Por Leandro Albani. El Ejército sirio recuperó una ciudad estratégica, que comunica Damasco con Líbano, tomada desde hacía meses por mercenarios. Mientras tanto, la ONU busca información sobre la utilización de armas químicas contra la población.
Luego de intensos combates contra grupos opositores armados, el ejército sirio recuperó la ciudad de Malula, ubicada a 55 kilómetros al norte de Damasco, capital del país. La localidad es considerada estratégica, ya que comunica a Damasco con Líbano a través de una ruta.
La ciudad, enclavada en los montes del Qalamoun fronterizos con Líbano, estuvo ocupada fue ocupada por grupos extremistas durante varios meses. Diversos medios de prensa reportaron que la liberación de la localidad permite recuperar una región azotada por la actividad de agrupaciones como el Frente Al Nusra, brazo armado en Siria de la red Al Qaeda. También se indicó que en la recuperación de Malula participaron combatientes del movimiento político-militar libanés, Hezbollá, que actúan junto al Ejército sirio.
Fuentes militares citadas por las agencias Prensa Latina y AFP confirmaron que las Fuerzas Armadas restablecieron “la seguridad y la estabilidad” en la ciudad y que “el terrorismo está aniquilado en la región de Qalamun”. A esto se suma que “un gran número de terroristas murieron, mientras que aquellos que escaparon serán perseguidos”, añadió la fuente.
Por su parte, la agencia siria de noticias Sana aseguró que el Ejército estableció la seguridad “al poblado de Sarkha”, también ubicado en Qalamoun, como también “tomaron el control de las montañas que rodean el poblado, tras eliminar a numerosos terroristas”.
El avance del Ejército además fue confirmado por el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Gran Bretaña, que señaló que “la región de Qalamun está prácticamente bajo control del Hezbollá y de las fuerzas del régimen”.
Con esta reconquista de territorio, el gobierno sumó una nueva victoria tras la liberación de la ciudad Rankous y la colina de Tahun Al Hawa, en las cercanías de Damasco. En el valle que rodea Rankous, el Ejército también destruyó varios refugios del Frente Al Nusra, ubicados en el pueblo de Al Mahabba.
En la jornada de ayer además se confirmaron la muerte de tres periodistas de la cadena libanesa Al Manar. Hamza Al Haj Hasan, Halim Alwa y Mohamad Mantash fueron asesinados mientras filmaban el avance del Ejército sirio. Desde Al Manar manifestaron que los periodistas fueron ultimados por miembros de grupos extremistas y aseveraron que “los terroristas secundados por el exterior no podrán impedir que esta mantenga su cobertura de los acontecimientos en Siria”.
Con las muertes de los tres reporteros, la cifra de periodistas caídos en Siria se eleva a 31, de los cuales diez eran extranjeros.
El domingo pasado, el presidente sirio, Bashar Al Assad, expresó que “hay un giro en la crisis, a nivel militar, y el Ejército realiza permanentemente hazañas en la guerra contra el terrorismo”. En una reunión con profesores y estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas de Damasco, el mandatario denunció que contra su país existe una “guerra ideológica” que intenta “anular o sustituir la identidad nacional”, en el marco de la “más peligrosas embestidas coloniales”. El presidente reconoció que pese al conflicto interno que lleva más de tres años, existe “un incremento en la conciencia de los ciudadanos sobre la realidad de lo que está ocurriendo en el país”.
Al Assad reiteró que Siria es blanco de una agresión “no sólo por su importante ubicación geopolítica, sino por su relevante papel histórico en la región y su significativa influencia sobre el mundo árabe, lo cual explica el apoyo de Israel a los grupos terroristas”.
La polémica por las armas químicas
La polémica por la utilización de armas químicas en Siria volvió a ver la luz, cuando la semana pasada se registraron ataques con este material, por lo cual Naciones Unidas solicitó información su misión conjunta, que integra la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), para que confirme las denuncias.
“Hemos pedido informaciones en torno a esa situación, y esperamos la respuesta para compartirla”, expresó el portavoz del secretario general de la ONU, Stephane Dujarric.
El viernes pasado, se conoció que el Frente Al Nusra lanzó un proyectil con sustancias químicas contra la aldea Kafr Zita, donde al menos murieron dos personas y decenas sufrieron lesiones. La información fue confirmada por autoridades locales y la cancillería rusa. A su vez, sectores de la oposición siria afirmaron que el ataque fue realizado por fuerzas gubernamentales.
El año pasado, el Ejecutivo ruso propuso el desarme químico de Siria, medida aceptada por el gobierno de Al Assad, por lo cual comenzó el operativo supervisado por la OPAQ. La cadena Russia Today citó al titular de la OPAQ, Ahmet Üzümcü, quien recordó que la nación árabe “ya ha entregado dos tercios de su arsenal de armas químicas y ya han sido retirados del país”. “Rusia y Estados Unidos han proporcionado materiales y equipos suficientes para la implementación de este proceso”, destacó el funcionario, que agregó que los retrasos en el desarme fueron causados por los ataques armados de los grupos irregulares.
En agosto de 2013, un ataque de armar químicos ocurrido en la localidad de Ghouta, generó acusaciones cruzadas por la responsabilidad del hecho, Desde Damasco y Moscú culparon a los grupos extremistas, mientras que sectores de la oposición siria y Estados Unidos responsabilizaron al gobierno de Al Assad. A finales de ese año, un equipo de Naciones Unidas llegó al país para investigar sobre lo ocurrido, pero descartó responsabilizar a alguna de las partes enfrentadas. En el reporte final, los expertos de la ONU explicaron que en Ghouta se recolectaron evidencias “claras y convincentes” de la utilización de sarín. También indicaron que en los poblados de Khan Al Asal, Jobar, Saraqueb y Ashrafiah Sahnaya, posiblemente se utilizó este tipo de armamento.