¿Es posible cambiar el curso de la historia de un país alterando sus ficciones fundacionales? Esta es la pregunta rectora de El Desbarranco, una obra de teatro colectiva que ironiza sobre la dramaturgia argentina y su devenir.
Por Ignacio Marchini | Fotos de Patricia Pérez Ferraro
La llegada de un eclipse permite abrir un portal en el espacio-tiempo que le dará la oportunidad a un grupo de estudiantes universitarias de intervenir en el mundo ficcional de la dramaturgia nacional. Así, alterando el teatro clásico argentino, ¿lograrán? cambiar la historia de nuestro país. Esa es la premisa de El Desbarranco, uno irónica pieza teatral que aborda, desde el humor, las obras devenidas en mitos patrióticos y su importancia en la conformación de un pasado, y futuro, en común. Marcha dialogó con Francisco Lumerman, director de la obra, docente y director de Moscú Teatro.
¿Por qué usan esta idea de que al alterar la ficción fundacional de un país es posible alterar el curso de su historia? ¿Cuál es la importancia de las ficciones, para ustedes, como acervo cultural de una sociedad?
La idea de este juego, de que alterando el curso de la ficción se puede alterar el curso de la historia, tiene que ver con trabajar sobre esa tensión que existe siempre sobre lo que las obras cuentan de sus entornos y de sus épocas, y cómo con el paso del tiempo sirven para hacer una especie de reconstrucción histórica. Que también es una ficción. De alguna manera, es pensar la historia como ficción, aquello que nos llega de aquello que sucedió realmente. Y esta idea, también, de que muchas veces las ficciones fundan modelos sobre los cuales después se van reproduciendo realidades.
También entendiendo que lo que nos llega y lo que legamos, la cultura, forma parte del establecimiento de determinadas reglas, de modelos a seguir. Entonces, la ficción es un lugar donde también se pueden instaurar modelos.
Entendemos que esta obra fue producto de un trabajo colectivo, un desarrollo a lo largo de años de aprendizaje. ¿Cómo fue el proceso grupal para elaborar la trama y los personajes?
Esta obra es lo que deviene después de un proceso de formación de cinco años que compartió el grupo. Desde la tarea docente, los fui teniendo en distintas instancias de su proceso, así como otros profes de Moscú. Cuando pensamos el Taller de Montaje para el último año de formación, lo imaginamos con la idea de, aparte de trabajar alrededor de la actuación, hacerlo sobre cómo generar, gestionar y crear una cooperativa para poder realizar obras de teatro. Que también están ligadas a otras cuestiones: la producción, la planificación de los plazos, el vestuario, las luces. Para empezar a tener una experiencia más ligada a lo profesional en términos de lo teatral, que para nosotros es muy importante.
Sobre la trama y los personajes, para mí era muy importante que cada uno de quienes participan del proceso de El desbarranco tuvieran ganas de hacer eso que hacían. Entonces, la propuesta de entrada fue leer las obras de teatro Las de Barranco, de Gregorio de Laferrère y Barranca abajo, de Florencio Sánchez. Y a partir de eso, que elijan el personaje que más les atrajera. En base a esa primera elección se fueron configurando después los personajes que se ven en El Desbarranco. A partir de eso, fuimos trabajando y tomamos algunos tópicos de esas obras y los fuimos desarmando para generar nuevas relaciones.
De entrada estaba claro que iba a ser algo sobre una obra de teatro intervenida o sobre la época donde transcurre, pero no sabíamos bien cómo lo íbamos a hacer. En algún momento nos tuvimos que aislar nuevamente porque la pandemia había avanzado, esta obra se ensayó el año pasado. A partir de empezar a trabajar por Zoom, comenzamos una dinámica como de falsas clases de universidad que nos fueron llevando también a que ese podía ser el contexto en el cual convergieran estos dos mundos, o sea, la idea de que un grupo de universitarias estudien esta obra de teatro. Ahí se empezó a abrir un juego interesante. Pero no hacíamos foco en la trama en un principio, sino más bien en la idea de construir a partir de personajes o elementos que les interesaran del material original. Esto para mí es muy importante siempre, que puedan apropiarse de aquello que está sucediendo para crear. Cuando es una creación colectiva, o sea, cuando no hay una obra de entrada, es muy importante que cada uno esté atrapado o le dé intriga explorar la propuesta y los personajes.
En este juego entre el presente y el pasado, ¿qué elementos del teatro nacional actual y el teatro tradicional argentino usaron?
Era atractivo poder jugar con las convenciones de las épocas teatrales y, en ese sentido, hay un claro juego sobre el teatro nacional que nos llegó. Hay algo alrededor de lo temático que está muy instalado en la propiedad de las tierras, las diferencias entre clases sociales, cierto origen no heredado naturalmente sino impuesto. Y después también aparecen algunos recursos más ligados a lo estético o a las convenciones de la época que se usaban en ese momento, que son muy distintas a las actuales. De ahí la idea de personajes arquetípicos o estereotipados que funcionaban muy bien para esa época.
En contraposición a esos personajes aparecen, claramente, los cuestionamientos alrededor de la figura de la mujer y su nuevo rol en la sociedad. Y también aparecen muchos temas de nuestra actualidad alrededor del género en general, de la sexualidad, las nuevas formas de vinculación familiar. Además, se juega con cierta idea de la Argentina que se pone en tensión, esa concepción de que es un lugar donde no se puede prosperar.
En esta oposición entre temática y estética creo que hay un puente para pensar nuestra realidad actual y de dónde venimos y, en todo caso, hacia dónde vamos, si es posible pensar eso en términos colectivos.
Ficha técnica-artística
Actúan: Analía Baldellou, Analía Morales, Elena Ricol, Irene Gorelik, Julia Bonany, Leonela Petrizzo, María Monza, Matías Lamouret, Maximiliano Aguirre, Patricia Garaventa y Paula Cuneo
Dirección: Francisco Lumerman
Asistencia de dirección: Florencia Vigil
Producción: Cooperativa El Desbarranco
Diseño de vestuario: Valeria Cook
Diseño de luces: Ricardo Sica
Fotografía: Patricia Pérez Ferraro
Diseño gráfico: María Laura Tavacca
Podés ver El Desbarranco este domingo a las 20.30 horas en el Moscú Teatro.