nuestros recursos naturales, por botar a las trasnacionales. Queremos una comunidad de comunidades donde no exista el patriarcado ni el capitalismo, donde acabemos con las opresiones.
J.P: El objetivo del feminismo comunitario parte de la ruptura de la propuesta de sociedad. Este feminismo sueña y construye el mundo desde nosotras para todas, todos y la naturaleza, ese es el atrevimiento más grande: proponer un mundo. Que en su momento también Marx estaba soñando, o sea que los hombres han propuesto pero que las mujeres nunca nos hemos atrevido a concretar una propuesta de sociedad que hoy el feminismo comunitario desde el proceso de cambio en Bolivia si lo puede ubicar y proponer.
Estamos mirando al Estado Plurinacional como un Estado de transición a lo que queremos construir como nuestra propuesta, por eso en este momento nuestro desafío es dar en los hechos. Por eso estamos haciendo realidad la utopía de vivir en comunidad, porque no puedes plantear semejante propuesta si no empiezas a vivir hoy así. Entonces los Ayllus urbanos son un desafío concreto para vivir y hacer desde ahí política.
-Nos encontramos en una coyuntura particular ante la tercera asunción de Evo Morales al gobierno, ¿qué lectura hacen del proceso?
Gimena Tejerina: El feminismo comunitario ha optado por luchar al lado del pueblo que está generando un proceso de cambio. En ese marco nos vamos encontrando con las organizaciones en acuerdos comunes y cuestionamientos donde coincidimos que este proceso tiene que profundizarse. Ya pasó el momento de lucha contra la derecha. Estas elecciones significaron la sepultura e la derecha entonces, tenemos que concentrarnos en la profundización del proyecto.
Si bien seguimos en el proceso de cambio, por eso no vamos a dejar de cuestionar todos los elementos propios de esta coyuntura, como los partidos que se han “cruzado” y se encuentran ahora adentro y pretenden partidizar al instrumento político creado por el pueblo. Pero aun con nuestras disidencias y cuestionamientos seguimos construyendo ya que es nuestro lugar sino ¿quién va a despatriarcalizar: el Estado? No, las organizaciones sociales tenemos que despatriarcalizar la sociedad civil y el Estado tendrá que facilitar en el proceso con las leyes
A. G: Aquí hay que romper la lógica binaria de la relación organizaciones sociales- gobierno como un rin. Primero, porque es distinto ya que las organizaciones proponen y han hecho este proceso que es de ellas. Y segundo porque no miramos un proceso a nivel país sino a nivel región e inclusive mundial, cuando hablamos del ´vivir bien´ no lo hacemos dentro de las fronteras de Bolivia. Como feministas comunitarias nos encontramos haciendo esa articulación, nos hemos reunido en Perú en el Encuentro del Feminismo Comunitario y conformamos nuestras regionales en América Latina.
Pensamos que si realmente este proceso no se extiende se cae, y está comprobado que no hay otra forma de vida a la que proponemos por fuera del capitalismo. Por eso es sintomático lo que pasa ahora con los ataques a Argentina, Ecuador y en especial en Venezuela que son ataques concretos a todo el proceso latinoamericano, contra la posibilidad de que el otro lado conozcan que hay otras formas de organizar el mundo. Que es posible tener una organización económica que no vomite ni produzca pobreza.
Por el eso tanto lo que diga el gobierno y Evo Morales, y deje de decir, no es lo central para nosotras si bien no deja de ser importante. Concentramos la mirada en la articulación de las organizaciones sociales de América Latina para hacer la revolución en todo el territorio. Porque las revoluciones las hacen los pueblos, no sus gobiernos.
Fotos: Camila Parodi