Por María Etchevers
En el contexto del encuentro de redes de apoyo al Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y Concejo Nacional Indígena (CNI) realizado el 3, 4 y 5 de Agosto en el Caracol de Morelia, (Estado de Chiapas, México), territorio autónomo zapatista, el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) anunció la propuesta -que se llevará a consulta entre los distintos movimientos, comunidades y redes de apoyo- de conformar un nuevo Concejo Internacional de Resistencias y Rebeldías.
Más de 86 colectivos y 55 individuos se hicieron presentes en Chiapas para discutir, intercambiar y evaluar la coyuntura post-electoral, y realizar un balance de lo que fue el proceso de apoyo al CIG y su vocera, María de Jesús Patricio Martínez, (conocida como Marichuy), en la recolección de las firmas requeridas por el INE (Instituto Nacional Electoral) para tener el acceso a la postulación de una candidatura independiente en las elecciones nacionales de México, efectuadas el pasado 1 de julio de este año.
La propuesta del EZLN al CNI-CIG de aspirar a participar en el proceso electoral con la vocera Marichuy tuvo enormes repercusiones nacionales e internacionales. Desde profundas reacciones racistas, misóginas y machistas -con ataques reiterados a la vocera Marichuy: por ser mujer, indígena y de abajo-, hasta criticas provenientes de activistas, militantes, y simpatizantes del EZLN: por concebir “contradictoria” la propuesta de aspirar a participar en el proceso electoral, habida cuenta de la historia autonomista y anti-partidista del EZLN. Sin embargo, lejos de haber pretendido institucionalizarse, la propuesta de lanzar la candidatura independiente a la presidencia nacional a través de una vocera, tuvo como objetivo central provocar un fuerte efecto de visibilización de las luchas y resistencias de los pueblos indígenas y campesinos del territorio mexicano, así como también poner en evidencia el arraigado racismo y machismo de vastos sectores sociales, políticos y mediáticos. Al mismo tiempo, el mensaje del EZLN, CIG-CNI fue desde un principio y hasta el final, el llamado a la organización, es decir, se utilizó el periodo electoral de manera táctica para hacerse presentes en múltiples espacios, foros, encuentros, calles, medios de comunicación, etc., haciendo uso de esas vías para invitar a todas las personas que sufren la miseria, el despojo, la explotación, la pobreza, el machismo y la precariedad generalizada en una sociedad de desigualdades extremas, a organizarse. En palabras del EZLN, “según los modos, tiempos y geografías de cada quien”.
De manera que, en todo el periodo electoral, quedó de manifiesto la enorme diferencia ética y política entre los partidos tradicionales y el CIG y su vocera Marichuy, quien fue la única aspirante a la candidatura presidencial que, no sólo no contó con recursos financieros de ningún grupo económico, sino que tampoco accedió a trampas en la recolección de firmas (como si hicieron otros candidatos, como “El Bronco” –quien tuvo una cantidad escandalosa de firmas de fallecidos y aun así fue habilitado por el INE a postularse-), ni contó con empleados pagos, ni ninguna otra forma de compra de votos –como si hicieron todos los demás partidos, incluido el partido electo, encabezado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO). De forma completamente opuesta, el mensaje de la vocera Marichuy siempre fue la reafirmación de la lucha milenaria de los pueblos originarios por la vida: la defensa de los ríos, lagos, montañas, aire y tierra. Esto es, el cuidado real de la naturaleza y el territorio, la vida.
El peso de la campaña
María de Jesús Patricio Martínez no consiguió el millón de firmas requeridas para aparecer en la boleta electoral, pero, de ninguna forma se evaluó este hecho (como quizás pudiese suponerse) como un fracaso, sino que, por el contrario, el balance realizado en estos tres días de encuentro -y en otras instancias previas de evaluación- dan cuenta de un crecimiento sustancioso del CIG, como también de la gestación y proliferación de decenas de redes de apoyo en el campo y la ciudad al EZLN, CIG-CNI, que reactivaron profundamente el activismo social, la politización de la juventud, y la visualización de las realidades de las comunidades indígenas y campesinas. El horizonte del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional sigue siendo, luego de 24 años desde su primer alzamiento armado, la construcción de ese Otro Mundo Posible, ese mundo donde quepan muchos mundos, donde no haya capitalismo, patriarcado, ni colonialismo. Las miles de personas que viven en territorios autónomos zapatistas son ejemplo vivo de la posibilidad real de construir una democracia verdadera, directa, sin patrones de ningún tipo, donde la defensa de la vida sea el eje principal, a partir del cual se organiza toda la comunidad.
Esto implica el rechazo rotundo a las lógicas capitalistas del lucro, la avaricia de las empresas, el autoritarismo, impunidad y arbitrariedad de los gobiernos, los capitales extranjeros, y las leyes al molde de las trasnacionales, la homogeneización de la población a través de la disciplina, la obediencia y el silenciamiento social, el extractivismo disfrazado de progreso o desarrollo, que sólo concibe a la naturaleza y los bienes comunes como fuentes de dinero, y así, destrucción y saqueo se vuelven prácticas cotidianas, también convertidas en legislación y mostradas como único modelo económico posible.
Por todo esto, el EZLN junto al CNI-CIG, se posicionan, de manera clara y sin titubeos, opuestos al partido de Andrés Manuel López Obrador (MORENA) y cualquier otro partido político. Dado que, según sus valoraciones, éstos sólo pretenden “lavarle la cara” al mismo sistema capitalista que conduce a la destrucción del planeta, el despojo de las comunidades, las migraciones forzadas y la imposición de un pensamiento único que obligue a suplantar los sueños de justicia, democracia y libertad por el conformismo ante las migajas de los mismos capataces de siempre. Éstos, con distintos ropajes, colores o modos, esconden y disfrazan iguales intereses internacionales de acumulación neoliberal, siendo que “renovar” la presidencia nacional a través de un partido distinto a los ya obsoletos PRI-PAN, responsables de desapariciones nunca esclarecidas –recordemos que en Octubre se cumplen 4 años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y jamás fue juzgada la responsabilidad directa del Estado-, persecuciones y amenazas a periodistas, maestros y activistas, corrupción estructural y reiterados fraudes electorales y escándalos por desempeños ilegítimos de la función pública.
Hacia un nuevo concejo
El ultimo día del encuentro de redes de apoyo al CIG-CNI, el Subcomandante Galeano anuncio la propuesta del EZLN de conformar un nuevo concejo, ya no meramente indígena, ni nacional, sino global, esto es, un “Concejo Mundial de Rebeldías y Resistencias”, que se reúna por primera vez en diciembre del corriente año en Chiapas para trabajar de manera unificada -respetando modos, tiempos y geografías de cada grupo e individuo, por la vida digna, libre de explotación y capitalismo.
“Nosotros pensamos que debemos seguir del lado de los pueblos originarios (…) Si alguien hay experto en tormentas son los pueblos originarios, ya les han tirado de todo y aquí estamos. Pero pensamos también que no basta, que tenemos que incorporar a nuestro horizonte nuestras realidades con sus dolores y sus rabias. O sea que tenemos que ir caminando hacia la construcción de un concejo que incorpore las luchas de todos los oprimidos, de los desechables, de las desaparecidas, y asesinadas, de los presos políticos, de las mujeres agredidas, de la niñez prostituida, de los calendarios y geografías que trazan el mapa imposible, el mapa contemporáneo de las rebeldías y las resistencias en todo el planeta.(…) Queremos construir un concejo que no absorba ni anule todas las diferencias, sino que las potencie, con hermandad entre otroas, otras y otros que tengamos el mismo empeño. Por eso, con el mismo razonamiento, estos parámetros no deberían tener como límite la geografía impuesta por banderas y fronteras, debería ser internacional. Lo que estamos proponiendo es, no solo que el concejo indígena deje de ser solo indígena, sino que deje de ser nacional”, cerró el Sub Comandante Galeano el 5 de agosto en el Caracol de Morelia, Chiapas, México.