Fotos de archivo
Detrás del militante del gesto heroico, el pibe de carne y hueso. Darío Santillán, inmortalizado en una y mil imágenes de aquel fatídico 26/06/02 –pero sobre todo en la de la mano en alto y la otra sosteniendo a Maxi agonizante-, era un flaco como tantos otros que arrastran sus dudas y sueños por las barriadas del conurbano. Y que eligen como opción de vida dedicar su tiempo a cambiar el mundo. Algunas postales del día a día de este muchachito desprendido, solidario, sobreexigente y testarudo, que a los 21 años le tocó convertirse en semilla de rebeldía y esperanza.
texto por
Gerardo Szalkowicz{gallery}2014Fotografia/Colectivas/0626ElDari{/gallery}